Rescatado del hilo sobre insinuarse sin parecer una puta por el Moderador sexy. Razón: cansinismo crónico.
Esta guía incurre en el sempiterno -y nunca suficientemente señalado- error de atribuirle a las mujeres una actitud discotequeril masculina, en la línea de "selecciono target, voy a por él", o bien "qué pena que no me he podido follar al target", cuando en realidad las mujeres no funcionan así. Una mujer no sabe si un hombre le gusta o no le gusta (me refiero a si le gusta como pareja sexual) hasta que ese hombre no hace algo por ella o supera una serie de pruebas o conecta con ella a nivel afectivo o sentimental. Podrá sentir curiosidad por Fulanito, podrá querer que se lo presenten, podrá acercarse a él meneando el culo para llamar su atención, pero nunca, nunca jamás, dictaminará que se lo quiere follar a primera vista como hacemos los varones. Por lo tanto, una hembra nunca volverá a casa con un sentimiento de pesar porque aquel chico atractivo que estaba en la barra no le ha hecho caso. Al contrario, volverá contenta porque en la discoteca había un chico muy atractivo y porque se lo ha pasado genial con las amigas y porque seguro que volverá a encontrarse con ese chico atractivo en otro sitio (no olvidemos que las mujeres son propensas al pensamiento mágico, como si se hubieran quedado ancladas en la etapa preoperacional de la que hablaba Piaget, propia de niños de entre 2 y 7 años).
La sexualidad femenina es centrípeta y egocéntrica, se sabe protagonista, se sabe el premio al que aspira el macho, incluso la hembra más mediocre se cree epicentro e hipocentro de la sexualidad humana. Se caracteriza, además, por una amorfia apriorística, por una plasticidad expectante, por una sobreadaptación al medio, como esperando a que los acontecimientos moldeen sus deseos y sus necesidades.
Nada que ver con los varones, que somos nosotros quienes decidimos cómo queremos que sea nuestra vida y que tratamos de moldear los acontecimientos de acuerdo a nuestros deseos. Ellas no. Ellas esperan, se adaptan, se dejan hacer... Por una vez en vuestra vida, meteos en la cabeza de estas criaturas. No es tan difícil. Sólo haced una regresión a vuestra adolescencia, a cuando todavía creíais en que erais el centro del universo y en que existía la magia. La mujer deja de madurar a los 13 años, por lo que erróneamente se dice que la mujer madura antes, pero no es porque madure antes, sino porque el proceso madurativo de la mujer es más corto. Mientras el niño de 13 años sigue haciendo deporte, jugando a videojuegos y afilando sus habilidades psicomotrices, la niña de la misma edad ya se dedica a sentarse en el recreo a cotillear y a hablar de chicos, de maquillaje y de vestidos. Ya está. Ya han llegado al culmen de la madurez. Sentarse a engordar el culo y a malgastar su vida en fruslerías y banalidades. Eso es madurez para el matriarcado y para los hombres desprevenidos que se tragan las falacias del matriarcado.