ilovegintonic rebuznó:
Especialmente poco integrados=no son catalanistas.
En fin, ahora cuando mire las agendas os digo en qué estaba yo en 2004, que no me acuerdo muy bien qué hice ese año. Al final, uno no recuerda si hizo tal o cual cosa en 2004, 2005 o 2006 como no sea que se asocie a un hecho claro, rollo "lo hice el día que España ganó el Mundial, ergo 2010" o "empecé a trabajar aquí en 2008, me acuerdo porque eran las Olimpiadas".
Y es completamente cierto. Lo primero que he pensado ha sido ¿Tenía desechos genéticos ya?. Y efectivamente, así era. A bote pronto no recuerdo ABSOLUTAMENTE nada de lo que estaba haciendo hace 10 años, solamente que a principios de mes se cargaron a Dimebag durante un concierto. Y ya luego he estado haciendo cuentas y mirando mails antiguos para recordar que por estas fechas se me acababa la baja por maternidad y me iba al paro unos meses hasta que empezara la temporada. Durante este tiempo mis horas las ocupababa un parásito que no llegaba a los 7 kg, no dormía más de dos horas seguidas nunca, y me pasaba más tiempo en la calle que en mi casa, pues el chaval era más de exteriores. No había sueños, ni ideales, ni anhelos ni nada más que no fuera evitar que ese ser no muriera por mi torpeza y/o despiste. Mi libro de cabecera era un manual de lactancia para profesionales, y todo lo tuve que aprender por mi cuenta, pues en mi familia no había ningún bebé y además las mujeres que hay-que no son pocas- son más de poner palos en las ruedas que de acompañar con su experiencia.
No os penséis que aún no perseguía a mi marido, que lo hacía, y que no me desesperaba porque más de la mitad de mis intentos acabaran en fail, que acababan. Pero tenía la ingenuidad de la juventud (aún con 30 tacos, sí) y no me planteaba siquiera que estuviera siguiendo pautas erróneas. Y las ideas, los anhelos, los sueños, los objetivos simplemente se quedaron arrinconados en lo más hondo de mi mente, tenía una misión prioritaria en esos momentos.
Ahora, 10 años después, mi casa se ha llenado de desechos genéticos, y a los berridos del Anselmo o del Patton se le juntan los de los cabrones de mis hijos, aunque tengo que reconocer que la combinación no me desagrada en absoluto. 10 años después (os había escrito un buen tocho, pero en esta casa es imposible estar diez minutos haciendo nada tranquilamente) ya no estoy con la teta fuera todo el día, soy más cínica, más escéptica, menos impulsiva y tengo muchas más canas y más mala leche. He recuperado viejos objetivos y los he añadido a los nuevos retos, así que ya tengo para ir tirando un tiempo más.
Sobre amigos, lo que más echo de menos son los fines de semana de desayunos interminables con nuestros amigos himajinarios tocando en el salón de casa, las enganchadas a la Play y las partidas al Day Of Defeat en el ciber. Ahora los veo de vez en cuando si puedo escaparme a algún concierto, me mola más hablar con ellos que con sus novias,porque los tíos tenéis la decencia de no estar hablando todo el puto día de bebés y críos, y eso lo agradezco mucho, me da mucha pena escucharlas hablar de hijos, máxime cuando no tienen ninguno, yo a su edad nunca hablaba de esos temas. Es más, nunca cogí un bebé en brazos hasta que nació mi hijo mayor.