Pues porque la gente follonera va a según qué discotecas y los gafapasta van a Malasaña.
Hay gente jodidamente subnormal.
Sí, la gente es subnormal para, por ejemplo, con la que está cayendo empezar a cantarle la caña a insultos a la novia/mujer e incluso darle hostias EN EL METRO.
En un lugar concurrido de cámaras, en donde hay seguratas y secretas a tope, en donde puede haber docenas y cientos de pasajeros que a la mínima se retiran y llaman a la policía o al timbre de seguridad que hay en los andenes y dice que un tío está maltratando a su chica.
Y con esto me he topado como 15 veces.
Más que nada a
@Faraón Hijodeputh IV se lo comento porque estas putas cosas, que te llamen y te digan "ve" y te encuentres con eso, es pura psicología.
No diré que le ocurrió a algún compañero (pero fue malo lo que le ocurrió) que se presentó en plan caballero Sant Jordi en una intervención de este tipo.
Qué hago yo?
Es súper importante los detalles, las palabras, tu tranquilidad y tu neutralidad.
Te encuentras a los dos tortolitos a gritos a tensión y a mierdas de estas.
Te presentas y MIRANDO A LOS DOS, no solo a él, sino A LOS DOS, les dices "CHICOS", acabado en "OS", no "TÚ, TIO", sino, los dos.
Que oye, que me sabe mal pero es que me han llamado y entonces aquí os pido que las discusiones personales las mantengáis fuera del recinto porque ya ves el compromiso y la gente llama y ya sabéis que hoy día estas cosas traen mucho bla bla bla.
Y acaban respondiendote positivamente.
Otro ejemplo pueden ser los mendigos.
Nunca vayas a decirle "no puedes mendigar".
Yo le digo "compi aquí no". Y se van.
Como vayas en plan "tú otra vez pidiendo" o "no mendigues" se lía.
Respondiendo a
@ignaciofdez , lo que cambió respecto cuando empecé a ahora es el asimilar que todo esto es una obra de teatro, en donde vives en un sistema judicial blando como la mantequilla, y en Cataluña esto es más pronunciado aún.
Yo llegaba con la mente de cómo creo que deben ser las cosas.
Y yo creo que las cosas deben ser como eran hace 40 años.
Hay un malhechor, llega un agente y lo mete en cintura sin más.
Es habitual por parte de compañeros esto de llegar a un marrón y decir "tio, es que me han llamado, tengo que venir, este es mi trabajo" y hasta le dicen que tienen hijos a los que alimentar, que parece que estén mendigando.
Para que os hagáis una idea, ejemplo real, Camp Nou, puñao de Boixos fumando porros en su coche.
"Tios, es que me están comiendo la olla porque hay cámaras con esto bla bla cortaos porque es que empezarán a dar por culo estos y bla bla".
O sea, ais, que malos que son mis jefes/los de la cámara/la empresa/la seguridad del FC.Barcelona, qué malos que son que no quieren que fumeis porros, y yo que enrollado que soy, soy un segurata enrollao y que simpático que soy y como me hago el simpático.
Y entonces ellos responden positivamente.
En mi mente esto no debería ser así.
Debería ser ahora mismo os bajáis del coche, ya de ya, se os cachea, se os sanciona, depende de la cantidad que llevéis vais detenidos, y desde luego por poco que llevéis vais a ser desalojados del recinto.
Pero la realidad no es esa. Esa realidad era la realidad 1975.
Para mi no debería ser "ais chicos, que es que vaya compromiso que estáis discutiendo y la peña y el centro de control me requiere y bla bla sobre todo no os enfadéis conmigo", debería ser equipo posicionado, guantes en mano, los dos separados, y empezamos a cantar y como el tío se ponga bravo para abajo.
Para mi no debería ser "tío ej que tengo niños que alimentar y igual me puedo quedar sin trabajo, por fa". Tendría que ser llego y te intervengo PORQUE LO DIGO YO.
Todo es cutre, lleno de humo, sin recursos, extremadamente condescendiente, porque estás vendido por todos lados, desde en la soledad a tu falta de autoridad pasando por la poca mano dura que el sistema imparte.
Eso era lo que me costó de aceptar, porque para mi todo esto de la forma en que está planteado es una jodida mierda, y mi modo de ver las cosas es naturalmente mucho más dominante que la realidad, pero uno no va a cambiar el mundo y acaba amoldadose al carácter de la sociedad y el sistema que hemos creado.