En cualquier caso no creo que nada de lo que le ha pasado haya sido humillante
Todo es humillante.
Es humillante ir de nuevo detrás de una con la que hubo una escena como aquel cuadro dantesco de ella tocándole las tetas mientras se masturbaba.
Es humillante ir porque no tienes nada mejor sobre la mesa, porque es comer mierda o no comer.
Es humillante elegir comer mierda antes que mantener la dignidad y no comer.
Es humillante ir ahí sin duchar, vestido como un adán, y pertrechado de bollería industrial.
Es humillante toda la puta situación con la cena.
Es humillante ser tan mangina, tan betazo y tan MIERDAS que la otra te restriegue fotos de pollas por la cara y tú no rechistes.
Es humillante que después de restregártelas te diga que si te las manda.
Es humillante responder que sí porque eres tan MIERDAS que no sabes decir que no.
Es humillante recibirlas.
Es humillante conservarlas tres días después.
Es humillante contarlo.
Es humillante salir cagándose y cagarse encima en el camino a casa.
Es humillante estar dos días en silencio rumiando la situación humillante y acabar componiendo un relato de mierda ficticio en el que se niega que haya habido nada humillante.
Ferris se humilla cada día ante todas las mujeres que pasan por su vida, empezando por su madre, pasando por su hermana, por este monstruo del averno y por cualquier nick femenino de un chat de tercera, incluso se humilla frente a una sombra en la pantalla de un ordenador.
No hay nada que no se humillante en la vida de Ferris. Vive humillado. Ha vivido humillado toda su vida. Vivirá humillado lo que le queda por vivir. Aparte de eso, dentro de él no hay nada más que miseria.