Chico_normal
Clásico
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- 3 Oct 2009
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Es increíble el calado histórico que sufrimos y padecemos por esta sarta de chorradas que en occidente llamamos "amor".
Sin ánimo de profundizar demasiado, basta decir que este sentimiento y actitud sumisa ante la mujer es totalmente ajeno a toda cultura aparte de la occidental actual y tiene su origen en la nobleza de la Occitania medieval (tan próxima a la catalana), en la que el caballero debía sufrir todo tipo de avatares para conseguir la aprobación de la "dama", que en resumidas cuentas era una mujer atractiva mantenida por su marido hastiada por el aburrimiento entre las paredes de un castillo mientras que el que las mantenía se dedicaba a actividades como la guerra o la caza.
Entre un grupo de patéticos gilipollas pajilleros autodenominados "poetas", se puso de moda por aquél entonces el enaltecer a la dama y alabar su belleza, dignidad, blancura y demás virtudes y cuanto menos caso la furcia de turno les hacía, más ardientes eran sus versos y más incandescente su prosa (penoso).
Tal y como yo lo veo, todo esto que en occidente se denomina poéticamente "amor" no es más que un fardo de extravagantes y ridículas ideas que arrastramos como dogmas desde hace medio milenio y lo peor es que ni siquiera es que esa actitud se pueda denominar "amor", porque en realidad el amor únicamente surge del sujeto hacia el objeto, no a la inversa.
Lo que la mayoría de la gente concibe como amor romántico es siempre un anhelo, una necesidad de atención y de sentirse especial y admirado, de salir del vacío existencial y la nada a la que cae cuando se encuentra en soledad, algo connatural y despreciable en una mujer y signo de enorme pusilanimidad en un hombre.
Fin. Se me acabó la cermeza.
Sin ánimo de profundizar demasiado, basta decir que este sentimiento y actitud sumisa ante la mujer es totalmente ajeno a toda cultura aparte de la occidental actual y tiene su origen en la nobleza de la Occitania medieval (tan próxima a la catalana), en la que el caballero debía sufrir todo tipo de avatares para conseguir la aprobación de la "dama", que en resumidas cuentas era una mujer atractiva mantenida por su marido hastiada por el aburrimiento entre las paredes de un castillo mientras que el que las mantenía se dedicaba a actividades como la guerra o la caza.
Entre un grupo de patéticos gilipollas pajilleros autodenominados "poetas", se puso de moda por aquél entonces el enaltecer a la dama y alabar su belleza, dignidad, blancura y demás virtudes y cuanto menos caso la furcia de turno les hacía, más ardientes eran sus versos y más incandescente su prosa (penoso).
Tal y como yo lo veo, todo esto que en occidente se denomina poéticamente "amor" no es más que un fardo de extravagantes y ridículas ideas que arrastramos como dogmas desde hace medio milenio y lo peor es que ni siquiera es que esa actitud se pueda denominar "amor", porque en realidad el amor únicamente surge del sujeto hacia el objeto, no a la inversa.
Lo que la mayoría de la gente concibe como amor romántico es siempre un anhelo, una necesidad de atención y de sentirse especial y admirado, de salir del vacío existencial y la nada a la que cae cuando se encuentra en soledad, algo connatural y despreciable en una mujer y signo de enorme pusilanimidad en un hombre.
Fin. Se me acabó la cermeza.