Ni puto caso al corral del vecinas con la silla puesta en la calle de páginas atrás.
El café del Starbucks es de calidad,lo puedes comprobar tu mismo en la internec, su modelo de negocio no es vender mierda como otras franquicias, el café ya de por si mismo es un producto con un margen de beneficio insultantemente alto aunque te lo tomes en el bar más cutre que se te ocurra.
Es caro porque los tamaños que ofrecen son grandes, muy grandes si se compara con los estandares europedos, hoy me he tomado el tamaño más pequeño (2.80) en el que caben dos cafés con leche de taza nacional ( a 1,40 que se paga en Barcelona), así que yo no veo atraco por ninguna parte y de paso tienes la certeza que al cierre un pícaro te va a mezclar en el molinillo el Tupinamba con el cartón de Hacendando.
Eso sí, si empiezas a tirar de extras la cuenta se infla, la bollería es cara y los sandwiches también, pero no suelo comprar nada de eso porque no me va.
Que el café no sea malo no significa que sea el mejor del mundo, pero aquí parece que todo el mundo arranca el día con una taza de Lavazza.