Son pocos, puede que no más de un centenar, en un país con 100.000 kikos (seguidores del Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello), 35.000 miembros del Opus Dei, 5.000 legionarios del Regnum Christi (rama laica de los Legionarios de Cristo) y otros 1.000 de Comunión y Liberación. Son pocos, pero tienen largos e influyentes tentáculos y han encontrado una veta en ese 2,5% de católicos prestos a movilizarse. "En HO crecemos exponencialmente. De los 1.800 asociados de hace dos años, hemos pasado a 4.200 y tenemos ya 200.000 suscriptores que reciben nuestras alarmas y avisos en sus teléfonos móviles", asegura Arsuaga.
Dicen sus detractores que el secreto es la mayor fuerza de ese grupo de borrosos contornos organizativos, ultramontanos en lo religioso y lo político. Les dibujan como una organización obsesionada por capitanear las movilizaciones cívico-religiosas y piensan que si se envuelven en las banderas del Vaticano y de España es para enredar a los obispos en su estrategia y crear una cabeza de playa democristiana dentro del PP. El objetivo último sería trocar en radicalismo político el sentimiento religioso latente en esas protestas.
En la inauguración del Congreso del PP en Valencia el 20 de junio de 2008, Hazte Oir.org lanzó una campaña de firmas para pedir a Mariano Rajoy que aceptara las propuestas sobre el modelo de familia presentadas por los diputados Eugenio Nasarre y José Eugenio Azpiroz. "Si el PP asume como propio el gaymonio, ya será casi imposible recuperar el matrimonio, al menos en décadas", enfatizaba HO.