Ya lo he puesto, somalí, y va con un grupito de moros. Lo que pasa es que no son moros de mierda, son moros de esos de pelas, pero zafíos y traicioneros al fin y al cabo. Lo bueno del asunto es que el compañero con el que ha empezado todo también es moro, casualmente vecino mío (vive una calle más para allá), y al que han querido pinchar también lo es. Buenos tíos los dos.
El resumen del asunto ha sido que uno de los moros colegas del somalí ha intentado hacer eso que hacen tantos moros o canis de fiesta y que tanto me toca los cojones de hacer como si te abrazaran, o cogieran del cuello, en plan confianzas, con el portero moro 1, y este lo ha mandado a la mierda. Cosa lógica y normal porque yo hubiera hecho exactamente lo mismo. El problema ha empezado porque el subnormal se ha ofendido por el terrible rechazo y se le ha encarado en plan "tienes un problema?", y luego se ha metido el somalí, y los ha echado a los dos. Pero es que luego se ha vuelto a encontrar al somalí en uno de los reservados porque se han colado por no sé dónde, y los ha vuelto a echar junto con el portero moro 2, no sé exactamente qué ha pasado pero le han dicho "aquí eres valiente porque estás con tus colegas, ya te esperaremos fuera". Y a ese es al que estaban esperando para pincharlo, al portero moro 2.
Toca los cojones porque sabían exactamente dónde esperarse y cuándo, sabían que pasamos por ahí cargados con material, aún no sé cómo se han dado cuenta de que tenía el pincho, pero imagino que porque es un puto subnormal que iba fardando delante de los moritos. Y toca los cojones porque cuando salimos cada uno va para su lado, varios pillamos el metro ahí al lado pero cada uno a su ritmo, no vamos en piña porque lógicamente nadie va con la previsión de que un puto delincuente esté esperándolo detrás de un coche para hacerle una trastada. Yo he salido cuando el barullo ya estaba montado, los moros se intentaban llevar al somalí que estaba en plan "porque se me llevan que si no te mato", el portero moro 2 hecho un basilisco, y enmedio el promotor de mierda defendiendo al tío ese. No sé exactamente cómo ha pasado pero en un momento el portero moro 2 ha salido disparado hacia el somalí, que ha arrancado a correr como una gacela de ébano, haciendo zigzags y dejando rivales por el camino. Si no se hubiera tropezado no lo pillamos y yo el que menos, hacerme correr a mí el puto negro, sólo por eso ya le he dado con rabia.
No. Que entre moros se piquen no es cosa común sino todo lo contrario.
Aún no los conoces.
Da igual que sean porteros, que sean ninis o que sean ministros.
En EUROPA, hay un código no escrito de hermandad, en donde ellos se llevan bien y se respetan.
Es tremendamente complicado que ese código se irrespete, y si no se respeta mal pinta la cosa.
Lo he visto mil veces.
Desde un compi moro muy digno y corriente, que tenías que verlo cuando en una operativa con los maderos montamos una trampa a las tantas de la noche para detener a todo mena que pululaba por la estación. Básicamente los seguratas sin maderos los sacábamos y luego casi en la calle aparecía la secreta para joderlos.
La cara que tenía el pavo mientras caminaba conmigo y los menas en tal tendida de trampa era un poema.
Luego hablé con él, le dije que le entendía y tal, que tenía ahí ese dilema, que aunque es consciente de que son unos cabrones los otros para él eran hermanos. Me dijo que sí, que en efecto yo tenía algo de razón.
En las mismas puertas de la discoteca lo ves con todo portero magrebi que trata con suma delicadeza a los clientes magrebies que a veces no se portan.
Empiezan con el "hermano hermano gagh sh mmb dadma sain", y ellos se entienden.
Los porteros de discoteca árabes conocen a la misma gente chusma que ellos conocen. Aunque esa no es la causa principal. La causa principal es ese sentido de la hermandad.
Ya que ese hablen en plan "vete a tomar por culo que te pires", es raro que ocurra, y de ahí no va a pasar, porque aún así ellos se entienden. Y como decía Serrat del mar Mediterráneo, "se conoce y se teme".
Ellos se conocen entre ellos y a sí mismos, y se temen.
Ni a los unos ni a los otros les interesa tener problemas, y la guerra no se desata, porque si la guerra se desata entre ellos no queda ni el apuntador.