La estrella del cine para adultos ha sido detenida por la muerte del fotógrafo de moda José Luis Abad en un rito con veneno de sapo.
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Violeta, la hija de Ignacio Jordà González y Silvia Francesca Jaimes Romero.
Con tres años, Violeta se preguntaba por qué sus padres la llamaban Nacho, aunque por aquel entonces, su nombre sería Sara. Fue más tarde cuando se decidió por el de Violeta, por ser el favorito de su madre. Violeta se puso su primer falda a los seis años y al momento comenzó a dar vueltas, feliz, mientras cantaba ‘Suéltalo’, de Frozen. “No se me va a olvidar nunca”, recuerda el actor
Nacho Vidal. Violeta es
su hija trans y ‘
Mi nombre es Violeta’ es el relato que ha inspirado su vida.
Vidal cuenta como su hija fue creciendo con
una sensibilidad diferente a la de los niños de su entorno: “No te gustaban las pelotas, sino las muñecas; no te gustaban las zapatillas, sino los tacones; no te gustaban los pantalones, sino las faldas. Por aquel entonces, llegué a pensar que tenía un niño y que posiblemente sería homosexual, pero nunca se me cruzó por la cabeza que podías ser una niña”.
Con solo seis años, Violeta confesó que sentía que había nacido en el cuerpo equivocado: “Pasaron los años y, un día, tu mamá (la también actriz porno
Franceska Jaimes) y tú visteis un documental en la televisión en el que salía una niña transexual. Cuando terminó, le dijiste a tu madre que
eso era lo mismo que te pasaba a ti”. Vidal lo describe como un “tortazo de realidad”.
Asimismo, le explica que va a vivir en un ambiente que todavía no tolera a la comunidad LGTB, con la cual Vidal está muy involucrado:
“Automáticamente, te dije que al otro día iríamos a comprar toda la ropa que quisieras, para
cambiar tu armario de niño a niña. Con mucho miedo, claro, porque vivimos en una sociedad que no tolera, que no respeta ni empatiza; una sociedad que no entiende esta situación… y yo, con ese
miedo a que te pudiera pasar algo, a que te hicieran daño, a que lo pudieras pasar mal”.
No va a ser un camino fácil, advierte: “Siempre
van a hablar mal de ti, pero lo único que te tiene que importar es la gente que te quiere, la que te rodea. No puedes esperar que todo el mundo te acepte; tú tampoco aceptas a todo el mundo”. Y le da un consejo que a buen seguro tendrá presente el resto de su vida: “Le guste a quien le guste, o no le guste a quien no le guste, existes. Has nacido. Eres. Y vas a ser siempre lo que eres: una niña. No vamos a luchar por absolutamente nada porque en la vida no hay que luchar,
hay que ser feliz”.
Vidal le muestra un apoyo incondicional como persona pública, activista por los derechos de los transexuales y, sobre todo, como padre: “Con esto quiero decirte que siempre
voy a estar a tu lado, que todos vamos a estar a tu lado, y que vamos a ser felices en esta situación que Dios nos ha dado, y que para mí es una bendición.
Tenerte es una bendición”.
A mí Olaf me parece molón:
https://www.youtube.com/c/disneyspain/search?query=olaf
Piramidal y dragones gemelos, eso sí es cojonudo para darte un escarmiento. No te preocupes que con los nunchakus solamente por debajo de tu cintura, sin reventarte tu hueca calavera.
Necesitas volver a San Mamés, recuerda que fue un mártir cristiano que lanzaron a los leones.
¿Te pondrías la camiseta del Athletic de Bilbao y dirías que la homosexualidad o el trastorno de identidad de género abocan gradualmente a la desaparición de la especie humana? Ojalá fuera verdad con tal de reducir la demografía descontrolada. ¿La
maldición del cromosoma Y prevista por Bryan Sykes no te parece suficiente? Dinamita la sociedad desde dentro el totalitarismo socialista y comunista, la represión policial y judicial, la corrupción política, la democracia sin igualdad ante la ley. Eso sí es corrosivo.
'Mi nombre es Violeta' es una novela inspirada en la vida de la hija de Vidal, escrita por Santi Anaya. Cuenta las dificultades del primer amor y la búsqueda de la identidad.
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El actor porno Nacho Vidal compartió con España, ya en 2016, que
tiene una hija transexual. La niña tenía entonces nueve años. “Mi hijo Nacho ahora se llama Violeta. Al principio pensaba que mi hijo era marica y le dije que no pasaba nada”, relató, pero poco después entendió que lo que le pasaba al antiguo Nacho es que había nacido niño, pero era una mujer. “Violeta es muy madura, tiene muchas responsabilidades y una lucha que no deberían existir para alguien de 9 años. La primera barrera que vivimos fue el nombre, porque en los documentos ella aparece como Ignacio Puerta González, pero ella es una niña por dentro y por fuera. Eso como padre duele”.
La familia tuvo problemas en el juzgado cuando intentó cambiar el nombre de su hija. “El juez me dio la razón, pero la fiscal se opuso”, recordó. Contó también que, afortunadamente, Violeta no había tenido problemas en el colegio,
toda una conquista en un mundo donde pervive la transfobia y se canjea en acoso y derribo, cuando no desemboca en suicidio. La tasa entre la comunidad trans es preocupantemente alta. "Desde la asociación Chrysalis estamos recaudando fondos sin ánimo de lucro para ayudar a muchas familias que no pueden y que tienen en casa la misma situación", alicató Vidal.
Entonces Violeta se enamora de Mario, un compañero de clase: se enamora como se enamora uno las primeras veces; se cuelga como una auténtica bestia, con toda la ilusión y el pánico, con el primer beso y los mensajes a deshora, con las citas fallidas y los bombones regalados traídos de Bruselas. Sabe que tiene que decírselo, pero no lo hace: está en paz, está disfrutando de la magia. Todo se tuerce cuando Nacho, otro compañero del instituto, se entera de que Violeta nació siendo Nacho y
la humilla y la tortura: le pide, por ejemplo, que le enseñe el pene para comprar su silencio. Ella no cede a sus chantajes y él acaba contándoselo a Mario, quien, enfadado por la mentira, se aleja de Violeta. La noticia se propaga y empieza el bullying. Tanto a ella como a él: los acosadores le envían fotos de páginas de contactos de trans, gritan “banana” en mitad del pasillo y les preguntan crueldades tales como que “quién de los dos la tiene más larga”.
Está tan colgada por Mario que, sólo por él, está dispuesta a hacerlo. Lo habla con sus padres, y ellos la aconsejan con sabiduría: “Si decides esto, que sea porque te lo has pensado, has sopesado los pros y los contras y estás convencida de que tú serás más feliz tras este cambio. Que no sea para gustarle a alguien”, le dicen. “Estaré más feliz si el chico que me gusta no me mira con asco diciendo que soy un tío”, replica ella. “Una operación no evitará eso, Violeta.
Si un chico deja de verte como una chica cuando le explicas tu historia, lo hará igual tengas pene o no. Un chico así no te verá como a una chica. Te verá como a un chico operado”.
La pregunta se queda en el aire, pero una certeza llega: Mario no era la persona para ella. Ni siquiera cuando hacen las paces y él le dice que quiere volver a ser su novio… porque sólo lo hace deslizando una condición: que se opere, tal y como sus padres vaticinaron. Violeta le da puerta. Cada vez muestra más arrojo y más firmeza a la hora de coger las riendas de su vida. ¿Quién sabe? Quizá su verdadero amor sea Andrés, su amigo de la infancia,
que lo sabe todo de ella y eso sólo hace que la adore más.
No comparéis ser una buscona - como la mayoría de las adolescentes que son conscientes de cómo usar su cuerpo para lograr expectativas socioeconómicas - con una persona con trastorno de identidad de género que no debe ocultarse y no puede pasar su vida encerrada con un trastorno psíquico y moral por no estar en su cuerpo, el género es una construcción cultural más allá del par de cromosomas 23, de la determinación del sexo al nacimiento.
Cuando Nacho Vidal y Franceska Jaimes hicieron público que tenían una hija (y no un hijo) llamada Violeta (y no Ignacio), el Ku Kux Klan de las redes sociales encendió sus antorcha
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Cuando
Nacho Vidal y
Franceska Jaimes hicieron público que tenían una hija (y no un hijo) llamada
Violeta (y no Ignacio), el Ku Kux Klan de las redes sociales encendió sus antorchas y fue a por la familia: aquello era un
«castigo divino» por haber tenido una «vida de excesos».
Lo del «castigo divino» se refería a la condición transexual de la flamante niña, que por entonces tenía nueve años.
Lo de la «vida de excesos» se refería al trabajo del padre y de la madre: los dos son actores porno.
Hubo insultos corales, linchamientos varios y cuerpos arrastrados por el fango. Pero el padre de la niña no denunció a la Policía hasta que vio aquella página de Facebook:
una en la que llamaban decididamente a matar a su hija.
Lo que a muchos adultos vuelve locos -tal y como hemos leído-, ella lo lidió de forma bastante natural.
Puedes nacer con genitales masculinos.
Ser vestida con ropa de niño.
Recibir en los cumpleaños regalos de chico.
Estar en toda la documentación oficial como un varón.
Responder al nombre de Ignacio en el colegio y en la cartilla sanitaria, en el libro de familia y en el pasaporte.
Puedes pasar por todo eso y más, decimos. Pero tenerlo muy claro.
-Me llamo Violeta.
«Lo más importante es que ella empatice con la gente que pueda odiarla. En esos casos, el enemigo acaba dándote pena», señala su padre. «Yo le he dicho: 'Hija, mucha gente te dirá que no le gustas. ¿Verdad que a ti no te gusta todo el mundo? No pasa nada. No quieras gustar a todos. Porque, si no, no tendrás la autoestima que vas a necesitar'».
La paradoja es que Nacho y Franceska quieren que en estas páginas se vea claramente el rostro de su hija («¿por qué no?»), pero la Fiscalía ha tenido que pensárselo. El día en que ésta coincida desde el principio con aquéllos, significará algo: será que ya no hay estigma.
Ahora lo saben los padres: desde el principio los equivocados fueron ellos dos y no ella. No tiene muy claro si será cirujana (eso dice) o no. Si tendrá dos hijos adoptados (eso proyecta) o uno. Si seguirá con las clases de pintura o las dejará. Pero hay cosas que son innegociables.
«Quedaban 10 días para que acabara el curso y yo le dije que era mejor que terminara yendo como un chico y que ya se vistiera como una niña al siguiente... Ella me dijo que nunca más iría con ropa de niño.
Yo le argumenté que se iban a reír de ella. Entonces, con una madurez pasmosa, me contestó: 'A mí me da igual lo que me digan, yo sé muy bien lo que soy'».
Y así fue Violeta al colegio.
Y entró a clase.
Y nunca más Ignacio volvió.
«Cuando era un niño, era un niño muy feliz, pero cuando fue niña... uf... Cuando le vi de niña me di cuenta de que lo anterior no había sido verdadera felicidad».
«
No puedo obligar a que los demás quieran o acepten a mi hija. Es problema de ellos. Yo también pasé una época en la que decía que un travesti era un tío y punto. Eres así hasta que pasa algo que te hace despertar un nivel de conciencia superior», reflexiona el padre. «Ahora empatizo con todo el mundo, lo vivido me ha hecho empatizar hasta con los del autobús de HazteOir [asociación ultra-católica de extrema derecha que promovió una campaña itinerante contra la transexualidad]. Yo puedo explicarles esto si quieren. Respetar a gente como mi hija forma parte del crecimiento personal de ellos; no del mío ni de ella».
El día en que León -algo celoso, nueve años- le preguntó a su madre que por qué no hacían no ya una película sobre él, sino al menos un libro, su madre le contestó que el documental era por la «situación» de Violeta. Entonces León volvió a preguntar: «¿Y qué situación es esa?».
Él ya sabía.
Pero lo vio más claro el día en que fue invitado junto a su hermana y sus padres a ver un pase privado del documental.
Son un puñado de historias de personas transexuales. Personas que se cruzan. La principal es la de Violeta. Pero la más amarga es la de Alan.
Se llamaba Alan, estaba haciendo el camino inverso al de Violeta, tenía 17 años, no aguantó más el acoso y
se suicidó en Sant Cugat tomándose un cóctel de fármacos en la Nochebuena de 2015.
Franceska estuvo en el entierro del adolescente. La madre de Alan estuvo en el pase del documental. León lloró al verlo.
Hay películas que acaban fatal y otras que terminan con mucha luz.
La de la niña que hoy nos ocupa cierra con un acto de autoafirmación al final de la cinta, a la altura de la hora y 13 minutos de grabación: es ella dando la cara mirando a la cámara. Con el pelo recogido y una blusa blanca. Sonriendo como cuando acabas de soplar todas las velas de la tarta y tu gente aplaude.
Con esa sonrisa de niña de 11 años a la que se le ha caído un diente.
Transfóbos porque tienen miedo a la diferencia de quien no ha elegido tener trastorno de identidad de género y no ha nacido en el cuerpo de su verdadera identidad. Homófobos lo serían con personas transexuales de orientación homosexual pero no dirigirían el mismo odio contra
el amante lesbiano, si un chico trans se enamorara de mujeres, frente a una mujer trans enamorada de varones.
Todo depende de verse en su cuerpo, en su rol de género, con la vestimenta y la apariencia deseada, más allá de que si su amor es correspondido no dependa de que estén operados sus genitales como condición impuesta por una pareja egoísta temerosa del qué dirán, porque la decepción es mucho mayor que entre los heterosexuales sin trastorno de identidad de género que por muchos desengaños amorosos no han tenido que hacer concesiciones como cirugías en sus genitales para ser aceptados o correspondidos.
El actor porno cuenta en el documental 'Me llamo Violeta' su shock inicial y su proceso de aceptación de la transexualidad de su hija.
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Sorprende la sinceridad de Vidal, al que se ve en vídeos caseros preguntando a su hijo que si quería jugar con Barbies y vestir de rosa, y confesar que esperaba que fuera gay, pero que el tema de la
transexualidad le superaba y sacaba sus prejuicios.
“Ojalá no sea trans”, se le escucha decir al comienzo del documental debido a la “mala información” que tenía. Para Vidal, acostumbrado al mundo de la pornografía, las mujeres transgénero sólo encontraban su lugar a través del cine para adultos o la prostitución. De hecho, recriminó a su mujer que le enseñara un vídeo sobre el tema a su hijo. “Falta educación, fui un estúpido”, dice Nacho Vidal que ahora se ha convertido en un apoyo fundamental de su hija y su exmujer.
Me llamo Violeta muestra los vídeos de momentos cumbre para esa niña. Como la primera vez que Nacho y Franceska la llevan a comprar ropa de niña. Cogió lo más llamativo, era su forma de reivindicarse a pesar de su corta edad. Cuando las vistió lo primero que hizo fue cantar “Libre soy”, la canción de
Frozen que se ha convertido en un canto de libertad para las niñas. También se da voz a las maestras de Violeta, que explican el momento en el que tuvieran que explicar a los niños que Nacho sería Violeta. “Cuando me trataban como niño decían que yo era una niña; cuando yo empecé a llevar la ropa de niña se rieron”, dice Violeta en el documental.
La naturalidad de la hija de Nacho Vidal es desarmante, y eso que un fiscal no ha permitido a los directores mostrar su cara de manera explícita por proteger su seguridad, algo que los directores y el propio Vidal creen que es un agravio comparativo ya que hay decenas de trabajos en los que los niños enseñan su rostro. Por ello Violeta sale maquillada, con el pelo tapado o desde ángulos de cámara que evitan que se la reconozca con claridad.
Ahí está Leyre, una actriz de 20 años que está esperando cita para la vaginoplastia, y que vivió un año en la calle después de ser rechazada por su familia. O los padres de Alan, el adolescente que se suicidó tras sufrir acoso escolar en su instituto, o Iván, que se enfrenta al rechazo en las entrevistas de trabajo cuando ven que su DNI pone sexo femenino aunque él se considere un hombre.
La transexualidad lleva muchos años de lucha, y eso se refleja con la historia de dos de las activistas pioneras en la lucha por los derechos trans:
Silvia Reyes, encarcelada bajo la dictadura franquista por “travesti”, y la ex actriz
Carla Delgado, que pasó del activismo a la política (es diputada en la Asamblea de Madrid) y que ha contribuido de manera decisiva a la aprobación de leyes que protegen los derechos del colectivo LGBTI.
Todos ellos construyen un mar de vivencias para Violeta, para que siga creciendo con esa valentía y cantando ese “Libre soy” sin que nadie le diga lo que debe ser o cómo debe sentirse. Un ejemplo que ayudó a Nacho Vidal a superar todos sus prejuicios sobre la transexualidad, y que ahora lo hará con muchos espectadores.
¿Te remites a antecedentes sobre regalar una katana a un psicópata abducido por juegos de rol?
El caso del ‘Asesino de la Catana’, en el que el joven de dieciséis años José Rabadán mató con total serenidad a sus padres y a su hermana pequeña de tan solo nueve, revo...
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Su obsesión por
el juego Final Fantasy VIII llevó a que le regalasen un sable de samurai, o a asistir a clases de kárate. No había nada material que José no obtuviese fácilmente. Sin embargo, el adolescente no estaba a gusto con su familia.
Gracias al gran despliegue de medios de comunicación que hubo durante su traslado al Juzgado de Menores de Murcia, pudimos conocer
el rostro del ‘Asesino de la Catana’, que apareció en las portadas de los principales diarios españoles. La corta comparecencia se resolvió sin llegar a juicio y sentenciándole a
ocho años de internamiento en un centro de menores y dos de libertad vigilada. Hasta ese momento, el parricida había estado cobrando la doble pensión de orfandad estipulada por ley.
El 25 de septiembre de 2003, José intentó fugarse aprovechando que tenía una sesión terapéutica en Elche. Cuatro horas después de dar esquinazo a sus cuidadores, dos policías de paisano le arrestaron. Lo único que el joven gritaba era:
“La próxima vez me tendréis que pegar dos tiros para cogerme”.
Cumplidos siete años, nueve meses y un día de la sentencia por el tripe asesinato, el ‘Asesino de la Catana’ quedó en libertad. Era el 1 de enero de 2008. Desde entonces y
hasta diciembre de 2017, José Rabadán vivió sumido en el silencio del anonimato, integrado en la sociedad tras recibir tratamiento psiquiátrico y llevando una vida absolutamente normal.
Sin embargo, la emisión de un documental en DMAX sobre su vida –lleva por título
Yo fui un asesino-, volvió a ponerle de actualidad. Ahora aquel adolescente rebasa los treinta años de edad,
está casado, tiene una hija de tres y trabaja como broker en la Bolsa.
Hace unos días tuve un rifirrafe con varias personas en un hilo sobre cómo desvirgarse. Dicho suceso, unido a ciertas sensaciones que me han asaltado en los últimos tiempos, me han llevado a ciertas conclusiones (tal vez tempranas), que he decidido compartir con ustedes. También, porque llevo...
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Sons of Liberty.
Siempre he sido un stalker. Os voy a contar cosas, soy consciente de las implicaciones pero no me juzgo, eso os lo dejo a vosotros. La primera vez que hice algo por el estilo fue cuando estaba en el instituto y un día que la biblioteca no estaba transitada me puse a mirar las tarjetas de...
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Pilla un billete a Valencia. Te comerá a besos con la lengua por tu cuello, hasta darte lametones en el oído interno. Antes del deepthroat te preguntará lo mismo que a mí: ¿Fumas? ¿Sueles comer mucha cebolla o ajo? Hazla caricias en la espalda y amasa despacio cada una de sus nalgas. En la cópula empieza si quieras en misionero, haz pausas para besarla y mantén luego el ritmo hasta desfogarte. Tras el primer asalto se girará como perrita y pronto te pedirá a tergo, nunca pongas tus manos en sus hombros, llévala desde la cintura, siente cómo chocan sus nalgas argentas contra tu pubis en bamboleo hipnótico, siente cómo se estremece la carne trémula. Luego anal... deleitate al sobar su culazo, abre sus nalgas y verás que se desliza sola. Déjate llevar por ella y todo irá como la seda.
Un film duro y realista que pretende visibilizar la transexualidad en los menores de edad
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A Violeta Vidal la acompaña el testimonio de otra familia que afrontó el reto de vivir con un menor trans en tiempos donde la inclusión era menos aceptada en la sociedad: “Los padres tienen que enseñar a sus hijos desde la empatía y el respeto, porque más que hacer una defensa a los niños trans, deberíamos enfocarlo a todos los niños que sufren
bullying. Un niño que tiene sobrepeso o que está viviendo una situación económica complicada puede sufrir perfectamente la misma presión de sus compañeros de clase que uno transexual”, asegura
Vidal, que en esta ocasión muestra su lado más humano y paternal, sin guiones.
Pues yo quiero ser Olaf de Frozen así que no pretendas sexualizar los muñecos de nieve, porque son asexuales.
Pseudoprogre patológica era Gabriela Amparo, quien llegó a decir: "No vota a Podemos, es cristiano y hetero, menuda joyita..."
No hay ninguna vergüenza en proteger la integridad psíquica de un hijo tal y como es en función de su identidad de género y orientación sexual. ¿Qué ya sabes que vas a sufrir persecuciones de la turba multa? Obvio, nadie va a prepararte para educar, ninguna asociación que diga defender a un colectivo discriminado puede enseñarte a educar y querer a un hijo transexual, pero no serás consciente hasta qué punto puedes sentir empatía y tener un vínculo afectivo hasta que ataquen con amenazas de muerte y sugestionen el suicidio a quien has querido desde que era un bebé. Ninguna justificación tienen esos linchamientos y acoso. Nada que no sea la aceptación y la empatía pueden ser saludables para la integridad de una persona, no sirve de nada ocultar y esconder a un hijo, eso no es protegerlo.
Los progenitores y tutores legales están tan en contra de permitir el acoso escolar que no llevarían a su hijo transexual a un centro de estudios o institución educativa que rechace a alguien por trastorno de identidad de género o tolere abusos escolares. Lo único que no pueden hacer desde su familia es convencer al resto de la sociedad que no hace ningún esfuerzo por sentir empatía o siente rechazo irracional por sus propios prejuicios, miedos e inseguridades, por una ideología ultraconservadora que incita al odio a quien sea diferente o de un colectivo marginado no por ser minoritario sino por discriminar en una represión totalitaria de la sexualidad. La visibilidad y simpatía mediante divulgación en libros y cine sirve para educar en la diversidad de género como una construcción cultural en la vida de una persona y la orientación sexual como un rasgo más de la personalidad. Eso sí ayuda a los niños futuros más que imponer castigos o dar protecciones jurídicas con leyes de identidad de género en los centros educativos.
En los países islámicos de derecho consuetudinario basado en la Sharia la homosexualidad está penada con cárcel así como el trastorno de identidad de género no está reconocido en hospitales sino tipificado en el código penal. Las personas no pueden esperar a que el país donde se desarrollaron y tienen su arraigo alcance libertades y derechos fundamentales porque el totalitarismo no desaparecerá de un día para otro. Lo más razonable es migrar y hacer activismo por los derechos humanos desde un Estado que no esté gobernado por fundamentalistas cavernícolas ni ultraconservadores de la decencia humana.
El positivismo jurídico es un absoluto fraude y un engañabobos, creer que la legislación de un país es justa porque sean aprobadas las leyes o las apliquen los jueces, cuando la misma redacción choca frontalmente contra nuestras intuciones morales más básicas, criterios éticos objetivos, universales de tal modo que en el fuero interno de la conciencia sabes que no puede hacerse justicia con el odio hacia un colectivo de la población.
No, la defensa social es contra el odio a la diversidad y hacia la identidad de género, rebelarse contra quienes intentan hacer la vida imposible a quienes son diferentes. Lograr que los abusones sientan empatía y cambien su equivocado punto de vista para que se llegue a una sociedad inclusiva, pacífica y con buena convivencia cívica basada solamente en valores morales desde la educación de los niños. Eso sí sería un hito cultural en vez de tener que castigar al matón y repartir sentencias condenatorias. Lo más triste es que no solamente se enfrentarán con burlas de niños consentidos sino con profesores, directores de estudios, médicos, fiscales, jueces, profesionales que también tienen hijos pero su mentalidad sigue siendo cerril y represora.
Antes de sacar el cinturón cual
@Perrino Chico siente empatía y reflexiona si no fuera un acto reivindicativo de un lector rushdieno / houllebecquiano:
es.wikipedia.org
es.wikipedia.org
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Exacto, además todavía persiste el espíritu del primo de zumosol y el tío tarambana como Uncle Buck.
El actor porno presenta el libro 'Mi nombre es Violeta', basado en la vida de su hija trans de nueve años
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Creo que es una manera de que ellos lean algo y sientan esa empatía con esa niña y digan “le están haciendo la vida imposible a esta persona y somos nosotros, la gente, el entorno”. Es un libro que podría haber sido sobre una niña con sobrepeso. Quizás hubiera sido más cercano porque hay más niños con sobrepeso que niños transexuales en las escuelas pero son libros que hacen falta para que los chavales puedan entender lo mal que lo pasan todos esos objetivos de ataque de bullying.
(...)
Yo por mi trabajo en la industria del porno conozco historias muy fuertes de niñas que con 13 años recibían palizas de su padre porque no aceptaba que fueran transexuales hasta el punto de echarlas de casa y que tuvieran que prostituirse con 15 años para poder vivir. Son historias muy fuertes. La historia de Violeta, gracias a lo que sea, no es así. Su historia es de amor, de empatía, no hay ningún tipo de drama en su vida. Un niño le dijo una vez que no la iba a llamar Violeta, que la iba a llamar Nacho porque ella era un niño, y hablamos con la familia y el niño le escribió una carta pidiéndole perdón. Se arregló el problema. ¿Quién no recibe bullying en el colegio? Yo no porque suspendí 2º de EGB ¿Quién suspende 2º de EGB? (Risas) Iba un año atrasado y era un año mayor que todo el mundo, era el más grande, entonces yo era el que defendía a los que les hacían bullying. A uno por ejemplo traía dinero para la merienda y se lo robaban porque era delgadito y podían con él. El bullying existe en todos los lugares y todas las vertientes. En este caso una transexual.
A mí me gusta Olaf:
Yo podría tener peluches y ropa de Olaf, sea un pijama de invierno o un traje para misiones. No me disfrazaría solamente en Carnaval.
Lo que está demostrado es que los progenitores negacionistas del progreso científico son un peligro público, quienes no quieren vacunar a sus hijos, quienes los aislan de la enseñanza pública... aunque los Amish parecen buena gente y no necesitan electricidad.
O por silogismo falaz, pero no por teoría de conjuntos o diagramas de Venn.
A
@Moporday le gustaba mucho la chanza del ficus como insulto comodín.
No intentan demostrar nada para buscar enfrentamientos, protegen a sus hijos lo mejor que pueden. Lo contrario es someterse a la turbamulta de ultraconservadores sociales, reaccionarios y carcamales. La mayoría de los progenitores advierten que tanto el trastorno de identidad de género como una orientación que no sea heterosexual conlleva persecuciones y linchamientos. No van a ocultar la identidad de sus hijos y atormentarlos, no pueden castigarlos por algo que no eligen y que no es imputable.
Debería dar verguenza a aquellos que quieren tener hijos pero su mayor miedo no son las drogas ni la delincuencia ni que sean gentuza sin escrúpulos, sino tener un hijo homosexual o transexual.
Hablando de la transición, yo soy del 73 y recuerdo en los 80 que íbamos siempre a un parque cerca de mi casa y había un chico que se llamaba Toni. Tenía mucha pluma y recuerdo que era muy maltratado por todo el mundo y discriminado. Yo siempre jugaba con él, tenía mucha empatía, siempre he sido así. Recuerdo esa discriminación hacia el chaval y creo que estamos viviendo una transición también con los trans. Antes los homsexuales estaban escondidos y los señalaban con el dedo y no los dejaban entrar en ningún sitio ni trabajar. En la época franquista los metían en la cárcel, en Cuba era cadena perpetua… Hoy por hoy están en la televisión, son periodistas… Porque empezaron a ser aceptados por sus familias y la sociedad y se vio como algo normal. Esto creo y espero que es lo que va a pasar con los transexuales.
Si vemos atrás las cosas que han hecho los transexuales en el cine casi siempre han sido prostitución y ese tipo de papeles. Almodóvar los ha utilizado para hacer de prostitutas o de este rollo. Yo creo que sí, pero ya hay un cambio y lo vamos a ver gracias a que los padres estamos con una conciencia diferente a los padres de antes, que era esconderlos y que no los viera nadie. Hace 25 cuando empecé a trabajar conocí a una chica trans que se llamaba Laura, guapísima, rubia, alta, tenía 21 años. Pero venía de muy buena familia, pero era la oveja negra, se fue de casa y trabajaba en el Bagdad con su novio. Yo tiempo después en una discoteca me encontré un tío con perilla y calvo que me dijo “Hola, ¿te acuerdas de mí?” Pensé que sería un fan. Me dijo “Soy Laura”. Había vuelto a casa de sus padres porque tuvo unos problemas y estaba muy destrozada. Los padres le impusieron que si quería volver a casa, tenía que dejar de ser trans. Ella me contó que la tuvieron un montón de meses arriba de la casa escondida en una habitación encerrada, para que nadie la pudiera ver. La llevaron a cirujanos para que le quitaran los pechos, las prótesis del culo y todo lo que tenía que ver con una mujer. Dejó de tomar sus hormonas y a tomar testosterona para que volviera a tener barba. Le pregunté cómo se sentía y me dijo “Yo sigo siendo Laura, pero tengo que hacerlo así porque es la única manera de ser aceptada”. Hay historias muy duras. Mi hija está teniendo una historia maravillosa.
πάθει μάθος
pathei mathos
From Aeschylus To The Numinous Way The Numinous Authority of πάθει μάθος Pathei-Mathos The Greek term πάθει μάθος (pathei-mathos) derives from The Agamemnon of Aeschylus (written c. 458 BCE)…
davidmyatt.wordpress.com
Estás con nosotros a pesar del sistema, no gracias a su funesta maquinaria. Los foros de 4chan no son mejores que PL. En determinados temas se puede publicar sobre aficiones y mantener un perfil discreto en foros sobre cultura, informática y deportes pero si has querido confiar en inadaptados sociales como nosotros es porque considerabas que al menos serviría de terapia, como visibilidad frente a otras personas que sufren en silencio.
El sufrimiento no garantiza sabiduría y lo que no mata no siempre hace más fuerte.
www.huffingtonpost.es
Padecer trastornos psíquicos, rupturas afectivas, cuando el sufrimiento se hace crónico, puede ser una tortura mental. Las malas experiencias pueden servir de lección, siempre que el daño no sea irreparable, una injusticia quede impune y su recuerdo no nos permita vivir con la conciencia tranquila. ¿Las reformas legislativas tienen que esperar siempre a que haya más muertes? ¿Cuánta gente tiene que morir para que haya medidas gubernamentales para tratar desigualdades sociales que eran discriminatorias de jure? ¿Cuándo dejará de estar incluido en el código penal de los países con derecho consuetudinario ser homosexual?
Ningún colectivo social o grupo de población se hace mejor ni más fuerte o adquiere resiliencia por ser objeto de persecuciones, acoso, linchamiento como algo normalizado de facto en la mayoría de la población. ¿Cuánto se tardó en legalizar el matrimonio, la adopción de hijos, utilizar el seguro médico de la pareja, entre homosexuales? ¿La celebración del Orgullo Gay desfigura a los homosexuales o es una fiesta inclusiva hasta que un día se logre la normalización sin la visibilidad excéntrica de la carroza?
Los discapacitados, los homosexuales, los negros, ¿recuerdáis la Forma del Agua? Si sus representantes no ayudan a alguien excluido por la sociedad, tratado como monstruo circense de la freak parade u objeto de experimentos pseudocientíficos de la guerra fría entonces pierden la esencia de la humanidad, lo que nos hace humanos propiamente es la responsabilidad personal al hacer justicia. "Si nosotros no lo ayudamos entonces tampoco somos humanos". La debida protección a las personas más vulnerables de la sociedad forma parte de la eterna lucha y prevalencia del bien contra las potencias maléficas.
La educación no es solamente económica sino afectiva y familiar. Los hijos deben recibir herramientas y metodología para valerse por sí mismos pero no se puede delegar toda la responsabilidad en las carencias o la ausencia de modelos de comportamiento que fueran buenos ejemplos a seguir en la vida. Los progenitores no pueden controlar las influencias de amistades de su hijo tampoco no pueden imponer con violencia la planificación que quieran para su vida porque saldrá una personalidad reactiva. Ningún hijo sale rana, son consecuencias de prácticas sociales generacionales.
Bien dicho. Ser feliz cuesta mucho esfuerzo, dejar de ser amable con la gentuza violenta que intenta causar sufrimiento, amedrentar a quienes parecen vulnerables o hacer imposible la vida de quien sea diferente. Educa para impartir justicia social.
Cuando salió lo del autobús me puse como una moto, pero luego con la calma dije “tienen todo el derecho de educar a sus hijos como les dé la puta gana”. Como si les quieren educar como terroristas, es su vida, no es la mía. Mientras no toquen a mi hija un pelo, no pasa nada. Hay mucha gente que me quiere y hay gente que me odia. Estas asociaciones no van conmigo.
P: Pero con lo del autobús de Hazte Oír se protestaba porque fomentaba el odio hacia los trans.
R: No, para nada. Porque la persona que odia a la persona trans la va a odiar sí o sí, con autobús o sin autobús. ¿Sabes? Perdona que me meta en eso, porque no tiene nada que ver, pero es como la gente que mata a sus mujeres. No sirve de nada hacer una ley. El que quiere matar a su mujer, la va a matar. No le importa un culo el tiempo que lo vayas a meter en la cárcel. No hay manera de arreglarlo poniendo leyes, la única manera de solucionarlo es la educación desde niños. Si a un hijo de las una bofetada a tiempo, luego no esperes que ese niño no le dé una bofetada a tiempo a su esposa. Yo no les he puesto la mano a mis hijos encima nunca, es algo que mi expareja y yo lo tenemos muy claro. Si les educas así, difícilmente tu hijo va a pegar a alguien. Todo parte desde la educación. Queremos resolver el problema cuando ya está formado y hay que resolverlo desde donde viene y viene desde la educación. Mis hijos me han dado muchas lecciones. Cuando digo por ejemplo “este está gordo” mi hijo me dice “¿por qué dices eso, papá? Eso no está bien”. Yo me quedo parado y digo “qué de puta madre”. Eso surge a través de la educación.
Les racailles sont assasins de la police, wot, wot, wot... ¡assasins de la police, nique la police!
Jadis et naguère, on chantait tous ensemble. Je souhaite que les gens des banlieues métisses à París, Rennes, Lyon et Marseille le récupèrent pour le chanter à la police anti-émeute pendant la crise du coronavirus.
Alons enfant de la patrie.
Le jour de gloire est arrivé.
Contre nous de la tyrannie.
L'étendart sanglant est levé x2
Entendez vous dans les campagnes
Mugir ces féroces soldats
Ils viennent jusque dans vos bras,
Egorger vos fils, vos compagnes
Aux armes citoyens! Formez vos bataillons!
Marchons, oui marchons,
Qu'un sang impur abreuve nos sillons, sillon.
P: Volviendo a Violeta, este año por fin habéis cambiado de forma oficial su nombre y el género, cuéntame cómo ha sido el proceso, porque antes ya lo habíais pedido y os lo habían rechazado.
R: Es una incógnita por qué antes no y ahora sí. Yo antes hacía la comparativa en televisión de que en vez de un fiscal parece un portero de discoteca “Tú sí, tú no”. También entiendo que es algo muy nuevo y desconocido. Me parece perfecto, pero que uno me diga que sí y otro que no es de portero de discoteca. El primer año nos dijeron que sí si cambiábamos el nombre. No podía ser Violeta, tenía que ser un nombre ambiguo, Álex, nos recomendaban. Tú mira cuántos Álex transexuales hay en España. Porque todos se bajan los pantalones y dicen que sí. Pero es que mi hija se llama Violeta, no se va a llamar como a ti te salga del coño. El segundo año sí que nos lo aceptaron y ya está, no hay más drama.
P: En el libro se toca el tema de “una mujer de verdad”, cuando le hablan de que se tiene que operar. ¿A ti qué te parece la operación de reasignación de sexo?
R: Yo lo respeto, cada uno que haga lo que quiera. A mí me encanta mi hija porque se acepta tal y como es hasta el día de hoy. Cuando empezó todo ella se tapaba los genitales y hoy no. Hemos conseguido, con esa normalización, que se acepte. Cuando hablamos de la vaginoplastia ella dice que para nada, pero tiene 11 años, es muy pronto. A mí me gustaría que ella se aceptara tal y como es. Yo tengo amigas transexuales que tienen pene y se lo pasan bomba y otras que se han operado y se han vuelto locas porque no consiguen tener un orgasmo nunca más en su vida.
P: ¿Y cómo fue cuando Violeta os dijo que era una chica?
R: Cuando dijo que ella no era un niño, que era una niña, fue con 6 años pero con 3 años ya dijo que por qué la llamábamos Nacho, que no se llamaba Nacho, que se llamaba Sara y era una niña. Ahí creímos que era un niño gay, será rico, no conozco a ninguno que no lo sea (risas). Cuando dijo que no se vestía de niño, que era una niña, fue con 6. ¿Cómo fue? Algo que yo tenía en un run run en la cabeza: “Que sea gay pero que no me salga transexual”. Mi mayor temor se hizo realidad. Imagínate. ¿Tu mayor temor cuál es?
P: ¿Cómo lo hiciste?
R: “Mañana vamos a H&M y te compro toda la ropa nueva de niña”, le dije. La solté ahí como si fuera un pitbull y le vi la cara. Yo antes pensaba que tenía un hijo feliz y no lo era. Esto sí es felicidad. Cambió totalmente. Faltaba un mes para que terminara la escuela y en la escuela nos dijeron que ya lo sabían pero que si iba a venir de niña que esperáramos hasta el siguiente curso. Yo a Violeta le dije que no podía ir con la ropa pero ella no quiso. Le hice entender que si se ponía una falda después de que la hubieran conocido de niño, seguramente se meterían con ella. La respuesta fue heavy: “A mí me da igual lo que me digan, yo sé lo que soy”. Se fue con falda y entró en la clase con su ropa nueva súper feliz y se rieron de ella. La profesora cogió a todos los niños y los puso de pie y les empezó a señalar lo que llevaban. “Yo soy Ana, soy mujer, llevo un pantalón. Que sea la última vez que os reís de un compañero porque lleva falda o pantalón”. Me acuerdo cuando se puso la primera falda, empezó a dar vueltas cantando la canción de ‘Frozen’
Es necesario establecer los límites entre un Estado aconfesional, de constitución laica o con libertad de culto religioso entre los derechos fundamentales, que firma concordato con el Vaticano, mientras su código penal tiene comportamientos tipificados sobre ofensas a los sentimientos religiosos:
¿Qué puede considerarse delito contra los sentimientos religiosos? · Noticias Jurídicas
P: ¿Y esto no choca con lo que decías antes de que hay gente que no quiere que sus hijos aprendan sobre diversidad y que no se les puede imponer?
Mira, ahora por ejemplo querían volver a poner la asignatura del Corán en las escuelas. Mucha gente está en contra de eso. Yo no. Hay un montón de religiones y si mis hijos lo estudian se van a enriquecer. Si solo estudias la Biblia, el niño va a ser así (hace un gesto de un cuadrado) pero si estudia otras religiones se va a ampliar. Todo tiene que ver con la sabiduría y con el saber lo que hay en el puto mundo. Y que no hay que nacionalizar nada, ni una lengua ni una religión. Todo está y existe y tu puedes elegir lo que tú quieras, cada uno es libre de elegir el camino que quiera elegir, siempre y cuando no haga daño a los demás. Yo lo del autobús primero lo critiqué y luego pensé que hagan lo que les dé la gana.
Puedes usar la falda escocesa, denominada kilt, mientras no sea un camuflaje para eludir el servicio militar y te descubra Palamedes.