Cocreta, te explico:
El Climalit simplemente es una solución constructiva a la hora de resolver las hojas de una carpintería. Toda partición vertical (inclinada u horizontal, también) que tenga algún hueco y que, de alguna manera, se quiera cerrar pero conseguir alguna ventaja (visibilidad, practicabilidad...) distinta de las que tiene el resto de la partición, require disponer de un elemento que cierre el hueco generado. Eso es una carpintería.
Cada carpintería se compone de hojas. Las hojas son el número de partes independientes que una carpintería puede tener. Así hay de 1, 2 ó n hojas. Cada una puede ser fija (si no se puede manipular) o practicable. De las practicables hay chorrocientos tipos: corredera, abatible, oscilobatiente, pivotante...
Pues bien, las hojas más frecuentes son las acristaladas. Tradicionalmente se cascaba un vidrio sencillo y a volar. Pero conforme hemos avanzado en el uso de materiales y tecnologías, se ha llegado a la conclusión de que es muy efiaz, acústica y térmicamente, disponer un dos vidrios separados por una pequeña cámara de aire (desde 4 ó 6 mm hasta lo que haga falta, siempre dentro de unos límites). Esta cámara se suele rellenar con un gas de bajo peso molecular (argón, por ejemplo) ya que se contribuye a mejorar las prestaciones aislantes de la hoja. Además, las capas de vidrio pueden ser de vidrio simple, templado o laminado, consiguiedo más ventajas de seguridad y demás. Y, por supuesto, se pueden poner vidrios reflectantes, de baja emisividad... Lo que quieras. Pues ese sistema constructivo es lo que se llama Climalit. Simplemente eso, dos vidrios separados por una cámara de aire en una misma hoja.
Por otro lado está lo que creo que has puesto en la foto. Una carpintería de dos hojas correderas, es decir, dos partes indenpendientes y que, en este caso, se deslizan horizontalmente (que pueden o no tener vidrios tipo Climalit).
Y por último hay otra opción que es recomendable pero con reservas: poner dos carpinterías independientes, una en la parte interior de la fachada (dentro de tu habitación) y otra en la exterior (es decir, dando a la calle). Acústicamente sí es cierto que funcionana muy bien, pero térmicamente, en función de la orientación, del tamaño de las mismas y, sobre todo, del tamaño de la cámara que se genera entre ambas (y dado que ésta carece de vertilación asistida) pueden generarse un efecto invernadero nada deseable.
En grandes edificios acristalados (de oficinas, por ejemplo) sí se suele usar esta solución, pero por otros motivos: se puede poner una doble fachada acristalada, separadas entre sí en torno a 100 cm, lo que permite generar pasillos de mantenimiento perimetrales para la limpieza y cuidado de los vidrios, además de generar una cámara de aire perimetral que sí suele estar ventilada mediante automaticaziones. Esto consigue que la temperatura interior y exterior se puedan independizar, dado que en estos edificios la climatización está automatizada y no depende de que la gente abra ventanas (de hecho, con frecuencia ni siquiera hay ventanas practicables). Además, dado que el tamaño de la cámara es grande, en el caso de no introducir ventilación forzada, es probable que tampoco se genere ese efecto invernadero poco deseable. Por otro lado, en la cámara se suelen introducir lamas u otros sistemas pasivos de protección solar.
Hay un libro muy interesante que trata todo esto: La protección solar, de Ignacio Paricio.