Soy experto en interpretación de sueños. Huyes de ti mismo, de tu miserable vida, de la cochambre en la que están hundido. Es una huida desesperada, una huida hacia delante. Por eso los tejados son como de poblados chabolistas, representan la miseria y la penuria en la que estás ahora instalado. El metro, los rumanos y el escenario que has descrito; representan la soledad y el agobio de la gran metrópolis. Porque estar solo en una ciudad es depresivo, pero en cambio, estar solo en el campo es la verdadera salud. Los rumanos también representan todos tus viajes, lo exótico, la asiática aquella que te follabas, todo eso; de lo cual ahora también reniegas porque han sido malas experiencias que ahora te lastran y te quieres desprender de ellas para correr hacia delante más ligero. Corre, Cimmi, corre hacia tu libertad.
Ayer mientras trabajaba de lo mio estuve junto a dos nínfulas. Jugaban y revoloteaban con un flirteo imperceptible para los demás pero que a mí no se me escapaba. Sus progenitores, abuelo, tías, y demás familiares también estaban, por eso tenía que extremar las miradas de reojo y disimular todo lo posible. Jugaban con sus bicis, se alejaban e iban al sembrado de cereal, cosa que mi mente animal interpretó como una invitación a seguirlas, y allí, alejados de la presencia de los mayores, iniciarles en el mundo adulto mediante juegos. Esa eclosión de ninfa a mariposa, ese juego inocente de una tarde de abril donde se pasa, definitivamente, de niña a mujer.
Pues anoche soñé con esa escena. Y yo las seguía, y con la excusa de hablarles de las características de unas flores que por allí había, alejadas del clan familiar, y desplegando todo mi encanto de madurito interesante, empecé a inventarme cosas sobre botánica, para embelesarlas. Y cuando ya creía que estaba sometida, una de ellas, y lo suficientemente alejado del peligro de los mayores, osé a tocar su redondito culo, un culo de una perfección que sería absurdo tratar de describir aquí. También traté de rozar mis morros sobre su preciosa boca, pero ni siquiera en sueño soy ducho en besar a mujeres. Y entonces, la que hasta entonces parecía que estaba receptiva, dio la voz de alarma. La muy puta me salió rana.