Cuando no me apetece ni follar.

ruben_clv rebuznó:
El hecho de que no guardes rencor, de que no vomites sobre el tablero toda la mierda que debemos leer en otros posts, te dignifica como persona, no ya como hombre.


Te refieres a otros post mios o de otra gente?

No se, como guardar rencor y odio a gente que te ha hecho crecer como persona y compartir tantos y tan buenos momentos? es imposible, de la misma forma que digo esto de ella, lo digo de algunos amigos que son como hermanos.

love them to death, aunque nuestros caminos se separen, es lo que hay. Respeto y comprension por las decisiones tomadas, aunque duelan.
 
Sé exactamente cuál es la sensación.

De hecho, os voy a rebelar una pequeña mentirijilla que conté para intentar salvar mi virilidad a los ojos de Dioses y hombres: en el hilo que abrí dije que a la rusa la rechacé porque estaba con mi novia. Mentira, hacía unos 3 o 4 días que lo habíamos dejado, y en ese momento, el hecho de follar con nadie me parecía lo más triste, absurdo e innecesario del mundo. Lo último que hubiera hecho, vaya.

Ya no era sólo el hecho de terminar y quedarte ahí tumbado al lado de alguien que no es nada para ti, pensando: ''¿Ahora qué?, ¿Qué coño hago, le digo que me voy?''. Era el simple hecho de que el placer me parecía algo nimio e irrelavante al lado de las sensaciones por las que en ese momento pasaba.

Pero mira, ha pasado 1 mes y medio. Sí, echo de menos a mi ex, bastante de hecho. Y si estoy despierto ahora mismo, como tantas otras noches desde que lo dejamos hasta ahora, es porque ando dándole vueltas toda la noche a muchas cosas. Y al final, fruto de las reflexiones, las sensaciones ya no son las que eran, y vuelvo a tener ganas de sexo con cualquier mujer que me parezca apetecible, como las tuve siempre. Como las tiene un hombre sano. Sexo casual, por supuesto. Tener algo con alguien no me interesa en este momento en absoluto, soy incapaz. Pero el tiempo pasa, y las ganas de follar con alguien, a quien incluso rechazaste en ese momento, vuelven.

PD: Por otro lado diré que sí, a las dos semanas o así fue cuando la rusa me invitó a su casa a comer. Y pensaba ir, hasta que se torció por lo ya comentado. Fue una sensación bastante aislada, ahora lo pienso y nisiquiera sé por qué acepté. Será que soy una mierda de tío.
 
Arriba Pie