Resumen del fin de semana: qué bien sienta pegar hachazos en una subida.
El domingo ruta clásica de puertos de Madrid, Morcuera y Canencia desde Colmenar Viejo. Para los que no la conocen, se trata de unos 100 km casi redondos con unos 2000 m de desnivel positivo, comprimidos en dos puertacos, Morcuera, de 9 km y pendiente media del 7% pero sin un puñetero descanso, y Canencia, de unos 6 km "reales" (aunque se supone que son 10 pero los primeros 4 son muy muy tendidos) y con unos últimos 4 km muy duros.
La he hecho ya varias veces porque es un entrenamiento cojonudo, y la diferencia en esta ocasión es que íbamos mucha gente de la grupeta, por lo que había posibilidad de relevos y fuimos a puto tope casi todo el rato. Bueno qué cojones casi, todo el rato. Mi objetivo principal en el entrenamiento es probarme con un compi que tenemos un nivel parecido después de casi 3 meses sin salir con él. Este bicho ha hecho este año el IM de Lanzarote, un par de triathlones cortos y le echará unos huevos nivel leyenda en agosto haciendo el Ultraman de Canadá, al que por cierto iré yo también con él.
Se empieza ya picando hacia arriba y se nota que todo el mundo está enchufado, porque a la mínima se van pegando tirones. Hasta Miraflores, que ya son unos cuantos km de constantes sube-bajas cada uno más duro que el anterior, vamos más o menos juntos, y en la falda de Morcuera se acuerda que cada perro se lama su cipote. Yo me quedo en esta ocasión con las chicas, que suben de puta madre pero para mí es un ritmo cojonudo para no desgastarme demasiado y probarme a fondo en Canencia, y además como es la primera vez que suben este puerto me pidieron que fuera con ellas.
Subimos y al llegar arriba se confirman mis sospechas, va a hacer un frío de cojones en la bajada. Con manguitos y chaleco y las piernas se nos quedan heladas bajando hacia Rascafría. Justo al torcer hacia Lozoya se me sale la cadena, el grupo sigue hacia delante y me tengo que pegar un calentón del copón bendito pa engancharlos, porque eso de esperar hoy no se lleva, tiran como motos. La parte entre Rascafría y Lozoya es un llanaco increíble para pegarle bien, onduladito pero básicamente llano. Nada, que yendo a saco no les pillo, les voy recortando algo, desgastándome todo lo que me he reservado en Morcuera, y ya casi llegando a Lozoya les engancho antes de parar a tomarla. Coca cola, donettes y pa Canencia, que hace fresquete y nos estamos enfriando más de la cuenta. Salimos helados y para solucionarlo vuelta a pegarnos calentón por relevos hasta el principio del puerto. Teníamos que llevar un ritmo cojonudo porque la gente que vamos adelantando se nos suben al autobús rápidamente. El principio del puerto se toma con más calma pa coger aire, pero nada más llegar al pueblo se pega un acelerón para agitar el árbol, y me mantengo con los dos compis que tiran y dos de los "agregados" que aguantan ahí. De 10 ó 15 personas que nos habíamos juntado nos hemos quedado 5 en el primer arreón, y eso que el primer km del puerto "de verdad" tampoco es nada del otro mundo. Yo voy pendiente de mi colega con el que me quiero medir, porque otro compi se que está a otro nivel y los agregados son una incógnita. Pasados dos kilómetros se nos van mi compi el más fuerte, como era previsible, y uno de los agregados. Nos quedamos 3 y en cuanto veo que mi colega mira el pulsómetro dos veces no espero más, hachazo. En 300 metros miro atrás y me sigue el otro agregado, pero mi colega se ha quedado ya a tomar por culo. Aprieto el culo unos metros más y bajo un poco el ritmo pa coger aire después del apretón. Letrero de 3 km a puerto, empieza lo duro, creo que he atacado en el momento justo. De ahí arriba sufro la hostia, porque son rampas del 10% la mayoría y noto mucho el calentón que me he metido yo solo yendo hacia Lozoya, pero aguanto de puta madre y sigo manteniendo a la vista a los de delante. A 500 metros de coronar, como suele pasar en estos casos, los cabrones que se ponen a rueda les da por atacar. No coño no, si has ido a rueda toda la puta subida y encima con gente que no conoces, es una falta de respeto dejarlos al final, que te han hecho todo el trabajo, copón. Pero mira por donde, voy jodido pero noto que tengo un puntito aún y digo "Me vas dejar por mis cojones", así que a por él. Me voy hacia las 180 pulsaciones pero consigo ponerme en paralelo y llegar al letrero del puerto. El tío me mira de reojo y sigue su camino, yo me paro a esperar a la peña.
Y colorín colorado creía yo, pero que no, que tras bajar Canencia y volviendo a Colmenar, con terreno picando hacia abajo aunque con algún repecho se sigue confirmando que es el día en que estamos todos poseídos, porque nos vamos pegando tirones unos a otros hasta que quedamos 3 ya llegando a Soto, donde tácitamente se decide que ya está bien por hoy. Ahora si, tranquilitos hasta el coche y a por el refrigerio. Las patitas están "al dente", se nota.