En Barcelona ocurre una cosa muy curiosa que yo no he visto en ningún otro sitio. Os habréis dado cuenta de la inmensa cantidad de antisistema y, digámoslo así genéricamente, perroflautas que hay en la que fue segunda ciudad de la Corona de Aragón. Eso tiene una razón de ser: en Bcn, a diferencia del resto de ciudades, el círculo antisistema tiene un nutrido grupo de mujeres jóvenes y promiscuas. Dicho de otra, siendo perroflauta se folla. Más o menos en todos sitios es así, pero nunca lo he visto al nivel de Barcelona.
En Zaragoza, que es de lo que sé yo, cuando nos venían antisistemas catalanes y hablábamos con ellos siempre acabábamos con cara de: "pero... ¿esta gente de dónde sale?". Retrasados increíbles, flipados que soñaban con cargas heroicas contra los antidisturbios y que se ponían a hablar de como hacer cócteles molotov entre ellos mientras los demás flipábamos en Dolby Surround. Un amigo mío los llamaba "el ab-ISMO", porque mezclaban todos los -ismos con absoluta alegría. Anarquismo, comunismo, nacionalismo, federalismo, ateísmo... Todo a cien. Y no todos eran adolescentes, os hablo de gente bien entrada en la veintena. Luego íbamos con ellos a Bcn y de repente la niebla se disipaba y veíamos el problema reluciendo ante nosotros. Con esas imbecilidades se mojaba, y eso era lo que atraía a los flipados que en Zaragoza llevarían el pelo largo y sucio cayendo lacio sobre camisetas de Blind Guardian que no habían conocido plancha alguna hacia la resistencia urbana.
Así, yo conocí a uno cuyos padres le pagaban el alquiler de un piso que no usaba porque prefería vivir okupa style, o a uno que llevaba ocho años estudiando filosofía y decía no tener "ninguna prisa", o a una feminista radical (lease fea como un demonio) que, según nos contaron, había interrumpido su feminismo cuando un pijo se había interesado sexualmente en ella para luego volver con doble ímpetu al ser rechazada y etc. Siempre habíamos creído que lo nuestro era algo marginal y rechazado, una lucha quijotesca condenada a la semi-clandestinidad, y de repente nos vimos en un sitio en el que eso no era así. Un sitio donde nuestras ideas, o unas caricaturas de nuestras ideas, estaban de moda y eran la bandera de una "tribu urbana" aceptada y aceptable. Un eye opener. Hoy en día, la mayoría de amigos de aquella época vamos con corbata al trabajo, algunos todavía con reminiscencias de aquellos ideales, otros completamente centrados en la tarea de ser felices en su microentorno familiar y tal. Y a veces te preguntas, ¿qué habrá sido de esos intelectuales de mentirijilla que apagaban los radiocasettes en las fiestas (sin pedir permiso) para sacar sus guitarras y torturarnos con sus versiones de Kortatu en catalán (true history)? ¿Seguirán en la "lucha" o trabajarán para papi con sus corbatas y sus Iphones mientras se quejan de lo oprimido que está el pueblo catalán?