Clarence Boddicker
Asiduo
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- 14 Ene 2014
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Recientemente corté el trato con una amistad de hacía más de 20 años. ¿Motivo? Su mujer le pone los cuernos y a mí se me ocurrió la feliz idea (estúpido de mí) de delatarla. Sin beberlo ni comerlo se empezó a mostrar más distante conmigo, a responderme con monosílabos y hoy mismo me ha dicho que "se ha dado cuenta de que hemos cogido distintos caminos en la vida y es mejor que sigamos cada uno con el nuestro" (frase que seguro le ha anotado la mujer en un post-it y que ha memorizado minutos antes de venir a mi casa).
El caso es que echando la vista atrás, no es la primera vez que se pilla a una mujer engañando a su pareja u ocultando algo, y lejos de ser esta la que recibe el merecido castigo son los mensajeros los que reciben el balazo. Echan abajo amistades de décadas con la facilidad con la que chasquean unos dedos, además de salir indemnes. Muchos pensarán (yo incluido) que es culpa del interfecto por dejarse comer el coco, pero me gustaría que este hilo fuese algo más allá, que se viertan consejos para no hacer el imbecil como yo y luchar contra las mujeres con sus propias armas.
El caso es que echando la vista atrás, no es la primera vez que se pilla a una mujer engañando a su pareja u ocultando algo, y lejos de ser esta la que recibe el merecido castigo son los mensajeros los que reciben el balazo. Echan abajo amistades de décadas con la facilidad con la que chasquean unos dedos, además de salir indemnes. Muchos pensarán (yo incluido) que es culpa del interfecto por dejarse comer el coco, pero me gustaría que este hilo fuese algo más allá, que se viertan consejos para no hacer el imbecil como yo y luchar contra las mujeres con sus propias armas.