Hacemos de 23 horas a 7 de la mañana un sábado.
El chaval llevaba poco trabajando con nosotros.
Iniciamos a las once de la noche, bajamos al andén.
Hay un sudamericano sentado con el teléfono al lado.
Mi compañero, el niñato de 19, le suelta de una manera totalmente autoritaria:
- Coge tu teléfono!
Dicho así.
El sudamericano y yo incluso nos miramos estupefactos.
No le di tampoco importancia, pero aquello era un preámbulo de lo que me esperaba esa noche.
Subimos a nuestro primer vagón.
Hay unos moros de los cuales uno se lía un cigarro y ya va este diciéndole que no se pueden fumar porros.
Li quito de encima y le explico que poner algo sobre papel de fumar está permitido. Que tampoco sabíamos si le había echado solo tabaco o algo más y que en todo caso la clave para poder decir algo es encenderla y no liarlo.
En el transcurso de la noche me explica que el va a ser Policía Nacional por sus santos cojones ya de ya, y que su plan es sentarse en la entrevista y cuando le pregunten qué hace en la vida responder que patrulla el metro de Barcelona, y no que es camarero, que estudia o que es vendedor de teléfonos en Vodafone.
También me dice que su padre es argelino, que no se ha criado con él, y que la moridad en cualquiera de las dimensiones le es totalmente ajena. Ojos azules piel blanca. Si no te lo dice no te das cuenta, una vez te lo dice sí aprecias cierto zidanismo en su rostro.
Voy a acelerar porque la siguiente es paja.
Tío sentado estirado en el asiento del vagón. Son ya la 1 de la noche.
Horas en donde nadie es normal. Todos andan pallá.
- "Pero tú ves normal sentase así bla bla? Eso lo haces en tu casa?".
Es cierto que el chaval tenía 19 añitos y el otro 40. Es extraño entre un chaval educado en nuestra era tener ese sentido de oye, siéntate bien, cabron. Porque los chavales hoy día tienen el sentido contrario.
A las dos la cosa empieza a subir. Le quedan tres, esta es la más leve.
Yonki con su novia, el yonki sin camiseta.
Era un yonki grandote. 1.90.
Con los yonkis ojo. Eso de "bah, a un yonki le soplas y lo tiras al suelo", depende. El yonki que tiene cuerpo y mala hostia, cuidado con él, porque va a muerte.
Además el tren en ese momento sufría una avería que duró quince minutos.
Nosotros estábamos en una esquina en cabeza, en primer vagón, que es la regla número uno un sábado noche. Ahí en la esquinita sin pasearte.
El tío va para allá, y le dice al yonki ante su novia que se ponga la camiseta, y tal como se lo dice se pone tal que así:
Tope de chulo. Tope el portero de discoteca. Pegado junto a él y hasta con sonrisa de orgullo Rambil.
Me lo llevo para la esquina, después de que el yonki se pusiera la camiseta.
En la esquina se da cuenta de que se ha vuelto a quitar la camiseta. Obviamente. Se la pone para quitársete de encima, una vez te piras vuelve a quitarsela. Así es como actúa la gente.
Me dice que se la ha quitado de nuevo, Slk.
Yo estaba mirando al infinito, bastante hastiado, y le respondo:
- Pues no sé. Ve, ve otra vez. Igual esta vez cantas bingo. Con el anterior cartón no igual sí compras otro cartón cantas Bingo.
Así mismo con esas palabras. El tío no dijo nada.
El tren se pone en marcha. Vamos a comer, y volvemos a los trenes.
Son ya como las 3 o 4 cuando en una estación de mala muerte huele un poco a pintura de graffitti.
Estación de estas solitarias, pequeñas, que dan miedo siempre porque son como fantasmagóricas pero a las tantas de la noche dan más miedo.
Subimos al vestíbulo, no vemos nada, volvemos al andén.
Justo de pronto en el andén de enfrente veo a cuatro grafiteros, con la bolsa con sprays y toda la pesca.
El chaval este no se empana que lo son, y la explicación lógica es que pintaron fuera de la estación y por eso olía aunque no había nada pintado dentro de la estación, pero no era más que el comienzo, y ahí estaban en el andén de enfrente listos para subirse al tren con las pinturas.
Así que con la mano en la boca sin mirarlos le digo al niñato "estos de enfrente son códigos 18, vale?".
Los graffiteros son súper chungos y violentos. Además son cuatro.
Cuando le dices al niñato que lo son, evidentemente se lo dices para ver que hacemos. Si llamamos e informamos y que se encargue una unidad que se encarga de eso que van en coche, o qué.
Todo en plan discreto, no? Tapandome la boca sin dar la sema "esos son 18s te quedaste?".
Entonces atención al pavo, cuando se entera que son graffiteros.
Desde nuestro andén se pone a chillarle a los cuatro graffiteros:
- Eeeeh HABEIS PINTAO??? EHHHH HABEIS PINTADO?
Ellos dicen que no, y a grito pelao mientras se dispone a subir por las escaleras les grita "AHORA VAMOS A VER SI HABEIS PINTAAAAO O NO!!!?".
Y los otros que claro, son el doble, pues si venga vamos a subir ahí arriba nos vemos.
Mientras sube las escaleras conmigo el nota una fuerza en su brazo. Soy yo. Soy yo cogiendo su brazo y apretandolo con fuerza, es un "qué hasta la polla me tienes ya", y le digo que baje el tono y se tranquilice.
Allí arriba el jefe de los graffoteros es una cosa algo marroncilla de piel, fuerte y gordaco.
Aquello transcurre un poco en bla bla, el reto inicial se convierte en respeto y ninguna de las dos partes quiere guerra. Vuelven para abajo y me llevo al niñato para desaparecer en el primer tren que aparezca.
Le digo que las cosas no se hacen así, sino que se llama y pasando de ir a enfrentarte con ellos y ya está, su respuesta es:
- Esa también habría sido otra forma de hacerlo.
Le respondo "sería LA forma de hacerlo".
Total, que yo creo son las 5 de la noche y que ya lo había visto todo, pero no, me tenía guardada la bomba.
Estamos en el andén de otra estación de mierda, llega un tren, para, abre puertas y ahí ya vas escuchando gritos, golpes, puñetazos, algo a la izquierda nuestra una vez el tren se para y abre puertas. Tu oído ya te indica que aquello es una muy gorda.
Lo que no puedes hacer es lo que él hizo, TAL CUAL como elefante en una ferretería, sin pausarse, sin analizar que lo mismo entras y te encuentras un arma blanca sacudiendo, como una puta flecha para allá, metiéndose hasta la cocina.
Había uno que tenía toda, y digo toda, la cara llena de sangre. De la frente al cuello y de este a oeste. Ni un milímetro había en su cara que no estuviera cubierto de sangre. Y el que le estaba metiendo tal paliza era uno fino como un palillo, y el otro era más grande de cuerpo.
Eran georgianos.
Yo creo que deberían ser como 7.
El niñato ahí metido hasta el alma separando con ánimo de querer dominar la situación.
En la próxima parada el tren se abre y desaparecen de los 7 pues 4.
Se quedan 3 entre otros el palillo que le había destrozado la cara al otro.
Atención que el niñato quiere llevarlos al vestíbulo a multarlo. Ellos tres y nosotros dos. Y lo multó, aun Dios sabe cómo.
Porque yo interveni, que el tío quería detenerlos a la espera de la policía.
Y el georgiano "noooooh quiero policiiiiiia".
El georgiano era como "te doy el DNI para que me pongas la multa aun no sé ni como, pero Policía nooooo. Ahí ya aprieto los dientes. Ahí nooooo que es que te maaaato".
Mientras le pone la multa el georgiano estaba que saltaba escuchando lo de la policía.
"Es una pelea entre nosotros es cosa nuestra" le decía al niñato.
El niñato le respondía "en este momento ya es cosa nuestra"
Lógicamente ahí me impongo y le digo que se de vida con la multa y le digo a los georgianos que no, que no hay policía, que por supuesto no la hay, le doy el papel de mierda una vez el otro acaba de escribir y evidentemente sin contar con el niñato los saco a la calle porque efectivamente NO, NO HAY POLICIA.
Luego una vez pasa todo, le explicas al niñato lo que es sentido común. Es gente peligrosa, son más, a uno que hace el doble que tú le ha metido una paliza épica, esta gente tiene marrones en su vida y no mete a la policía en ellos, lo mismo se dan de natas cuando han bebido que era el caso que lo mismo después de pegarse se van todos de putas juntitos, no puedes detenerlos media hora hasta que llegue la policía, no van a querer denunciar porque ellos no hacen eso, te vas a arriesgar para nada y te vas a llevar una paliza, y en fin, lo que cualquier ser maduro entiende.
A los meses un compañero nos enseñó la foto del chaval en la Academia de Ávila, corriendo en la pista así todo motivado.
Fue ver su foto y pensar "la madre que lo parió...".