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Sombrerero Cuerdo
Guest
-PRÓLOGO-
Una mañana de abril, cuando todavía no había despuntado el alba, a la hora en que aún no se han puesto las aceras, la calima inundaba las calles haciendo que las caladas del cigarro me quemaran el esófago.
Me encontraba en el parking del aeropuerto mirando cómo grupos de gente, caminando como zombis, atravesaban la puerta automática. En el umbral, y ante la mirada de dos guardias civiles, tiré el cigarro y volví a entrar. Recorrí de nuevo el pasillo hacia la sala de embarque. Ahí estaba ella; la veía alejarse tras el cristal y pensaba en cuanto la quería, en que todo se había acabado, en que mi mundo quedaba hecho pedazos… Cruzamos la mirada. Ella se levantó y vino hacia mí: “Cómo te quiero” pensé, mientras notaba cómo me empezaban a dar calambres en la mandíbula y los ojos me escocían. Me di la vuelta y fui hacia el coche.
Ella me había dejado. Mis actividades “lúdicas”, mis “negocios” y mis amistades hicieron que la perdiese. Era lo peor que me podía pasar; si ella había conseguido, con su presencia en mi vida, que viese una posibilidad de cambiar, ahora que desaparecía de mi lado para siempre, me sentía perdido y solo.
Me apetecía irme a casa a escuchar música a todo volumen en mi cuarto durante semanas, pero sabía que no me lo podía permitir.
Pensaba que mi vida era una puta mierda. Llevábamos toda la vida persiguiendo la idea romántica del rockstar: experimentar lo que los demás no se atrevían, tomar drogas que nos permitiesen sentir y vivir lo que otros no podrían ni soñar, sentir una total alteración de las percepciones, disfrutar más horas seguidas que nadie, ingerir las mayores cantidades… Autodestruirse. También llevar una estética dura; siempre nos gustaron los pendientes, los tatuajes, las cadenas y los cortes de pelo radicales. Vamos, las grandes horteradas del metal. Pero ahora sentía que quería quemar todo con napalm. Mi forma de pensar había cambiado y quería volver con ella más que nada que en mi vida. Mi mundo, ese por el cual la había perdido, pasó a ser una puta mierda.
Me apunté al gimnasio, castigándome en él de una forma malsana, y dejé definitivamente de fumar porros. Ya había empezado a bajar el consumo con ella pero finalmente tomé la decisión de dejarlo por completo. De las otras drogas ya me había olvidado en cuanto la conocí.
El segundo día que iba para ir al gimnasio, tras salir de casa y meter la llave en la cerradura del coche, escuché tras de mí lo que parecía el portón de una furgoneta abriéndose: “¡no puede ser!” pensé. Me giré un poco para poder mirar de reojo y vi salir a 7 policías nacionales de una grillera.
– No pienso hacerlo. ¿Ves eso? - dije señalando mi casa - Ahí viven mis padres y ahí vivo yo, acabo de dar tres pasos fuera de casa y no te pienso dar nada ¿lo entiendes? No me vas a registrar ni a hacer nada por que a ti te lo parezca – le espeté sin darme la vuelta y con evidente tono de mosqueo.
– Bueno, bueno, con que nos des la documentación y confirmemos que vives ahí ya vale –intentó tranquilizarme él.
– No, y ya se están asomando las vecinas así que me voy a meter en el coche e irme. Adiós. – y me piré.
Me metí en el coche y me fui. Ellos no me siguieron, pero sabía que era por mi aspecto, ya no era algo sin importancia que me hacía sentir atractivo y cool, si no algo que realmente me empezaba a obsesionar, a dónde iba con pantalones militares llenos de cadenas con más de veinte años, con 14 aros enormes en las orejas que me hacían parecer el terrorista más buscado cada 3 meses, la gente me miraba en las cafeterías y en los restaurantes, tenia limitado el acceso a los garitos del rollo y con la policía había un encontronazo diario por lo menos, no deje de pensarlo mientras hacía pesas en el gimnasio, dejar las drogas no era suficiente, había que exteriorizar el cambio, que los que no me conociesen no pueden ni imaginar a que me había dedicado o qué tipo de persona había sido;
Salí del gimnasio directo a la peluquería y… ¡adiós melena! Una de las cosas que más me había servido como gancho para ligar, que más piropos me había hecho recibir de las tías, que tanta fuerza me había hecho sentir, que me había acompañado durante años de conciertos y en definitiva en mis mejores años, no representaba hoy más que el recuerdo de que quería cambiar por encima de todo.
Casi no comía, y a diferencia de la anterior vez que me habían roto el corazón no tenia sueño sino más bien lo contrario, no podía parar así que me pasaba las horas en casa haciendo abdominales. Mis años de consumo crónico de canutos hacían que sin ellos las sensaciones de hambre, sueño y cansancio desaparecieran de mi vocabulario, si no fuese porque en algunos momentos me daban ganas de lanzarme por la ventana el futuro parecía prometedor.
Tras unos cuantos días sin quedar con nadie, me puse hablar por el msn con los colegas y me animaron e insistieron para ir a un concierto de narco, Cuando me vieron todos alucinaron;
Me comentaron que aparte del corte de pelo, se apreciaba que estaba más delgado, también soltaron los típicos consejos de amigos "era una zorra" "hoy te follas a 3 y ya esta" que no sirven para nada, además el concierto me pareció una puta mierda. Todo el rato mis colegas demostraron ser los más yonkis del concierto pasándolo casi todo él en la furgoneta, venga a pintar líneas en la mesa plegable. Tras el concierto pasamos la noche en los mismos bares de siempre, ya no los soportaba, no soportaba a los drogadictos que nos saludaban, los oscuros callejones donde nos metíamos a esnifar intentando evitar a la policía, los bares que también seleccionábamos por la tolerancia sobre el consumo, lo que hacía que aparte de nosotros hubiese también un porcentaje alto de macarras, drogadictos e hijos de puta que tenían la entrada vetada otros sitios con porteros; ambientes siempre llenos de peleas, drogas y gentuza que a estas alturas de la película no quería ver ni en pintura.
Ella me había gustado por que pertenecía a un mundo “normal”, ninguno de sus amigos estaba en la cárcel, ninguno de sus amigos había muerto, casi todos tenían estudios superiores y tenían más temas de conversación que la cantidad de dinero que puedes sacar de un kg, a quién le han metido 3 tiros anoche o qué hija de puta es la policía, mis amigos seguían buscando como el primer día estar más subidos que nadie, disfrutar de la música, llegar a un grado de intoxicación que podría tumbar a un caballo, yo ya no quería eso, yo quería ser normal, alguien que se levanta todos los días pronto entre semana y no teme que la policía un buen día le pare y le arruine la vida, quería ser alguien de quien ella se pudiese volver enamorar.
Estaba muy rallado. No paraba de pensar en ella, así que decidí irme ya a casa. Además mis amigos lo único que hacían era tomar Voll-damm mientras ganaban a críos al futbolín. Mis amigos me pillaron por banda y me presentaron a dos crías de unos 18 años. Las dos tenían las líneas de los ojos pintadas como Cleopatra, una llevaba collar de pinchos, la otra dos pulseras de pinchos también; podía haber estado bien otro día pero no ese. Dije que me tenía que ir, pero una de ellas me pidió por favor que le hiciese un porro que mi amigo les había dicho que yo me los hacía invertidos y que querían aprender. No tenía el coño para fiestas, pero no se rechazar una oportunidad de impresionar a una tía, así que le dije “dame esa china” y me puse a hacerlo, lo hice lo más rápido posible, mientras ella me contaba no sé qué hostias de la música que no me importaba y que por un oído me entraba y por otro me salía. Lo terminé y se lo di, en ese momento llego otra amiga suya con pintas de ser mas cría, el pelo alborotado y las tetas a punto de salirse del escote dice: “ ¡tía, tía! ¡Acompáñame al baño!” Y empieza a potar como un puto un cromo de la pandilla basura, a su amiga, a mí, a las cazadoras de mis colegas…
Así que ya me cagué en Dios, me piré del bar, pillé el coche y me fui para casa, pero… me tope con un control en el que evidentemente me pararon, me vieron potado, me hicieron soplar y encima di bien… 0’76 así que juicio rápido para el lunes.
Pase el fin de semana cagándome en Dios, pensando en ella, en el juicio y haciendo abdominales…
El lunes me presente en el juzgado con mi abogado y me salió la broma por 720 eypos, 10 meses de retirada y 22 días de servicios en beneficio de la comunidad, pero como cuando las cosas salen mal solo pueden ir peor el “curro” resulto que era en un poblado chabolista, aunque claro que me iba a imaginar yo que la cosa aun podía mejorar mas.
La semana que me quedaba hasta el inicio de la prestación social paso volando entre repeticiones de hierros y la repetición constante de un mantra de odio hacia mi ex y el mundo, llego el lunes marcado en rojo en el calendario y tras coger un autobús por primera vez desde los 17 años llegue al poblado esperándome lo peor, con cascos puestos,con mala hostia y toda la rabia acumulada durante semanas, me sentía como si en cualquier momento fuese a tener una pelea y destrozar a alguien.
Se supone que el primer paso es la negación y después la mala hostia, a saber, lo que esta claro es que a mi en cuanto me dieron la patada se me revolvió algo en las entrañas y produjo una katarsis instantánea, mi modo de vida se había visto cambiado, mi aspecto y sobre todo mi cabeza habían dado un giro de 180º.
Sin el carnet, sin novia y con una multa no se me ocurría que podía ir peor ese verano, pero claro que podía ir peor.
En cuanto llegue vi que la cosa pintaba mal realmente, había mucha policía a la entrada del poblado pero me auto engañe diciéndome a mi mismo que seguro que no tenia nada que ver con lo que yo había ido a hacer ahí, nada mas llegar me encontré al asistente social que estaba durante el juicio, el también me reconoció y me silbo mientras hacia gesto para que me acercase, me señalo un cointaner de obra convertido en vestuario improvisado y me dijo que dentro tenia el mono de trabajo, me aventure por la puerta de ojalata para ver a mis nuevos compañeros de faena.
Aspecto general de toxicómanos expresidiarios (tatuajes azules de talegadora, cadenas de oro con chapas de la virgen, cordones de oro de traficantes...) excepto un subnormal repeinado del que inmediatamente pienso que esta ahí por saltarse un semáforo con su mega scooter de yupi anormal.
Me cambio mientras pongo la antena por si hablan de lo que vamos hacer ahí, no tengo ni puta idea y mi sentido arácnido salto nada mas llegar pero hablan de tonterías sobre todo dos que se al parecer ya se conocían de cuando eran niños, ahora deben tener unos 45 cada uno.
-¡Hombre! ¡Loco! ¿Que es de tu vida?
-Pues na aquí, ya ves, otra vez juntos como en el colegio.
-Yo estoy por que unos maderos de mierda se saltaron un stop y chocaron contra mi y claro, no van a cargar ellos con la culpa.
-Yo estoy por que discutí con pilar, acabe perdiendo los papeles y me han mandado esta mierda, también tengo que ir a una terapia de maltratadores, apunto de entrar preso por esa zorra.
Viendo que la conversación no me importa y ya cambiado decido salir fuera a esperar mientras me fumo un cigarro, estaba encendiéndome el cigarro cuando veo llegar aun mas policía pero esta vez no son coches de la Z de los que te piden la documentación, empiezan a llegar lecheras de antidisturbios mientras miro extrañado al asistente social y le digo ¿Que pasa?
El me intranquiliza diciéndome, "es para evitar cualquiera cosa".
Estoy acabando el cigarro cuando veo salir a todos del barracon de obra junto con el asistente social, me acerco y nos empieza a explicar que vamos a hacer.
-Bueno chavales, es bien facil y lo haremos en 5 minutos, simplemente teneis que ir detrás de las grúas recogiendo escombros que no pueda recoger la pala retroexcavador, mire a los mayores y vi en sus caras que poseían el don de la clarividencia pues de sus frentes empezaron a supurar gotas de sudor, como si ya supiesen que iba a pasar.
Aquello fue para vivirlo, yo puedo narraros de la mejor forma que sepa lo que ahí paso, como entramos y poco a poco nos fuimos convirtiendo en la cabeza de turco donde todos los parias e indeseables descargaban verbalmente toda su rabia pero nunca os imaginareis lo que fue aquello, mi raza, mi familia,mis muertos, mis amigos, mi prima de caceres, todo ser viviente que tuviese algo que ver conmigo fue maldecido, insultado y amenazado.
Cada 3 segundos aproximadamente recibamos una amenaza de muerte, daba igual que fuese un niño, una mujer o un gitano como el padre de mari luz, ahí se cago en nuestra puta estampa hasta el mudo del poblao, en su favor he de decir que al menos no repetían las amenazas y eran de lo mas ingeniosos, lo mismo decían que te iban a cortar el cuello que iban a quemar tu casa que iban a meterle dos tiros al policía para poder ahorcarnos, la policía también se llevo su ración.
Llegue a casa cansado y me eche a dormir, desde que había dejado los porros tenia problemas de insomnio pero aquel día estaba cansado y caí rápido.
Al día siguiente se repitió la historia, autobús, vestuarios, amenazas varias y para casa, así durante una semana, lo que duro la demolición de la mayor parte del poblado, todo menos una parte que estaba considerado levantamiento histórico, durante esa semana me fui haciendo amigo de uno de los puretas, era el que me solía acercar después del curro a casa así que entre una cosa y otra fue con el que mas confianza tenia y el viernes de camino a casa me dijo ¿Por que no te vienes a casa a tomar una copa? quería cambiar de aires y conocer gente nueva así que me anime rapidemente.
Mi nuevo colega se llamaba Carlos, vivía en un piso en una de las peores zonas de la ciudad con su novia, ella era rumana y tenia un crio de su anterior pareja.
Carlos tenia un carácter que dejaba entrever un trastorno de Peter Pan bastante agudo, con sus casi 50 años cumplidos seguía llevando ropa que podía ser de quinceañero cualquiera de esos que son fans de la fuga, marea o alguno de esos grupos del llamado rock nacional: camisetas panaderas, pantalones de pitillo, zapatillas all star y bastantes collares de cuero, podría parecer algo hortera y supongo que para mucho gente lo era,pero para mi no, a mi me gustaba, era como encontrarse un mamut congelado, su estética y su actitud resistían de forma perenne el paso de los años y de las modas.
Su casa estaba bastante descuidada, había un olor fuerte, no a basura, pero el aire estaba viciado como si no hubiesen ventilado la casa en semanas, el salón era bastante cutre y pequeño, una pequeña mesa de cristal, dos butacas una minicadena y un sofa era lo que había y ocupaba todo el salón, me dijo que me quedase ahí esperando mientras el preparaba algo de beber, que pusiera un disco si quería, -estas en tu casa, me dijo ya desde el pasillo.
Su colección de discos no estaba mal, algo escueta pero me reconforto saber que estaba ante alguien con buen gusto. Ac Dc, Pink Floyd, Neil young, Steve Vai, john lee hooker, dr fellgod e incluso un disco de The cult, puse un disco de Youngl y me encendí un cigarro, que mal sabe el tabaco -pensé- mientras echaba de menos aquellas caladas a pulmón mientra escuchaba un buen tema, estas mejor así, -me decía a mi a mismo-.
Carlos apareció con dos vasos y una botella de jb puse sonrisa de circunstancia mientras el me felicito por el disco que había elegido mientras servia la bebida, la conversación transcurrió normal las dos primeras copas, hablamos de los gitanos, del hijo de puta del asistente social hasta que dijo:
-oye, ¿Tu? (mientras se tocaba la notaba la nariz)
-no no, tranquilo hazlo si quieres yo paso, no me apetece
- bueno bueno tu sabrás, decía mientras volcaba un gramo entero sobre un cd.
Dividió el chisme en 4 lineas las cuales aspiro con la destreza y capacidad que solo da ser un yonki del mas alto nivel, se notaba que aquel tipo tenia un consumo algo elevado del que se podía entender como lúdico y a partir de ahí, fiesta y verborrea, no se exactamente cuanto tiempo paso pero en las siguientes horas me entere de toda su vida de forma cronológica.
Me explico la relación que tenia con sus padres, como había sido su infancia en un colegio de monjas, sus primeros amores, sus amigos, la música, las drogas incluso le dio tiempo a explicarme como cojones había terminado viviendo con una rumana, ni que decir tiene que acabe hasta los cojones con ganas de tirarme por la ventana por la cantidad de mierda sin sentido que muchas veces se colaba entre historia e historia.
Aguante durante horas por que su capacidad para empalmar historias parecía no tener fin y no lograba encontrar una pausa que me permitiese despedirme, cuando ya no podía mas entro su novia, un bicho gordo, feo, la faltaban varias piezas dentales pero lo que mas llamaba la atención era su ropa, llevaba unos pantalones g-star de los que llevan las quinceañeras y un plumas plateado con pelo en la capucha y la cría en brazos, daba realmente asco y yo, que pensé que tendría que darla dos besos me hice una maniobra evasiva mientras decía ¡Tío, que no me acordaba, tenia que ir a buscar a un colega a la salida del curro! y como pude salí de ahí.
Al llegar a la calle di gracias a dios por haber escapado de esa tortura, nunca aprenderé, nunca hay que quedarse con un cocainomano a solas, menos en una casa y menos si tu no consumes nada, te pondrá la cabeza como un bombo como, pero bueno yo me lo había buscado.
Fui caminando hasta casa, acordándome de mi ex, pensaba mucho en ella, pensaba que era perfecta o al menos para mi, intentaba pensar en otras cosas pero era imposible, decidí que seria bueno para mi estar con alguna tía, ademas había que sacar rendimiento a mi nuevo físico trabajado, llegue a casa, me puse un disco y me eche a dormir, al día siguiente me llamaron antes de ir al poblado para decirme que el curro hoy era en la cárcel, que me pasaría a buscar un coche.
En el curro en la cárcel consistía en simplemente pintar unos muros, y nunca teníamos siquiera contacto visual con los reclusos así que me parecía una mejora y esperaba poder pasar ahí todos los días que me quedaban de prestación social.
Y entre el curro y el gimnasio, llego otro viernes, y Carlos me volvió a invitar a su casa, me dijo que fuese que iban a estar mas amigos, que había discutido con su novia y que podrian rock and roll, me hacia mucha gracia como hablaba carlos quizas por eso cuando me proponia algo solia decirle que si sin pensar si realmente me apetecia, pero ahi estaba otra vez, en esa casa de aire viciada y esta vez mas descolocada que la anterior vez, en el angosto salon ahora había multitud de vasos vacíos, algunas botellas y rastros en los CDs de los reuniones de los días anteriores.
Pronto llegaron sus amigos y empece a flipar en colores, ¿Pensaba que mis amigos tenían pintas? ¿Que Estaban colgados? ¿Que Eran blanco perfecto para control policial? Tonterías, estaba ante la banda de viejas glorias mas carismática de la historia, una reunión de Antiheroes subversivos, cada cual tenia una tronada mas grande, la mayoría vivían juntos en un pueblo mezclando ayudas del estado con ganadería y agricultura de subsistencia, y bajaban a la ciudad a casas de colegas como la de carlos o para conseguir víveres y droga, las pintas eran bizarras, la mayoría usaban vaqueros y camisa pero no le quedaban normales, les quedaban con esa percha reconocible a kms producida por años de consumo, parecían sacados de un documental sobre la transición, bigotes, barbas, me encontraba fascinado.
Las conversaciones me parecían muy entretenidas, tenían un gran sentido del humor y mucho recorrido cosa que a esas alturas agradecía, al menos escuchaba anécdotas diferentes y cuando mejor me lo estaba pasando empezaron a llamar a la puerta con violencia, la estaban aporreando entre gritos lo cual hizo que alguien bajara la musica y dijese a carlos lo que sucedía, este abrió a la puerta y ahí vi otra vez a la rumana yonki, al parecer habían discutido por que Carlos habia hablado con una tía en un bar la rumana se volvió loca y carlos la dio definitivamente la patada, no era la primera movida fuera de lo normal que protagonizaba la rumani, el caso es que la rumana entro a la casa y se fue a la cocina donde pronto comenzaron a escucharse gritos.
Uno de los amigos de Carlos que llevaba un gorro de marinero desgastado dijo que iba a por unos hielos y que de paso ponía algo de paz, el resto nos quedamos en el salón.
se escuchan unos gritos, y golpes varios, la mayoría nos levantamos sobresaltados ya que el cristo que venia de la cocina superaba con creces el volumen de la música, salimos al pasillo y vemos salir a la rumana corriendo cerrando la puerta mientras se taba la cara, flipamos y vamos a la cocina se escucha algún comentario de ya era hora de que la soltaran una hostia cuando vemos el panorama:
Las paredes TODAS cubiertas de sangre, ¿Carlos? en el suelo, saliendo sangre a borbotones del hombro y el colega del gorro de marinero de rodillas, empapado en sangre, con los pantalones por los tobillos haciéndole un torniquete con el cinturón, me dio un vuelco el estomago, las piernas me temblaban ¿se muere? me preguntaba a mi mismo, no podía pensar en nada, solo me daba para pensar que se moría y sentir un terror increíble.
Yo la verdad es que poco hice, antes de que me pudiese dar cuenta se llevaron a Carlos en volandas y me quede con unos cuantos en el piso que comentaban lo sucedido, yo estaba bastante flasheado y no sabia que decir, ellos dentro del nerviosismo habían actuado de forma increíble, supongo que en momentos de vida o muerte se actúa inconscientemente así.
Tras un rato donde recupere el color dije que me piraba pero que me diera alguno el teléfono para poder saber que tal estaba carlos, ellos me dijeron que me quedara, pero les conocía muy poco y la verdad no me apetecía nada seguir ahí, nadie había limpiado la sangre y ya se empezaba a oler desde el salón y me daba mal rollo.
Fui a casa y le di vueltas a todo, se supone que la adolescencia había quedado atrás pero yo me encontraba mas perdido que nunca, renegaba de mi vida anterior pero parecía tener un imán para cierto tipo de gente, de movidas, o quizás no, quizás era todo normal y yo estaba dramatizando, cuesta distinguir la realidad cuando tu vida ha sido un globo constante durante años, acabas por pensar que la mayoría de la gente vive una vida como la tuya y extrapolas tu forma de entender el mundo a este sin tomar en cuenta nada que no sea tu forma de ver las cosas.
Me habían caído genial los puretas, pero no quería acabar como carlos, apuñalado por una rumana viviendo en el umbral de la pobreza y casi con lo puesto, expuesto a que el lobo feroz aparezca cualquier día y derribe la puerta a soplidos, sin familia, con hamijos que cualquier día podían morir, sufrir un brote, irse a vivir al congo belga, cualquier cosa, supongo que en parte me recordaban a mi grupo de amigos y eso no me gustaba, yo no quería ser así, no quería seguir siendo un colocado de mierda, odiaba cada vez con mas fuerza algo que parecía ser parte de mi propia personalidad seguía siendo lo que mas quería, por que seguía acordándome cada día de ella, quería volver, quería que ella me ayudase a ser mejor, quería mejorar a su lado.
Pase el fin de semana haciendo deporte, solo hacia eso, desde que me despertaba hasta la hora de irme a dormir, correr por la playa, mancuernas, dominadas, flexiones, era lo único que frenaba mi adrenalina cada día que pasaba el thc iba dejando paso a chorros de adrenalina y vitalidad, estaba como una moto no podía parar, me subía por las paredes, aparte de eso y de llamar para preguntar por carlos, no hice mas, sus amigos me dijeron que estaba fuera de peligro, pero que gracias al torniquete, que si hubiese estado solo que la hubiese palmado fijo ah, y que no iban a denunciar, claro, me tranquilizo saber que estaba bien.
El lunes me vino a buscar la furgoneta del ayuntamiento era mi ultima semana y deseaba que acabara lo antes posibles para meterme sesiones de gimnasio semanales también de buena mañana y llego el viernes y se jodió la cosa:
Freak
Veterano
Forero del todo a cien
Muerto por dentro
Novato de mierda
Clásico
