Yo estuve con una tía que era la jefa como de 70 personas, abiertamente bisexual, en la cama era la que me pedía que la ahogase, o le pegase fuerte en las tetas y en el culo y en fin, como una sumisión llevada a unos términos muy raros pero en el curro era la que mandaba. Eso sí, era salir del trabajo y ni la sal se atrevía a pedir al camarero. Es que a veces ni se atrevía a decírmelo a mí, que ya la pedía yo. MUY RARO TODO. Aún mantengo algo de contacto, pero eso me hacía explotar la cabeza, porque era una tía inteligente y en otros aspectos de la vida muy echada para adelante.