NicolasFake rebuznó:
A mi hay una técnica que me funciona bastante. Consiste en ponerse lo que es el capullo asomando por encima del pantalón pero tapado con la casmiseta. Acercarse al objetivo y preguntarle si quiere ver tus abdominales mientras te destapas. A partir de ahí hay que mantenerse sereno ante los insultos y recriminaciones. Una vez pasado éste bache el resto es coser y cantar.
Pues creo haber contado ya que eso hacía un colega mío, sacársela y estar como si tal cosa en los bares. Recuerdo en una ocasión en la que coincidí con una compañera mía de la facultad en un bar y su grupito de amigas y él, a la sazón médico cardiólogo, se saca la chorra y se pone a departir amigablemente con el corro de chavalas. El tío era, y sigue siendo, un gran conversador, un tío verdaderamente brillante, y no le costaba nada suscitar la atención de todas ellas con su divertida elocuencia. Pues ahí le teníais que ver, charlando entre jijis y jajas con un grupo de tías en corro... y con la chorra fuera.
Yo estaba viendo la escena con un tercer colega y ambos estábamos que no dábamos crédito. Hasta que una se dio cuenta. Fue muy clara su expresión, no era nada que hubiera dicho el tarao del Quique que la hubiera dejado ojiplática, no, era que se había dado cuenta de que estaba con la chorra fuera. Casi se le cae el cubata, porque la mandíbula sí que se le cayó a los pies. Retrocedió, a medio camino entre espantada e incrédula, tirando del brazo a la que le quedaba en el lado de la mano libre.
Poco a poco el grupo se fue disolviendo. En cosa de un minuto todas parecía que tenían el coche en segunda fila o algo y salieron del bar, eso sí, ordenadamente. Mi compi de la facultad me dijo que mi colega estaba loco.
No follamos esa noche, así que no, eso no funciona.