No me digas que te has aficionado al tema habanos.
Hombre, vamos a ver, redpo. Llevas mucho tiempo diciendo que no tienes dinero para la siguiente comida y diciendo, a la vez, que a tu perro no le falta de nada y que antes come el perro que tú y que mientras tú roes un palo para cenar él tiene pienso gourmet. Qué quieres que te diga, pero ni lo segundo nos lo puedes colar como una hazaña ni nos terminamos de creer lo primero. También nos hace gracia que siempre, in extremis, en el último instante, un amigo salvador te rescate de caer al abismo cuando ya se te resbala la ramita de la que estás asido entre los dedos, que no es la primera vez.
Yo no te deseo ningún mal, y ojalá te restablezcas pronto y vuelvas a una posición económica desahogada, pero este llantito de tengo sesenta céntimos para comer los tres próximos días porque me lo he gastado en el perro (fijaos qué bueno soy) es un poco risión, la verdad.