¿Follaría anoche
@Chico_normal? Lo mismo le tiene una jaca hecho el nudo del perro y no se puede separar hasta media mañana. Yo anoche soñé que emprendí un viaje hacia el norte, a tierras más prósperas. A veces iba en coche, otras en moto de paquete, y hubo un momento que se puso a llover y en ese momento iba en bici. Ourense, allí fui a parar, a una reunión de nazis, pero en la sala había más gente, porque debía de ser una sala alquilada o el salón de alguna Casa de la Cultura. El caso es que había unas señoritas que te iban acomodando en un lugar según a qué fueses, a mí me sentaron al lado de un grupo de marujas que habían ido a aprender manualidades con flores disecadas. En un momento, una de estas mujeres, una joven pero de aspecto viejo se levantó para ir al baño o algo, y me puso la mano en el hombro, sentí su mano totalmente innecesaria apoyada en mi hombro. Y diréis, pero qué puta mierda. Pues no, porque para un ser como yo que una mujer desconocida apoye su mano en mi hombro es algo extraordinario. La sensación era totalmente real, tal real como si estuviese pasando. Lo cual me lleva a la conclusión de que el cuerpo humano necesita contacto físico con sus semejantes para regular los sensores de la piel y ponerse a punto.
También el individuo necesita su dosis de aceptación por parte de la manada, es toda una vida la que llevo sin haber recibido nunca ni el más mínimo gesto de simpatía, complicitad, empatía, ya no digamos un flirteo; por parte de esas putas. Que lo único que me dan es desdén con mohines, miradas displicentes, gestos de desagrado, retiran la mirada cuando me cruzo con ellas por la calle como si estuviesen viendo a un leproso, me ignoran, me hacen invisible. Putas.
Pero que se jodan todas, porque mi mente viaja a mundos lejanos y por medio de la magia onírica puede recrear sensaciones tan reales como la vida misma. Ya sé lo que se siente cuando una desconocida te toca, ya he sentido el peso de una mano femenina sobre mi hombro, su calor, el tiempo que permanece ahí quieta trasmitiendo esa energía positiva que parecía que me estaba cargando las pilas. Sí, ya me puedo morir con la tranquilidad de haber sido aceptado, por un instante, por un ser del género opuesto.