- ¿Sabes cuál es vuestro problema?
- ¿<<Vuestro>>?
- De los jóvenes concienciados y activistas sociales y votantes del partido comunista.
- Que somos unos pijos con sentimiento de...
- Aparte.
- O sea, que tenemos dos problemas.
- Sí, el segundo es éste: os creéis mejores que los demás.
- ...
- Ayudar, apadrinar, concienciar, manifestarse, defender, protestar, donar, reciclar, solidarizarse... Suenan bien. Seguramente el persianero, el padre de tu amigo, no hace nada de eso, ni apadrina negritos ni lleva una pegatina en el coche de <<Ahorro agua>> o lo que sea. Y cuando vosotros, con perdón, hacéis proselitismo, siempre dais la impresión de situaros en un plano moral superior, de estar a la vanguardia de algo que, sin duda, es mejor que lo que tenemos, y de tener que aguantar el lastre de muchas personas que no hacen nada para mejorar el mundo. Sin embargo, ese tío arregla persianas, y el otro mete cajas de cerveza o barriles en un bar, y el otro conduce el autobús. Eso no sólo es hacer algo, sino que es hacer lo mínimo necesario para que el mundo, joder, funcione un poco. Quiénes sois vosotros para joderles con que, además de tener un trabajo socialmente deplorado, encima son unas malas personas, gente que no echa una mano a la gran causa. No nos engañemos, la solidaridad es una forma de ocio, una ficción para el puro entretenimiento de personas con mucho tiempo libre. Los jóvenes, sobre todo. Espera diez años, y verás a todos esos amigos tuyos solidarios dejar en la estacada a todos los pobres del mundo. Como mucho, reciclarán su basura correctamente, pero en cuanto tengan una hipoteca y un par de mocosos, verás tú lo que aportan. Un clic en un banner de su periódico digital favorito, como mucho, Ayuda a Bolivia. Clic.