Grandes militares españoles.

[Konstanz nombró]El General Espartero (1793-1879) [/quote]

GRANDE

Pero una cosa panda de frkis, os estais olvidando del grande entre los grandes: Rodrigo Diaz de Vivar, El CID. Incompetentes...
 
Ya ha salido Gravina, así que sería justo poner a:

Cosme Damián Churruca

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Almirante español que participó en la Batalla de Trafalgar al mando del San Juan Nepomuceno. En medio del desorden de la batalla, y mientras buena parte la flota hispano-francesa estaba de camino al puerto de Cadiz, continuó en combate y mantuvo una dura lucha con dos barcos ingleses, a los que poco después se sumó un tercero.

Después de hacer lo que pudo en claras condiciones de inferioridad, y llegando a ser atacado simultaneamente por cinco barcos enemigos (en algún sitio pone hasta seis barcos), una cañonazo le alcanza la pierna, y al poco tiempo muere. Momentos antes ordena que claven la bandera al casco del barco, para que no sea capturada y que el San Juan Nepomuceno no sea rendido.

Con Churruca muerto, queda al mando el teniente de navío Nuñez Falcón, que con el barco diezmado y rodeado por tres barcos ingleses, se ve en la obligación de rendirlo, y cuando los ingleses le preguntaron que a cual de los tres lo rendía, contestó la celebre frase "Me rindo a los tres, que a uno el Nepomuceno nunca se rendiría".

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Bueno, es un brevísimo resumen, para más info, google. Cómo conclusión mía, y aunque es imposible saber con certeza, estoy seguro que al mando de Gravina, en Trafalgar les hubieramos dado pero bien a los ingleses.
 
menudos cojones los de este chaval....

La vida de Viriato
Poco se sabe sobre Viriato, conocido entre sus compañeros por ser un gran guerrero. Antes de entablar cruenta lucha contra los invasores romanos, posiblemente se ganase la vida como pastor, el principal oficio de la mayor parte de los lusitanos, aunque también se dice de él que fue cazador y bandolero.

Muchos le designaron para ser líder tribal, cargo que numerosas veces rechazó. Algunos dicen que vivió cerca de Herminius Mons (hoy Serra da Estrela, en el centro de Portugal) que era una gran fortaleza y —junto con la Sierra de Gata— el corazón de Lusitania. Otros afirman que vivió en Viseu. Hoy día hay quienes se refieren a Viseu como "la ciudad de los lusitanos" y a Loriga como "la ciudad de Viriato". Existen varios pueblos de Extremadura que lo reclaman como propio: Coria, pueblos Veratos (Comarca de la Vera). Santiago de Alcántara, donde se encuentra la gruta llamada "cuna de Viriato". Zamora en Castilla y León, reclama también el nacimiento de Viriato en sus tierras, con una plaza y una estatua en su honor, obra del ilustre escultor Eduardo Barrón, al igual en la bandera zamorana, la "Seña Bermeja", formada por una tira verde y 8 rojas que significan las 8 batallas consulares que Viriato ganó a los romanos y la de tajetán verde por el apoyo de Zamora a Isabel la Católica en el s. XV. Además, algunos estudios indican que en estas poblaciones pueden encontrarse vestigios históricos de antiguas etnias locales. Durante el periodo romano y algún tiempo después se dieron numerosos matrimonios mixtos entre nativos e invasores, persistiendo, a pesar de ello, vestigios lusitanos, especialmente en la zona de Beira Interior y la provincia de Cáceres.

Buena parte de la vida de Viriato y su lucha contra los romanos pertenecen a la leyenda y mitología portuguesas, siendo Viriato considerado un héroe nacional (no así en Extremadura o España). El historiador Apianus de Alejandría, en su libro sobre Iberia en la Historia romana, comenta que Viriato "mató a numerosos romanos, mostrando una gran habilidad [como guerrero]".

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Conquista de Lusitania por parte de Roma
En el siglo III antes de Cristo, la República Romana dio comienzo a la conquista de la Península Ibérica, resultándoles al principio una labor bastante fácil.

El cónsul Servius Sulpicius Galba, famoso por su tendencia a mantener una conducta brutal para con los pueblos conquistados, dirigió las tropas romanas a Iberia en torno al 150 a.C. y comenzó una cruenta lucha contra los restos de la resistencia lusitana. Temiendo la destrucción de sus tierras, los lusitanos enviaron una embajada para parlamentar con Galba, quien recibió a los emisarios de forma cortés, suspendió la ofensiva y prometió entregar tierras de cultivo al pueblo lusitano.

Pero el ofrecimiento resultó ser una trampa: cuando los lusitanos, desarmados, reclamaron las tierras que Galba prometiera, éste dio orden de exterminarlos y muchos fueron asesinados. Viriato se encontraba entre quienes lograron escapar a la matanza.

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Guerra lusitana
Viriato nunca olvidó la traición romana. Algún tiempo después, cuando los caudillos lusitanos se decantaban por hacer un nuevo pacto con los romanos tras provocar cuantiosas pérdidas en la armada romana de Caius Vetilius (Cayo Vetilio), Viriato les recordó el engaño de Galba y propuso una guerra lusitana contra los romanos. Los lusitanos acogieron la propuesta con gran entusiasmo.

Viriato organizó un ataque contra Caius Vetilius en Trobila: puesto que los romanos estaban mejor armados, el caudillo lusitano organizó tácticas de guerrilla y preparó ingeniosas emboscadas; y, portando lanzas de hierro y tridentes, los lusitanos derrotaron a Vetilius. A esta lucha no tardarían en sucederle enfrentamientos contra las armadas de Caius Plancius, Unimanus y Caius Nigidus. A partir del 147 a.C., numerosas tribus lusitanas comienzan a unirse al grupo de guerreros de Viriato, quien dirige con éxito un buen número de expediciones bélicas.

Para terminar la pacificación y humillación de Lusitania, Roma envió en el 145 a.C. a Fabius Emilianus al mando de una tropa de 15.000 soldados de infantería y 2.000 jinetes a caballo para reforzar el ejército de Caius Lelius, logrando reducir el área de movimiento de los indígenas; si bien los romanos perdieron la mayor parte de los refuerzos en Ossuma. Cuando Emilianus se lanzó al combate de nuevo, sufrió una aplastante derrota cerca de la actual ciudad de Beja (en Alentejo, Portugal). Esta victoria por parte de los lusitanos les concedió acceso al actual territorio español que comprende la provincia de Granada y la comunidad autónoma de Murcia.

Tras aprender de estos acontecimientos (140 a.C.), Roma envió a Iberia a uno de sus mejores generales, Servilianus (Serviliano Cepión), gobernador de la Ulterior. Cerca de Sierra Morena, los romanos cayeron en una emboscada que los lusitanos les tendieron. Sin embargo Viriato permitió que el general y los soldados bajo su mando se marchasen a cambio de un tratado de paz con Roma. Servilianus declaró entonces a Viriato "amigo de Roma", reconociendo al cabecilla lusitano dirigente de las tierras bajo su mando.

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Asesinato de Viriato
El senado romano rechazó el pacto hecho por Servilianus con el pueblo lusitano. Por otra parte, los romanos cambiaron su modo de actuar: sabiendo que la fuerza de la resistencia lusitana se debía en gran parte al liderazgo de Viriato, en torno al 139 a.C., Marcus Pompilius Lenas sobornó a Áudax, Ditalco y Minurus, tres lusitanos enviados por Viriato como emisarios con el propósito de llegar a un acuerdo de paz. Una vez de vuelta en su campamento, los tres emisarios asesinaron a Viriato mientras éste dormía.

Cuando los traidores regresaron al campamento romano reclamando la recompensa prometida por Marcos Pompilius, el cónsul Scipio ordenó que los ejecutaran, declarando que "Roma no paga a los traidores". Los motivos de la traición se desconocen, si bien parece que guardan relación con los problemas socio-económicos por que atravesaba Lusitania bajo la presión romana.

Con la muerte de Viriato también murió la resistencia lusitana, pero al tiempo nació su mito. Aunque la muerte del héroe no equivaldría al cese inmediato de las guerras lusitanas, la resistencia que opondrían las tribus no duraría mucho más. De este modo, las legiones romanas pudieron centrarse en la Citerior, siendo en esta región cuatro los años que Numancia llevaba plantando cara al invasor.

Al cabo, bajo el dominio romano, Lusitania y sus gentes fueron paulatinamente adquiriendo la cultura y el idioma latinos. Varios siglos después, tras la caída del Imperio Romano, la zona occidental de Lusitania daría lugar a la formación del reino de Portugal, mientras que la oriental daría lugar a Extremadura, tras caer el reino taifas de Badajoz.

El pintor del Neoclasicismo José de Madrazo (1781-1859) dedicó un famoso cuadro histórico a la muerte de Viriato.

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Referencias
Loução, Paulo Alexandre, Portugal, terra de mistérios, Esquilo, tercera edición, ISBN 9728605048, 2000.
Pastor Muñoz, Mauricio, Viriato: el héroe hispano que luchó por la libertad de su pueblo, ISBN 8497341783, La Esfera, 2004.
Ribeiro, Ângelo y José Hermano Saraiva, História de Portugal (1. A formação do território), QuidNovi, ISBN 9895541066, 2004.
Roldán, José Manuel: La España romana (información sobre la figura de Viriato en las páginas 25 a 27), ISBN 8476791232.

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El Gran 3er Duque de Alba

..de cuando no nos pensabamos menos que los vecinos...vino este a decirnos que era cierto.


Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel; 3 er Duque de la Casa de Alba


(Piedrahita, (Ávila); 29 de octubre de 1507 - Lisboa; 11 de diciembre de 1582), militar y político español, tercer Duque de Alb

Biografía
Nació en Piedrahita, provincia de Ávila, el 29 de octubre de 1507. Era hijo de García Álvarez de Toledo y Beatriz Pimentel, y nieto de Fadrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba. Siguiendo la línea dinástica le hubiera correspondido a García ser el tercer duque, mas éste murió en una campaña en África en 1510, por lo que al fallecer Fadrique en 1531 el título ducal pasó directamente a su nieto Fernando como varón primogénito de García.

Estuvo siempre al servicio de los monarcas españoles, bien fuese de Carlos I en principio o bien de Felipe II después. Su dedicación a las armas fue constante desde muy joven, hasta el punto de que con tan sólo 6 años acompañó a su abuelo a Navarra con el ejército que la tomó. En 1524, cuando contaba 17 años, se unió sin el permiso familiar a las tropas del Condestable de Castilla Íñigo de Velasco que sitiaron y rindieron la plaza de Fuenterrabía ocupada por franceses y navarros; por su intervención en la exitosa contienda fue nombrado gobernador de Fuenterrabía.

Siendo ya duque de Alba acudió en 1532 a la llamada del emperador Carlos V y marchó a Viena acompañado de su amigo Garcilaso de la Vega para defenderla del acoso otomano. No fue preciso entrar en combate, pues visto el formidable ejército imperial de más de 200.000 hombres, los turcos levantaron el asedio. Donde sí tuvo ocasión de luchar fue en Túnez: a primeros de junio de 1535 embarcó en Cagliari con el contingente militar que mandaba el marqués del Vasto; el 14 de julio cayó la fortaleza de La Goleta y una semana después la propia ciudad de Túnez defendida por Barbarroja. En 1547 el emperador tuvo que enfrentarse a las fuerzas protestantes de la Liga de Esmalcalda; el duque de Alba estaba al mando de los tercios españoles que intervinieron en la batalla de Mühlberg, a orillas del río Elba, con victoria de las armas imperiales. Aunque a veces los cronistas españoles le han atribuido el éxito a título personal, lo cierto es que el duque fue uno más de los comandantes que se distinguieron en aquella ocasión en la que la arcabucería de los tercios españoles desempeñó un papel destacado.

El primer servicio personal que prestó a Felipe II fue acompañarlo a Inglaterra con motivo de su matrimonio con María Tudor; fue uno de los 15 grandes de España que asistió a la ceremonia en la abadía de Winchester el día 25 de julio de 1554. Al año siguiente se aviva en Italia el conflicto entre Francia y España; el duque de Alba es enviado allí como capitán general, gobernador de Milán (1555) y virrey de Nápoles (1556). El recién nombrado papa Pablo IV, enemigo visceral de los Habsburgo, incita a Enrique II de Francia a expulsar a los españoles de Italia, para lo cual une sus propias tropas a las del francés mientras que en julio de 1556 declara a Felipe II desposeído de su título de rey de Nápoles. El duque no esperó más y se dirigió a Roma al frente de 12.000 soldados; ante tal amenaza el papa pidió una tregua parlamentada, tiempo que aprovechó para que un ejército francés mandado por Francisco de Guisa entrase por el norte de Italia y marchase hacia Nápoles. Pronto fue llamado el duque de Guisa de retorno a Francia pues se acababa de producir el descalabro de San Quintín y se le necesitaba allí. Las tropas papales fueron arrolladas por las españolas y el duque de Alba entró victorioso en Roma en septiembre de 1557. El papa solicitó la paz y la obtuvo.

En 1566 hubo revueltas y desórdenes en los Países Bajos causadas por los herejes calvinistas. Para atajarlas envió Felipe II al duque de Alba al mando de un poderoso ejército que llegó a Bruselas el 22 de agosto de 1567. Pocos días después, el 5 de septiembre, establecía el «Tribunal de los Tumultos» (popularmente conocido como «Tribunal de la sangre») para juzgar a los responsables de los disturbios del año anterior. El Tribunal actuó con extraordinario rigor y fueron muchos los ajusticiados entre los que se contó el propio conde de Egmont, general católico al servicio de Felipe II que estuvo al frente de la caballería que venció a los franceses en la batalla de San Quintín. Por otro lado, el mantenimiento de las tropas llevadas a Flandes acarreaba cuantiosos gastos económicos que forzaron al duque a imponer nuevos tributos a la población. Algunas ciudades, entre ellas Utrech, se negaron al pago del «diezmo» y se declararon en rebeldía. Este estado de cosas propició la intervención desde el exterior del insumiso Guillermo Nassau, príncipe de Orange, que contó con la ayuda de los hugonotes franceses. Las acciones militares fueron constantes y la situación política no mejoró en modo alguno. Ante este fracaso, Felipe II le relevó de su misión y dispuso su retorno a España en 1573.

Su hijo y heredero Fadrique había dado promesas de matrimonio a Magdalena de Guzmán, pero no las cumplió, lo que le costó el arresto y encarcelamiento en el castillo de la Mota, en Medina, en 1566. Al año siguiente fue puesto en libertad para que pudiera marchar con su padre a Flandes prestando servicio en el ejército. En 1571, Fadrique, con el apoyo de su padre, se casó en secreto con María de Toledo, hija de García de Toledo, marqués de Villafranca y virrey de Sicilia, primo del duque de Alba. Cuando al regreso del duque y su hijo a Madrid, en 1574, se conoció lo sucedido, el rey ordenó abrir un proceso que concluyó en 1579 con la condena a prisión de Fadrique que fue confinado de nuevo en el castillo de la Mota, y el destierro de la corte y exilio a Uceda del propio duque de Alba.

Fue rehabilitado en 1580 cuando Felipe II, que optaba al trono de Portugal vacante tras la muerte del rey Don Sebastián, sobrino suyo, precisó otra vez de los servicios del duque para neutralizar militarmente las pretensiones monárquicas del prior de Crato, Don Antonio. Venció al ejército portugués del general Diego de Meneses y entró triunfante en Lisboa, despejando el camino para la llegada de Felipe II. Obtuvo en recompensa el título de condestable de Portugal.

Murió en Lisboa el 11 de diciembre de 1582. Sus restos fueron trasladados a Alba de Tormes donde fue enterrado en el convento de San Leonardo. Trasladado más tarde a Salamanca, actualmente descansa en San Esteban.


Familia
El Duque se casó en 1527 con su prima María Enríquez, hija de Diego Enríquez de Guzmán, III conde de Alba de Liste, con la que tuvo cuatro hijos y una hija.

Don Garcia Álvarez de Toledo (1530-1548)
Don Fadrique Álvarez de Toledo, IV Duque de Alba
Don Diego Álvarez de Toledo (?-1583), Conde de Lerin, casó con Briande de Beaumont (1540-1588).
Antonio Álvarez de Toledo y Beaumont V Duque de Alba
Doña Beatrix Álvarez de Toledo, casó con Don Alvaro Pirez d'Osorio, Marqués de Astorga.
Don Fernando Álvarez.
 
Don Pelayo

Don Pelayo fue un caudillo astur del siglo VIII (muerto en 737) que protagonizó una rebelión contra el gobierno musulmán y fundador del Reino de Asturias. Se desconoce su lugar de nacimiento, pues diversas fuentes le atribuyen un origen gallego, asturiano, cántabro o incluso cordobés, todas ellas con notable intención de justificación política.




El problema de las fuentes
Al escasear las fuentes y ser éstas tardías (las cristianas son del siglo X), se ha tejido una leyenda acerca de esta figura. Pero tanto si era un representante de la aristocracia local asturiana procedente de la facción vencida de los seguidores de Don Rodrigo, como si se tratase, lo que es más probable, de un individuo de origen godo que gozaba de respeto e influencia entre los astures, parece fuera de toda duda la existencia del personaje histórico que confirman tanto las dudosas Crónicas de Alfonso II como las también poco objetivas aunque más cercanas en el tiempo crónicas musulmanas, que minusvaloran la figura política y militar del caudillo astur.

La leyenda
Según la leyenda, Pelayo era un noble visigodo, hijo del duque Favila y nieto del rey Recesvinto. Debido a las intrigas entre la nobleza visigoda, el rey Witiza conspiró para asesinar a su padre. Pelayo huyó a Asturias, donde tenía amigos o familia y, posteriormente, al sentirse inseguro en la Península, marchó como peregrino a Jerusalén. Allí permaneció hasta la muerte de Witiza y entronamiento de Rodrigo, del que era partidario. Con éste ocupó el cargo de conde de espatarios o de la guardia del rey y como tal combatió en la batalla de Guadalete en abril o mayo del año 711.

Tras la batalla se refugió en Toledo y, a la caída de la ciudad (714), mientras otros escapaban a Francia, él volvió a Asturias, supuestamente custodiando el tesoro del rey visigodo.

Las primeras incursiones árabes en el norte fueron las de Muza en 716. Tomó Lucus Asturum (Santa Maria de Lugo de Llanera) y luego Gijón, donde dejó a cargo al gobernador Munuza. Las familias dominantes del resto de las ciudades asturianas capitularon y probablemente también la familia de Pelayo.

En el 718 tuvo lugar una primera revuelta encabezada por Pelayo (al parecer porque Munuza se había casado por la fuerza con su hermana Adosinda), que fracasó. Pelayo fue detenido y enviado a Córdoba. Sin embargo, consiguió escapar y volver a Asturias, donde encabezó una segunda sublevación y se refugió en las montañas.

Munuza envió a un general, Al Qama, a someter a los sublevados. Al Qama entró por el puerto de Tarna, remontó el Nalón y llegó a Lucus Asturum. Desde allí fue al valle de Cangas, donde estaban los cristianos. Allí, hacia el 722, tuvo lugar la Batalla de Covadonga, donde fue derrotado por Pelayo.

Los cronistas musulmanes posteriores, en cambio, afirman que Pelayo fue derrotado en Covadonga y que quedaron sólo 300 de sus hombres, a los que llamaron despectivamente "asnos salvajes", y que se refugiaron en las cuevas de una montaña junto con diez mujeres, sin representar por ello ningún peligro para el mandato islámico sobre la zona.

Los hechos
Pelayo, dirigente político de Gijón, ya que los musulmanes se refieren a dicha población como la roca de Pelayo, parece que hacia 718 se enemistó con el gobernador de la localidad por causas no aclaradas. Se retiró con los suyos a la zona de Picos de Europa, donde una expedición de Munuza fue derrotada en una escaramuza en el lugar de Covadonga, aunque algunos historiadores creen que dicho enfrentamiento forma parte del mito (ver: Batalla de Covadonga). Con la derrota, Munuza abandonó Gijón e intentó salir de Asturias, siendo derrotado en Olalíes, situado en el actual concejo de Santo Adriano.

Pelayo, que nunca se proclamó rey, estableció su gobierno en Cangas de Onís. Se casó con Gaudiosa y fue sucedido a su muerte en 737 por su hijo Favila. Don Pelayo era de Cantabria y habitaba en los pueblos de Liébana, ahora el pueblo de San Pelayo se llama así por él. Habitaba en Valdebaró.

La Reconquista de Gijón

Don Pelayo en el escudo de GijónGijón era probablemente la capital de la provincia árabe a la que pertenecía Asturias, gobernada por Munuza. Cuentan las crónicas que tras la derrota de Covadonga salió huyendo con sus fuerzas, probablemente por temor a que la gente de Gijón se uniera a la revuelta. El caso es que Pelayo se apoderó de Gijón sin apenas esfuerzo.

Al divulgarse la noticia de la toma de Gijón por tierras musulmanas, muchos cristianos se unieron al ejército de Pelayo. Esto desalentó a los musulmanes de intentar retomar Gijón y la zona que esta ciudad controlaba.

La ayuda externa
La revuelta de Pelayo en 722 nunca habría triunfado sola, ya que el ejército árabe era mucho más poderoso, pero tras recibir las noticias de Covadonga, Pedro de Cantabria se unió a la lucha con todas las fuerzas del Ducado. También muchos nobles visigodos y población cristiana de la Hispania sometida emigraron al norte para unirse a la revolución de Pelayo.


Muerte de Don Pelayo
Falleció en Cangas de Onís, donde tenía su corte, en 737. Fue sepultado en la iglesia de Santa Eulalia de Abamia, próxima a Covadonga, que él había fundado. Posteriormente sus restos fueron trasladados por Alfonso X a Covadonga.
 
Alfonso VIII de Castilla

Alfonso VIII, apodado el de las Navas (Soria, 1155 - † Gutierremuñoz, Ávila, 1214). Rey de Castilla (1158 – 1214) hijo de Sancho III y Blanca de Navarra.

Accedió al trono en 1158, a la muerte de su padre el rey Sancho III, cuando contaba tan sólo tres años. Se convierte así en motivo de conflicto entre los partidos nobiliarios que se disputaban el poder, los Lara y los Castro que pretendían su tutela y la regencia, lo mismo que reivindicaba su tío, el rey de León, Fernando II, lo cual casi provocó una guerra civil.

Un hidalgo sacó al pequeño del palacio real, poniéndolo bajo la custodia de las villas leales del norte de Castilla, San Esteban de Gormaz (actual provincia de Soria) y Ávila. Ya adolescente, tuvo que luchar por la conquista de su reino. Les arrebató por sorpresa la capital, Toledo.

Para unificar a la nobleza castellana relanza la Reconquista, anexa La Rioja a su reino y prepara un ejército de soberanos hispánicos (navarros y catalano-aragoneses), que irán conquistando las tierras ocupadas por los almohades hasta alcanzar la victoria, en 1212 en la Batalla de las Navas de Tolosa. En 1179 se firma el Tratado de Cazorla que delimitará las zonas de expansión de cada reino. Conquista Cuenca en 1177

Alfonso VIII fue el fundador de la primera universidad española, el studium generale de Palencia, que desapareció tras su fallecimiento.

Se casó en 1176 con Leonor de Plantagenet, hija de Enrique II de Inglaterra y de Leonor de Aquitania. Tuvieron doce hijos:

Berenguela, reina de Castilla (1180 - 1246) esposa de Alfonso IX, rey de León
Sancho, infante
Sancha, infanta (1182 – 1184)
Urraca, infanta (1186 – 1220) casada con Alfonso II de Portugal
Blanca, infanta (1188 – 1252) casada con Luis VIII de Francia
Fernando, infante (1189 – 1211)
Mafalda, infanta (1191 – 1204)
Enrique, infante (1192)
Constancia, infanta
Leonor, infanta, princesa de Castilla (1202 – 1244) casada con Jaime I de Aragón
Enrique I (1204 – 1217), sucesor de Alfonso VIII
Constanza († 1243), abadesa del monasterio cisterciense de Las Huelgas, fundado por este rey.
 
Hernán Cortés


Hernán CortésHernán Cortés, Fernando Cortés Monroy Pizarro Altamirano, conquistador español, nació en Medellín Extremadura España en 1485 - murió en Castilleja de la Cuesta en 1547).

Fue hijo único de un hidalgo extremeño, llamado Martín Cortés y de Catalina Pizarro Altamirano. Por vía materna era primo segundo de Francisco Pizarro, quien posteriormente conquistó el imperio inca (no confundir con otro Francisco Pizarro, quien se unió a Cortés en la conquista de los aztecas). Como otros hidalgos, su padre le envió a Salamanca, para que se instruyese. Allí estuvo dos años, y, movido por su sed de aventuras, pasó a América, a la isla de Santo Domingo, llamada entonces "La Española". Llegó a ser escribano de la ciudad de Azúa.






Cuba
Acompañó a Diego de Velázquez a Cuba (año 1511), llegando a ser alcalde de Santiago de Baracoa. Fue encarcelado, acusado de conspirar contra el gobernador Diego de Velázquez. Liberado, se casó con la cuñada del propio Diego Velázquez, llamada Catalina Suárez Marcaida. Diego Velázquez le nombró jefe de la expedición que se estaba formando para seguir con los descubrimientos en la costa de Yucatán, aunque pronto desconfió de él.

Cuenta Bernal Díaz del Castillo, autor de Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, que un día, un bufón de Velázquez, llamado Cervantes el loco, le dijo a su señor, a la manera de los bufones: «A la gala de mi amo Diego, Diego, ¿qué capitán has elegido? Que es de Medellín de Extremadura, capitán de gran. Mas temo, Diego, no se te alce con la armada, que le juzgo por muy gran varón en sus cosas».

Hernán Cortés seguía, sin embargo, con los preparativos de la expedición, y debido a su gran elocuencia, dotes de persuasión y sugestión, pronto logró reclutar más de 600 hombres para su causa.


La expedición
Adelantándose a que le cesase Diego Velázquez, la armada de Cortés partió del puerto de Santiago de Cuba el 18 de noviembre de 1518. Como iba escasa de bastimentos, tuvo que aprovisionarse de éstos en la isla de Trinidad y otros lugares.

Finalmente, el 10 de febrero de 1519, la flota abandonó las costas de Cuba, en 11 naves, con 518 infantes, 16 jinetes, 13 escopeteros, 32 ballesteros, 110 marineros y unos 200 indios y negros de auxiliares de la tropa. Llevaban 32 caballos, 10 cañones de bronce y 4 falconetes. Por capitanes iban Alonso Hernández de Portocarrero (al cual entregaría más tarde la india doña Marina), Alonso de Ávila, Diego de Ordás, Francisco de Montejo, Francisco de Morla, Francisco de Saucedo, Juan de Escalante, Juan Velázquez de León (éste pariente del gobernador), Cristóbal de Olid y Pedro de Alvarado. Muchos de estos eran veteranos de guerra de Italia. Por piloto principal iba Antón de Alaminos.


Primeros contactos con los nativos
El primer contacto con los nativos lo tuvo en Cozumel, donde vio a los indios ofreciendo sacrificios a sus ídolos, arrancando el corazón a esclavos o a prisioneros. Esto era lo que más horrorizaba a los españoles.

Destrozó, pues esos ídolos, y puso en su lugar cruces e imágenes de la Virgen María. Por medio del intérprete de entonces un nativo maya llamado "Melchorejo", tuvo noticias de la existencia de unos hombres barbudos en poder de ciertas tribus, sin duda españoles capturados, y envió emisarios para rescatarlos. Acudió sólo uno: Gerónimo de Aguilar, que había sido capturado unos años antes, y había aprendido el lenguaje maya que se hablaba en dicha región. Sin embargo, el otro español, Gonzalo Guerrero, no acudió, ya que se había convertido y adaptado a las costumbres mayas, tenía esposa y varios hijos, por lo que éstos, seguramente habrán sido los primeros mexicanos.

Antón Alaminos condujo a la flota hasta la desembocadura del río Tabasco, en donde se encontraron con indios hostiles, pero consiguieron vencerlos, debido al terror que las armas de fuego y los caballos causaban en los indios.

Los caciques hicieron ofrenda de víveres, joyas, tejidos, y un grupo de veinte esclavas, que luego fueron bautizadas. Entre estas esclavas había una llamada Malintzin, a la que los españoles llamaron Marina, que seria crucial en la conquista de México. Su gran inteligencia, su dominio de los idiomas maya y náhuatl, su dominio sobre la psicología y costumbres de los indios, y su gran fidelidad hacia los españoles, hacen de doña Marina (conocida también como La Malinche) una de las más extraordinarias mujeres del siglo XVI. Sin ella es posible que la conquista se hubiese retrasado una o dos décadas más, y seguramente, con mucha más sangre española. Doña Marina fue la intérprete, consejera y amante de Hernán Cortés, al cual le dio un hijo al que bautizaron como Martín, igual que el padre de Cortés. Ella y Gerónimo de Aguilar suplían a Melchorejo, como intérpretes, el cual, se había pasado a los indios, y les había incitado a que luchasen contra los españoles. Vencidos por éstos, le habían sacrificado a los dioses.


La Gran Tenochtitlan. Mural del Dr. Atl (1930)
Los aztecas
En Tabasco, los españoles supieron de la existencia de un país hacia poniente que los indios denominaban “México”. La flota fue, bordeando la costa mexicana, en dirección noroeste (NO), y un día se presentaron varias canoas indígenas que venían de parte del emperador, llamado Moctezuma. Cortés les mostró sus armas de fuego, sus caballos para, por una parte amedrentarlos, pero por otra parte trató de ser amable y afable con ellos, hablándoles de paz. Los embajadores traían pintores, y dibujaron todo lo que vieron con objeto de que su gran señor fuese informado fielmente y viese como eran estos “teules”.

El embajador azteca volvió con grandes presentes de joyas y objetos preciosos, pero Cortés seguía insistiendo en visitar a su emperador. Este volvió denegando el permiso para dicha visita. Por entonces vinieron otros indios, procedentes de Zempoala, que dijeron a Cortés que eran enemigos de los aztecas, y querían que los españoles les ayudasen a sacudirse de su yugo. Cortés vio que esto facilitaba sus planes, ya que el poderoso señor tenía enemigos. Pensó que cultivando las rencillas y odios que existían entre los diferentes pueblos indios, y con el prestigio que habían adquirido como ”teules”, es decir, semidioses, podía apoderarse de las riquezas, que sin duda había, como habían demostrado los diferentes presentes que los enviados del gran emperador Moctezuma II les habían entregado. Para ello tenía que imponer su voluntad y su mando sobre la facción del gobernador Diego de Velázquez, los cuales sostenían que Cortés no tenía autorización para poblar, sino para rescatar, descubrir, y que deberían volver a Cuba terminada la expedición. La mayoría de los capitanes y la tropa se oponían, ya que intuían la riqueza que podía haber en Tenochtitlan.

Empezó convirtiendo el campamento donde estaban en una ciudad, a la que puso el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz, (en la actualidad La Antigua (Veracruz)), por haber desembarcado los españoles en aquel paraje un Viernes Santo. Los nuevos pobladores rogaron a Cortés que se proclamase capitán general, dependiendo directamente del rey y no de Velázquez, que no tenía mando sobre aquellas costas; haciéndose de rogar, aceptó el cargo. Nombró alcalde, regidores, alguaciles, tesorero y alférez, consumando, pues, la desvinculación de la autoridad del gobernador de Cuba sobre la expedición, y es justo decirlo que al actuar de esa manera constituyó el primer municipio de América. El primer ayuntamiento formado por Cortés aún existe, ver Historia del Municipio La Antigua.

Siguió bordeando la costa, y supo de la hostilidad de ciertas tribus indígenas contra los aztecas, en una de las cuales se produjo el encarcelamiento de los odiados recaudadores de impuestos aztecas, y su posterior liberación por Cortés para hacer méritos ante Moctezuma.

"Quema" (realmente, barrenado) de las naves
Llegaron noticias de que Diego Velázquez había conseguido por sus valedores en la Corte el nombramiento de adelantado de Yucatán, por lo que envió para contrarrestar estas influencias a sus fieles Portocarrero y Montejo con lo mejor del botín obtenido hasta entonces, para conseguir el nombramiento para Cortés. Tomó además la decisión de inutilizar las naves, excepto la que había de utilizar Portocarrero con los fines ya indicados, para evitar cualquier fuga de los hombres que no secundaban su rebelión frente a la legalidad del gobernador de Cuba, o que simplemente tuvieran miedo ante la magnitud del empeño.

Sobre la forma física real en que se inutilizaron las naves, las fuentes utilizan las expresiones barrenar (abrir agujeros con un barreno o broca) y dar de través (volcar, tumbar, poner en dirección transversal el barco para vararlo). Posiblemente lo que se hizo fue una combinación de ambos procesos, y en cualquier caso es importante decir que las piezas de las naves sirvieron para propósitos posteriores que tuvieron importancia decisiva en la conquista de la capital Azteca.

Desde muy pronto los hagiógrafos de Cortés glorificaron en exceso la acción de barrenado de las naves, que ha quedado --tras adornarla con falso fuego diciendo que las había quemado-- como uno de los énfasis patrióticos preferidos por los nacionalistas españoles. Como suele ocurrir con tales énfasis, la realidad seguramente fue menos heroica: Cortés, al traicionar a Diego Velázquez, había "quemado" ya sus naves, que sólo podían servirle para conducirlo al patíbulo en Cuba o en La Española; las barrenó, sobre todo, para impedir la marcha de los que no habían secundado su motín, los partidarios de Velázquez. Pero además, las naves de la época se deterioraban tanto o más flotando (carcomidas por la broma) como dadas de través, y en este segundo caso no era imposible que un carpintero las rehabilitase para volver a viajar, o incluso construyese otras nuevas, como se demostró con los bergantines utilizados en el asedio a Tenochtitlan.

Cabe destacar que Cervantes, en el capítulo VIII de la segunda parte de El Quijote, señala ya la gesta comparándola con otras glorias clásicas, como el paso del Rubicón de César: ...¿quién barrenó los navíos y dejó en seco y aislados los valerosos españoles guiados por el cortesísimo Cortés en el Nuevo Mundo?... lo que de paso demuestra que en 1615 se decía todavía que las barrenó, no que las quemó. Lo de quemar fue una mistificación posterior destinada a dar un timbre más pomposo al suceso.

La marcha hacia el interior empezó el 16 de agosto de 1519. La primera sorpresa fue el cambio de clima de las tierras altas, ya que era frío, en comparación con el clima de la costa y de las islas, así como ver los valles fértiles existentes en el interior. Al paso por Tlaxcala, los españoles derrotaron a las tribus pobladoras el 2 de septiembre de 1519, y consiguieron aliarse con ellos para ayudarles a combatir a la opresión azteca, enemiga eterna del territorio de tlaxcala, territorio que nunca pudo ser conquistado por los Aztecas. Cortés se detuvo varias semanas en Tlaxcala, que según los cronistas, recordaba a Granada (España) por la frondosidad de sus vegas. Varios millares de tlaxcaltecas se unieron a la expedición hacia Tenochtitlan.

Al paso por Cholula, que eran vasallos de Moctezuma II, éstos después de un grandioso recibimiento, quisieron hacer una emboscada y aniquilar a los españoles. Una anciana, que quiso salvar a Doña Marina, cometió la indiscreción de confiar a ésta lo que tramaba su pueblo. Sin demora, Doña Marina puso en conocimiento a Cortés de la traición que se avecinaba, y adelantándose a los indios, los españoles les infligieron un durísimo castigo. Esta fue una de las más grandes masacres patrocinadas por Cortés y que lo han marcado con un siniestro estigma en el México moderno.


Tenochtitlan
Artículo principal: La Noche Triste

En su marcha hacia México-Tenochtitlan el ejército de Cortés avistó los volcanes Popocatepetl e Iztaccíhuatl. Y uno de los capitanes de Cortés, llamado Diego de Ordás fue el primer europeo en ascender a la cima del volcán Popocatepetl en compañía de dos compañeros de armas, causando una gran impresión entre los nativos que acompañaban la expedición de Cortés. Por tal hazaña y méritos militares, el emperador Carlos V le otorgó a Diego de Ordás mediante decreto expedido el 22 de octubre de 1523, el derecho de poseer un escudo de armas con una vista del volcán.


Monumento del Encuentro en Ciudad de Mexico.A la entrada de la ciudad, realizada el 8 de noviembre de 1519, se produjo el encuentro de Moctezuma y Cortés, haciendo de intérprete doña Marina. Moctezuma II, creía que los españoles eran los enviados del Dios que vendrían del este, y además cayó bajo el poder de seducción de Cortés. Los españoles fueron hospedados en el inmenso palacio del padre de Moctezuma, pudiendo entonces admirar la grandiosidad de aquella ciudad, por ejemplo la plaza de su mercado era más del doble de grande que la Plaza Mayor de Salamanca (tenida entonces por la más grande de la cristiandad).

Residiendo los españoles en el palacio, se les ocurrió que ya era hora de tener capilla propia y, puesto que Moctezuma se había negado a que la erigieran en el cú de Huchilobos, resolvieron levantarla en su alojamiento, previo permiso del emperador. Buscaban los capitanes el mejor sitio para emplazarla, cuando un soldado, que era carpintero, notó en una pared la existencia de una puerta tapiada y encalada de pocos días. Recordando entonces que se susurraba que en aquellos aposentos tenía depositados Moctezuma los tesoros que había ido reuniendo su padre Axayácatl.

Allí entraron Cortés y algunos capitanes y tras la vista de un enorme tesoro, ordenó que se volviera a tapiar. Les empezó a inquietar entonces la posibilidad de ser asesinados. Cuatro capitanes y doce soldados se presentaron a Cortés para hacerle presente la conveniencia de prender al emperador, manteniéndole como rehén, para que respondiera con su vida de la vida del ejército.

No se tomó de momento ningún acuerdo. No obstante, una noticia precipitó la resolución.

Unos jefes mexicanos asaltaron Veracruz, donde mataron aJuan de Escalante alguacil mayor, a seis españoles y a los aliados totonacas, lo que supuso un desprestigio para las armas españolas al ver que no eran teules o dioses y que podían ser vencidos. Un soldado llamado Argüello fue hecho prisionero, sacrificado, y su cabeza enviada al emperador azteca.

Cortés exigió a Moctezuma que fuese a vivir con los españoles, es decir, tenerlo como rehén so pena de muerte inmediata. Apaciguó a su guardia diciendo que iba de propia voluntad y tras ser trasladados con los españoles todos sus enseres, siguió manifestando a todas sus visitas, que estaba allí de propia voluntad.

Cortés exigió que los caciques autores de la agresión a Veracruz fueran castigados, y llevados a su presencia confirmaron que obedecían órdenes de Moctezuma. Los capitanes aztecas fueron sentenciados a morir en la hoguera.

Consiguió también, que, Moctezuma se declarase vasallo de Carlos V. La situación, sin embargo, se estaba poniendo muy difícil, ya que la clase sacerdotal y los nobles, se estaban conjurando para liberar a su señor y aniquilar a los españoles.

En esos días se recibió la noticia de la llegada de 18 navíos, creyéndose en un principio que eran refuerzos del emperador, mas enseguida se supo que eran tropas mandadas por Diego de Velázquez para castigar a los rebeldes. Estas tropas estaban mandadas por Pánfilo de Narváez. Y para colmo, pusieron sobre aviso a Moctezuma II de que Cortés era un rebelde a su rey, y que lo matase. Así que Cortés no tuvo más remedio que dejar una guarnición de poco más de un centenar de españoles en Tenochtitlan al mando de Pedro de Alvarado, y él con trescientos españoles y varios cientos de indios salir al encuentro de las tropas de Narváez. Cortés, a la postre, consiguió vencer, e hizo prisionero a Narváez, y las tropas de éste, se pasaron en masa al bando de Cortés.

Mientras, en Tenochtitlan, Alvarado había cometido una matanza de nativos, cuando éstos estaban celebrando la fiesta de Tóxcatl (quinto mes, de los 20 que tenía el calendario azteca), en honor a Tezcatlipoca, aunque algunas fuentes hablan también de culto al siempre presente Huitzilopochtli. La población, lógicamente, se rebeló, y los castellanos se tuvieron que refugiar en los alojamientos del palacio. Parece ser, que, en la tensión de aquellos días, Pedro de Alvarado veía conjuras por todas partes y quiso anticiparse haciendo una matanza.

El 24 de junio de 1520, el ejército de Cortés entraba nuevamente en la ciudad. El hermano de Moctezuma, Cuitláhuac fue liberado para que gestionase la pacificación, pero lo que hizo fue todo lo contrario y se unió al jefe de los caciques, llamado Cuauhtémoc, para aplastar a los españoles. Cortés consiguió que Moctezuma II tratase de apaciguar a los inconformes y que dejasen salir a los españoles de la ciudad pero, por el contrario, fue herido de muerte por los propios indios.

Los sitiados veían disminuir el agua, las municiones y toda clase de víveres. La única salida era la retirada. Y la hicieron en la lluviosa noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, conocida como la Noche Triste. En aquella retirada, cayó buena parte de los castellanos, además de perder gran cantidad de piezas de artillería y de caballos, así como gran parte del tesoro que se transportaba. Perseguidos por los indios, el 7 de julio, cerca de Otumba, los españoles hicieron frente a los perseguidores en una batalla, en la que los aztecas fueron derrotados y huyeron en desbandada. Los de Tlaxcala siguieron fieles a Cortés, y éste pudo conseguir un gran ejército para reconquistar el Imperio Azteca, terminando con el asedio y destrucción de Tenochtitlan. El día 13 de agosto de 1521, entraron en las ruinas de la ciudad y Cuauhtémoc, el cacique azteca, fue hecho prisionero.

Hernán Cortés descubre la "California"

La isla de California, mapa del xiglo XVIILas Sergas de Esplandián

"Sabed que a la diestra mano de las Indias existe una isla llamada California muy cerca de un costado del Paraíso Terrenal; y estaba poblada por mujeres negras, sin que existiera allí un hombre, pues vivían a la manera de las amazonas. Eran de bellos y robustos cuerpos, fogoso valor y gran fuerza. Su isla era la más fuerte de todo el mundo, con sus escarpados farallones y sus pétreas costas. Sus armas eran todas de oro y del mismo metal eran los arneses de las bestias salvajes que ellas acostumbraban domar para montarlas, porque en toda la isla no había otro metal que el oro.

Las Sergas de Esplandián, (novela de caballería) Por García Ordoñez de Montalvo. Publicada en Sevilla en 1510.

Se considera actualmente a Hernán Cortés como el descubridor de la península de Baja California, aún cuando el primer europeo que desembarcó en lo que hoy es la península de Baja California fue el piloto y navegante español Fortún Jiménez quien al mando del navío Concepción, navío propiedad de Hernán Cortés, avistó y desembarcó en el año 1534 en la península, de la cual pensó era una isla.

En la cuarta Carta de Relación, fechada en México el 15 de Octubre de 1524, escribe Hernán Cortés al Rey de España de la preparación de barcos para explorar y someter nuevos reinos sobre la Mar del Sur, idea que bullía en su mente desde dos años atrás, recién consumada la conquista de la gran Tenochtitlan. En 1529 estando Cortés en España, firmó un convenio con la Corona española por la cual se obligaba a enviar por su cuenta "armadas para descubrir islas y territorios en la Mar del Sur (Océano Pacífico)"

Deseaba encontrar además del dominio territorial y las posibles ganancias en metales preciosos en las nuevas tierras a descubrir, un paso de mar entre el Pacífico y el Atlántico, pues se pensaba que si Fernando de Magallanes había encontrado un estrecho que comunicaba ambos océanos por el Sur, también debería existir otro paso por el norte. Ese paso marítimo era el mítico Estrecho de Anián. En el mencionado convenio se estipulaba que de las tierras y ganancias que se obtuvieran, una décima parte corresponderían al descubridor en propiedad perpetua, para sí y sus descendientes.


La primera expedición.
Durante su estancia en España en 1529, Cortés negoció una capitulación sobre los futuros descubrimientos en la Mar del Sur, ya de regreso a México, el 30 de Junio de 1532 envió a su primo Diego Hurtado de Mendoza para que explorara las islas y litorales de la Mar del Sur (Océano Pacífico), más allá de los límites de la audiencia de la Nueva Galicia gobernada por Nuño de Guzmán enemigo acérrimo de Hernán Cortés.

Partió la expedición en dos barcos desde Tehuantepec Oaxaca, después de tocar Manzanillo Colima se fueron costeando las costas de Jalisco y Nayarit, que en aquel entonces formaban parte de la audiencia de la Nueva Galicia, hasta descubrir las Islas Marías, de ahí regresaron a tierra firme y trataron de obtener abastecimiento de agua en la bahía de Matanchén, Nayarit, abastecimiento que les fue negado por órdenes de Nuño de Guzmán dueño y señor de la región.

Uno de los barcos maltratado por las tormentas emprendió el regreso, arribó a las costas de Jalisco y terminó en manos de Nuño de Guzmán, en tanto el otro navío en el que iba Diego Hurtado de Mendoza tomó rumbo al norte, jamás ninguno de los que iban a bordo regresó a la Nueva España, no se volvió a tener noticias de ellos, años después el autor de la Segunda Relación anónima de la jornada que hizo Nuño de Guzmán a la Nueva Galicia, recogió algunas informaciones que hacen suponer que la nave que comandaba Diego Hurtado de Mendoza había naufragado en el litoral norte del hoy estado de Sinaloa, pereciendo él y el resto de la tripulación.


La segunda expedición.
El navío Concepción al mando del capitán y comandante de la expedición Diego de Becerra, era una de las dos naves que Cortés envió en 1533, poco después de la conquista de la gran Tenochtitlan, en un segundo viaje de exploración de la Mar del Sur (Océano Pacífico), la otra nave era el navío San Lázaro al mando del Capitán Hernando de Grijalva.

Zarpó la expedición desde el hoy puerto de Manzanillo Colima el 30 de Octubre de 1533, para el día 20 de Diciembre las naves se habían separado, el barco San Lázaro que se había adelantado esperó en vano al navío Concepción durante tres días y al no tener avistamiento del navío acompañante se dedicó a explorar el Océano Pacífico y descubrió las Islas Revillagigedo. A bordo del Concepción todo era diferente, el navegante y segundo en el mando Fortún Jiménez se amotinó y asesinó mientras dormía al capitán Diego de Becerra, después agredió a los tripulantes que se mostraron leales al asesinado capitán para posteriormente abandonar a los heridos en las costas de Michoacán junto con los frailes franciscanos que le acompañaban en la travesía.

Fortún Jiménez navegó hacia el noroeste siguiendo la costa y en algún momento giró hacia el oeste y llegó hacia una apacible bahía, hoy se sabe que arribó a la hoy ciudad y puerto de La Paz, él pensó que había arribado a una isla, jamás supo que había arribado a una península que con el tiempo se llamaría península de Baja California, ahí se encontró con nativos que hablaban una lengua no conocida y además andaban semidesnudos, eran muy diferentes de los nativos del altiplano mexicano que tenían una cultura propia.

Los tripulantes que le acompañaban al ver a las mujeres semidesnudas y a causa de la larga vigilia sexual, se dedicaron a tomarlas por la fuerza. Para ese entonces se habían dado cuenta que en lugar abundaban las perlas que los nativos extraían de las conchas de moluscos que abundaban en la bahía, así que se dedicaron a saquear el lugar y a abusar de las mujeres. Es necesario resaltar que Fortún Jiménez y acompañantes no otorgaron nombre alguno a ninguno de los sitios que encontraron, serían otros exploradores quienes darían nombre a los lugares visitados por Fortún Jiménez.

El abuso de las mujeres por parte de la tripulación aunado al saqueo al cual se dedicaron provocó un violento enfrentamiento con los nativos que terminó en la muerte de Fortún Jiménez y algunos de sus compañeros, los sobrevivientes se retiraron del lugar, abordaron a duras penas el navío Concepción, navegaron erráticamente durante varios días hasta llegar a las costas del hoy estado de Jalisco, en donde se toparon con los subalternos de Nuño de Guzmán quienes les requisaron la nave y los tomaron prisioneros.

La tercera expedición.
Después de haber patrocinado dos viajes de exploración en la Mar del Sur (Océano Pacífico) y sin haber obtenido resultados materiales, Hernán Cortés decidió encabezar el tercer viaje de exploración.

Molesto Cortés porque Nuño de Guzmán su archienemigo de siempre, le había requisado un buque durante la primera expedición que sufragó, además del buque Concepción que Cortés había enviado en el segundo viaje de exploración de la Mar del Sur, decidió enfrentarlo en su propio terreno y desde allí montar la tercera expedición, para ello preparó un gran número de tropas a pie y a caballo para marchar sobre la provincia de la Nueva Galicia de la cual Nuño de Guzmán era gobernador.

El virrey de la Nueva España advierte a Hernán Cortés el 4 de Septiembre de 1534 "que no enfrentase a quien le había requisado sus barcos" a lo que Hernán Cortés se negó alegando que había gastado más de 100 mil castellanos de oro, además de haber sido designado por su majestad el Rey de España Felipe II para conquistar y descubrir nuevos territorios.

En Chametla (Sinaloa), después de atravesar los hoy estados de Jalisco y Nayarit, territorio conocido como parte de la audiencia de la Nueva Galicia en esa época, Cortés y su comitiva embarcaron los buques Santa Águeda y San Lázaro en los cuales subieron 113 peones, 40 jinetes con todo de a caballo y dejó en tierra a 60 jinetes más, según lo reportó a la Real Audiencia el gobernador Nuño de Guzmán.

Una vez embarcado en el buque San Lázaro, Cortés junto con su expedición tomó rumbo al noroeste, y el día 3 de Mayo de 1535 arribó a la bahía que nombró Bahía de la Santa Cruz actualmente La Paz (Baja California Sur), lugar en el cual confirmó la muerte de su subalterno Fortún Jiménez a manos de los nativos.

Una vez que hubo tomado Cortés posesión de la Bahía de la Santa Cruz, decidió establecer una colonia, mandó traer a los soldados y bastimentos que había dejado en Sinaloa pero el mal tiempo no le ayudó, los buques se perdieron y únicamente regresó a la bahía de la Santa Cruz un navío llevando una carga de cincuenta fanegas de maíz, insuficientes para alimentar a la población, por lo cual Cortés salió personalmente en busca de víveres, mas lo conseguido fue insuficiente por lo cual decidió retornar a la Nueva España con la intención de proveer desde ahí a la nueva colonia.

Al mando del poblado de la Santa Cruz quedó Francisco de Ulloa, pero las quejas de los familiares de quienes se habían quedado en la península hicieron que el virrey ordenara el abandono de la población y el retorno de los pobladores a la Nueva España.

La cuarta expedición
Hernán Cortés quien ya había patrocinado tres viajes de exploración de la Mar del Sur (Océano Pacífico) y los cuales habían terminado en fracasos, decide enviar un cuarto viaje de exploración a la Mar del Sur al mando de Francisco de Ulloa en 1539. Partió la expedición del puerto de Acapulco el día 8 de Julio del año citado a bordo de los buques Santo Tomás, Santa Águeda y Trinidad, a la altura de las Islas Marías se vieron obligados a abandonar el navío Santo Tomás, por lo cual continuaron el viaje de exploración en los dos buques restantes.

Ingresaron al Golfo de California y visitaron en el viaje de ida y de regreso la abandonada población de la Santa Cruz, conocida actualmente como la ciudad de La Paz, llegaron al extremo norte del golfo el 28 de Septiembre, a lo que se conoce actualmente como desembocadura del Río Colorado y llamaron a la boca del río "Ancón de San Andrés", una breve acta fue levantada cuyo texto se transcribe;

Yo Pedro de Palenzia, escribano público desta armada, doy fe e verdadero testimonio a todos los señores que la presente vieren, a quienes Dios nuestro señor guarde de mal, como en veinte e ocho días del mes de septiembre de quinientos e treinta e nueve años, el muy magnfifíco señor Francisco de Ulloa, teniente de gobernador y capitán desta armada por el iustrísimo señor Marqués del Valle de Guajaca, tomó posesión en el ancón de San Andrés y mar bermeja, que es en la costa desta Nueva España hazia el Norte, que está en altura de treinta y tres grados y medio, por el dicho Sr. Marqués del Valle en nombre del Emperador nuestro rey de Castilla, actual y realmente, poniendo mano a la espada, diziendo que si abía alguna persona que se lo contradijese, que él estaba presto para se lo defender, cortando con ella árboles, arrancando yerbas, meneando piedras de una parte a otra, y sacando agua de la mar; todo en señal de posesión.

Testigos que fueron presentes a lo que dicho es los reverendos padres del señor San Francisco, el padre Fray Raymundo, el padre fray Antonio de Mena, Francisco de Terrazas, veedor Diego de Haro, Gabriel Márquez. Fecho día mes y año susodicho. E yo Pedro de Palenzia, escribano público desta armada, le escribí según ante mi pasó; por ende fize aquí este signo mío, que es tal, en testimonio de verdad.- Pedro de Palencia, escribano público. Frater Ramundus Alilius, Frater Antonius de Mena, -Gabriel Márquez. -Diego de Haro. -Francisco de Terrazas.


Península de Baja California y el Mar de Cortés o Golfo de California (NASA)Después de haber desembarcado y tomado posesión de las tierras del extremo Norte del Mar Bermeja, (conocido hoy en día como Golfo de California), nombre que le dieron por la coloración rojiza de las aguas que se teñían con las aguas procedentes del Río Colorado, iniciaron el regreso al poblado de la Santa Cruz, doblaron el Cabo San Lucas e ingresaron en el Océano Pacífico, por la actual Bahía Magdalena pasó el día 5 de Diciembre sin haber ingresado por estar herido Ulloa, a causa de una escaramuza que sostuvo con los nativos. Con fecha de 5 de Abril de 1540 dirigió a Cortés desde la Isla de Cedros una relación de los sucesos de la exploración en uno de los dos barcos, en el otro continuó con la exploración, nunca más se supo de Francisco de Ulloa y de sus compañeros de navegación.


Las abandonadas tierras reciben el nombre de California y Hernán Cortés entra en la historia como su descubridor.
Artículo principal: Origen del nombre de California
Un burlón enemigo de Cortés a quien un escritor de la época cita como Alarcón ¿se trataría de Fernando de Alarcón?, en clara alusión a Las Sergas de Esplandián, novela de caballería de boga en esos días, dio por nombrar en tono burlesco a las abandonadas tierras como California para herir a Cortés por haber fracasado en el tercer viaje de exploración, cuando éste trató infructuosamente de establecer una colonia en las tierras recién descubiertas y que le pertenecían por Cédula Real.

Actualmente se conocen con el nombre de California, la península de Baja California, el Golfo de California, y tres estados; California, Baja California y Baja California Sur.

Además que el Golfo de California es conocido también como Mar de Cortés.

La leyenda negra
La peor mancha en la hoja de servicios de Cortés es que consintió la tortura de Cuauhtémoc y del cacique de Tacuba, ya que los soldados estaban sedientos de oro, y creían que éste tenía que saber en donde se encontraba. Ambos fueron ahorcados en el año 1525 en la funesta expedición a Las Hibueras (actual Honduras), por sospechas de traición.

Cortés fue recompensado años más tarde por el emperador Carlos V, con el marquesado del Valle y le dieron tierras cerca del estado actual de Oaxaca, pero fue postergado en el gobierno de la nueva colonia.

La extraña muerte de su esposa, Catalina Juárez, también ha reforzado su “leyenda negra”.

Murió en el viernes 2 de diciembre del año 1547 en Castilleja de la Cuesta, tratando de volver a sus posesiones americanas.


El peregrinar de Cortés después de su muerte
Pocas personas han sido inhumadas tantas veces como el Marqués del Valle de Oaxaca, título que le confirió la corona española a Hernán Cortés. La causa de los constantes traslados de sus restos mortales radica en el hecho que en sus testamentos cambió en más de una ocasión la ubicación del lugar en donde deseaba reposar por toda la eternidad. Cuando residía en la Nueva España, primero solicitó ser sepultado en la iglesia contigua al Hospital de Jesús, hospital que el conquistador había fundado, posteriormente declaró sus deseos de ser sepultado en un monasterio que había ordenado construir en Coyoacán, una población aledaña a la capital mexicana, monasterio que nunca fue construido debido a que tuvo que partir a España con el fin de enfrentar un juicio que se le residió.

En España ya cansado y enfermo a mediados de octubre de 1547 modificó su testamento para indicar que debería ser sepultado en la parroquia del lugar donde falleciera, su muerte en España trajo como consecuencia que fuera inicialmente sepultado en el monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce Sevilla España, en la cripta de la familia del duque de Medina Sidonio bajo las gradas del altar mayor con un epitafio que le dedicó su hijo Martín Cortés, segundo Marqués del Valle. El epitafio que le dedicó su hijo decía:

"Padre cuya suerte impropiamente
Aqueste bajo mundo poseía
Valor que nuestra edad enriquecía,
Descansa ahora en paz, eternamente"
En 1550 a tres años de su muerte, sus restos fueron cambiados de lugar dentro de la misma iglesia, esta vez fue inhumado justo a un lado del altar dedicado a Santa Catarina, durante 19 años sus restos yacieron en el monasterio de San Isidoro hasta que en 1566 sus restos mortales fueron transferidos a la Nueva España y sepultado junto con su madre y una de sus hijas en el templo de San Francisco de Texcoco, ubicado en la población de Texcoco cercana a la ciudad de México. Sus restos yacerían allí hasta 1629.

En 1629 a la muerte de Dn. Pedro Cortés, 4° Marqués del Valle y último descendiente de Hernán Cortés en línea masculina, las autoridades civiles y eclesiásticas de la colonia española decidieron sepultarlos en la misma iglesia, así que los restos de Cortés fueron inhumados cerca del altar mayor (en un nicho detrás del Sagrario) en la iglesia del convento de San Francisco, ubicado frente a la plaza de Santo Domingo en la capital mexicana, allí dejaron grabada la siguiente inscripción "Ferdinandi Cortés ossa servatur hic famosa".

En 1716 una remodelación del templo de San Francisco obligó a los franciscanos a exhumar los restos y trasladarlos a la parte posterior del retablo mayor, lugar en el que permanecerían durante 78 años.

En 1794 las autoridades de la colonia exhumaron nuevamente los restos de Cortés con el fin de cumplir con los deseos del conquistador de México que en una ocasión solicitó ser sepultado en la iglesia contigua al Hospital de Jesús, así que sacaron la osamenta de Cortés del templo de San Francisco que yacía en su nicho en una urna de madera y cristal con asas de plata y pintado en la cabecera de la urna el escudo de armas del Marqués de Oaxaca, sus restos fueron trasladados con gran pompa a lo que se creía sería su última morada, se colocaron blandones de plata sobre el sepulcro y dentro del templo se erigió un zócalo y sobre el zócalo un busto del conquistador, en ese sitio sus restos descansarían durante 23 años.

En 1823, a dos años de consumada la Independencia de México inició el memorial para honrar a los insurgentes muertos durante la guerra de independencia, los restos de ellos fueron llevados a la ciudad de México en cuya catedral fueron depositados, un gran movimiento nacionalista surgió entre los habitantes de la capital mexicana al grado que se temió que una turba asaltara el templo y profanara los restos de Cortés, por ello el ministro mexicano Lucas Alamán y el capellán mayor del Hospital desmantelaron la noche del 15 de septiembre el mausoleo, en tanto el busto y demás ornamentos fueron enviados a Italia para hacer creer a los agitadores que los restos mortales de Cortés habían salido del país, en realidad la urna con la osamenta fue escondida bajo la tarima del templo del Hospital de Jesús, durante trece años los restos permanecieron escondidos allí.

En 1836, ya calmadas las pasiones se extrajeron los restos y fueron depositados en un nicho que se construyó en la pared del templo a un lado de donde estuvo el mausoleo, en ese lugar reposaron los restos durante 110 años hasta ser encontrados. El ministro Lucas Alamán en algún momento informó a la embajada española del lugar en el cual habían depositado los restos de Cortés.

En 1946 algunos historiadores del Colegio de México tuvieron acceso a la acta notarial en la cual se detallaba la última morada de Cortés y decidieron buscar los restos, el domingo 24 de noviembre del mismo año los historiadores encontraron el nicho que guardaba la urna, después de realizar algunos estudios para autentificar los huesos procedieron a restaurar la urna y recomendaron conservar los restos de Hernán Cortés en el mismo lugar.

El 28 de noviembre de 1946 el presidente de México expidió un decreto mediante el cual confirió al Instituto Nacional de Antropología e Historia la custodia de los restos mortales de Hernán Cortés.

El 9 de julio de 1947 se reinhumaron los restos en el mismo lugar en el que los encontraron y se puso sobre el muro de la iglesia una placa de bronce con el escudo de armas de Cortés grabado y la inscripción:

"HERNÁN CORTÉS
1485-1547"
Al final, los restos del conquistador español descansan en el lugar que eligió en su juventud para ser sepultado.
 
Los últimos de Filipinas

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Aquel medio centenar de militares españoles estuvieron encerrados durante 11 meses en una pequeña iglesia situada en la aldea de Baler, a 232 kilómetros de Manila. De ellos, 19 fallecieron y fueron enterrados en la iglesia -15 por enfermedad, dos por disparos enemigos y otros dos fusilados-. El 1 de septiembre de 1899 desembarcaron en Barcelona los 33 supervivientes.

El 30 de junio de 1899 el presidente de la República de Filipinas, Emilio Aguinaldo, había escrito: 'Habiéndose hecho acreedoras a la admiración del mundo las fuerzas españolas que guarnecían el destacamento de Baler, por el valor, constancia y heroísmo... Vengo a disponer lo siguiente: Los individuos de que se componen las expresadas fuerzas, no serán considerados como prisioneros, sino por el contrario, como amigos'.
 
Almirante Cervera

"Con la conciencia tranquila voy al sacrificio, sin explicarme ese voto unánime de los generales de Marina que significa la desaprobación y censura de mis opiniones, lo cual implica la necesidad de que cualquiera de ellos me hubiera relevado."

Cuando lo recogieron los yanquis le dijeron esto:

"Nosotros hemos ganado la guerra, pero usted y sus marinos han ganado la gloria de este 3 de julio".
 
H@kk@ rebuznó:
«A la elegancia y brillantez demostrada por Rojo, con la maniobra del Ebro, Franco respondió con los ataques frontales y el empleo de la fuerza bruta, es decir haciendo gala de los dos rasgos que caracterizan a los militares incompetentes.»



si claro los militares incompetentes son los que ganan las batallas los q las pierden son los genios . Dios nos libre de genios como estos.

Aníbal, ganó batallas y perdió todas las guerras en las que participó. Pirro es recordado por victorias que no conducen a nada. Seguramente, los mejores estrategas de su época, que no te quepa duda. Superados sólo por la tenacidad con mayúsculas de las legiones romanas, no de sus generales precisamente (aparte de Escipión el Africano, que aprendió con el tiempo, con mucho tiempo).

Si Franco y sus generales no hubieran ganado la guerra civil, habrían demostrado tal nivel de incompetencia militar, que hubieran merecido que los fusilaran por imbéciles.
 
Si bien Quinto Sertorio, de la familia de Cayo Mario, y considerado un itálico por los romanos, no es un militar españos, no era ibérico, creo que lo podemos considerar como gran estratega íbero de adopción. Tuvo en jaque a las legiones romanas en la península durante varios años, hasta el punto de que Gneo Pompeyo "Magno", tuvo que recurrir a asesinos para eliminarle.

También destacaría a Púnico, Cesáreo y Viriato, tres caudillos lusitanos que lucharon por su libertad contra la mejor infantería del mundo.
 
Leyendo estas biografias, uno no sabe si llorar o cagarse en la puta madre de los llamados cineastas y productores españoles, madre mía la de peliculas historicas que se podrian realizar con estos personajes, además de hacer pais se tomaria consciencia de nuestra grandisima historia. Si estos personajes hubiesen sido "usamericanos", me apuesto los cojones que tendrian varias grandes producciones la mayoria de ellos. Mientras nos tenemos que tragar "masters and commanders" y demás propaganda anglosajona...
 
tuff_yuba rebuznó:
Leyendo estas biografias, uno no sabe si llorar o cagarse en la puta madre de los llamados cineastas y productores españoles, madre mía la de peliculas historicas que se podrian realizar con estos personajes, además de hacer pais se tomaria consciencia de nuestra grandisima historia. Si estos personajes hubiesen sido "usamericanos", me apuesto los cojones que tendrian varias grandes producciones la mayoria de ellos. Mientras nos tenemos que tragar "masters and commanders" y demás propaganda anglosajona...

Es una lástima, la verdad. Lo peor es que tampoco hay muchos libros que se inspiren en estas biografías. España no sólo ha dado grandes militares, también grandes estrategas políticos como Fernando el Católico, y apenas se retratan sus hechos y su significación. Todo lo contrario a lo que hacen los alemanes con Federico el Grande, por poner un ejemplo.
 
ENRIQUE LISTER (Ameneiro, Coruña, 1907-Madrid,1994)

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Enrique Líster nació el 21 de abril de 1907 en una aldea llamada Ameneiro, en la parroquia de Calo, municipio de Teo, a 7 kilómetros de Santiago de Compostela. Su madre era campesina y su padre cantero. Los Líster tuvieron siete hijos, cinco varones que siguieron el oficio del padre y dos mujeres que se dedicaron a los trabajos del campo. Desde pequeño Enrique comenzó a trabajar con sus padres en trabajos en la aldea. La escuela más próxima quedaba muy lejana, por lo que este joven campesino se quedó sin aprender a leer y escribir. A los 11 años su padre, harto de tanta pobreza, decidió partir para Cuba donde ya estaban sus dos hijos mayores.
En su libro de memorias, Enrique Líster contaba de esta manera aquella etapa de joven emigrante: "Só mucho más tarde eu decateime de donde estaban las causas que me arrancaron de mi aldea natal y que me llevaron a Cuba, porque allí muchos usaban el nombre de "gallego" como un insulto. En mis primeros meses de estancia en Cuba me sentía terriblemente triste. Me acordaba de mi madre y hermanos, de mis amigos, la aldea, de las huertas de los vecinos, que ninguna de ellas se salvaba de mis asaltos, conociendo yo mejor que nadie los árboles que daban las frutas más sabrosas. Si en vez de agua fuese tierra lo que me separase de Galicia creo que me volvería andando".

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Pero este estado de ánimo le duró poco. Acabando de llegar a su tierra se puso a trabajar de aprendiz de adegueiro en un negocio que tenía un paisano llamado José Albariño en la Calle Sol y San Ignacio. Después de cambiar a otra adega que tenía mejores condiciones laborales, y tras una breve estancia en Matanzas, volvió a La Habana, donde comenzó a estudiar por la noche en la escuela del Centro Gallego mientras que por el día se dedicaba al trabajo de cantero.

Esta rutina no duró mucho tiempo, ya que una noche al salir del Centro Gallego una muchacha se le acercó para ofrecerle un par de pesos si le llevaba un paquete y se lo entregaba a una persona. Enrique, sin pensarlo y ante la necesidad de dinero aceptó la propuesta. El sencillo encargo fue cumplido con toda normalidad, sin embargo después de varios días dos personas que se identificaron como policías detuvieron a Enrique. Al llegar a las dependencias policiales los agentes empezaron a gritarle y a golpearle. Le preguntaron quién era la persona que le había dado la bomba. Enrique desconocía el contenido del paquete, pero al escuchar la palabra bomba evitó dar pistas a la policía. Los dos pesos terminaron por salirle muy caros, pues tuvo una condena de dos años de cárcel en un reformatorio. Desde este hecho casual, seguramente, Enrique comenzó a experimentar vivencias muy duras que le fueron curtiendo en su juventud. Al salir de la cárcel con 17 años su padre le consiguió un trabajo de cantero en la construcción del Centro Asturiano. Por aquellos años Enrique estaba muy adaptado a la vida cubana, atrás quedaban su tristeza y sus deseos de volver a Galicia. Pero todo cambió el 25 de enero de 1925. Una carta recibida por un compañero de trabajo y vecino de su aldea le contaba que a su madre le pegaba el herrero y su hijo. La noticia le causó tanta indignación que juntó todos sus ahorros y sacó pasaje para Galicia el 28 de Enero. Y con los que le sobró compró una pistola del 9 largo y una caja de
balas. Llegó a Vigo el 11 de febrero y a su casa el día 13. Su madre asustada intentó quitarle importancia al asunto, mientras el herrero y su hijo huyeron de la aldea. Después de un mes la policía registró su casa y requisó la pistola. Enrique sabe que corre peligro y consigue otra pistola. El encuentro fue inevitable, y así el 30 de abril se encontraron los tres y se enfrentaron a tiro limpio. Enrique quedó con una herida en la cabeza y el hijo del herrero con un tiro en el pulmón.
Durante los años 1925 al 26 Líster intentó darle vida al Sindicato de Oficios Varios de Teo (Ames) donde también participaron sus hermanos.

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Después de tener un nuevo incidente con la Guardia Civil, para evitar ir a la cárcel volvió a Cuba. Fue en el mes de enero de 1927.
En La Habana trabajó en la construcción del Capitolio donde tomó contacto con el sindicato, y un dirigente del mismo, de origen canario, comenzó a hablarle de la Unión Soviética y del socialismo. Aquella Cuba estaba en un proceso de importantes proporciones. En 1920 se constituyó la Federación Obrera de La Habana, en 1925 se creó en Camagüei la Confederación Nacional Obrera y a mediados de 1927 se fundó el Partido Comunista de Cuba liderado por Ricardo Mella y Rubén Martínez Villena. Tanto Líster como el gallego Fernández Valle, entre otros paisanos, formaron parte de este nuevo partido. La dictadura de Machado no tardó en reaccionar de forma represiva deteniendo a un gran número de comunistas. Líster se vio en la obligación de dejar el trabajo para evitar la detención, motivo por el que su partido decidió que lo mejor era que saliera del país de forma clandestina en un barco que salía para el Estado español y paraba en Nueva York. Su destino debería ser esa última ciudad pero el destino le jugó una mala pasada y una fuerte custodia del barco no le permitió bajar. Fue así como nuevamente estuvo en Galicia. En 1928 llegó a La Coruña donde se puso en contacto con su familia y con la organización del Partido Comunista Español, incorporándose a la célula de Santiago de Compostela. Durante esos primeros meses volvió a caer preso en varias ocasiones, siendo la detención más larga entre 1929 y el 4 de mayo de 1931, días después de la proclamación de la Primera República.
 
ENRIQUE LISTER (II parte de su biografia)


Al salir de la prisión se dedicó de lleno a recuperar el sindicato que estaba en manos de burócratas. Con apoyo de más de un centenar de afiliados, convocó una asamblea donde se barrió la dirección anterior y lo eligieron presidente de la misma. En febrero de 1932 participó activamente en la Conferencia Regional del Partido Comunista donde lo eligieron delegado al IV Congreso, que se celebró en Sevilla.


Su labor de militancia en la comarca la convirtieron en un baluarte comunista, llegando a contar con más de 60 afiliados.
La Segunda República nació de las manos de la derecha liberal, mientras los trabajadores y campesinos pobres pedían un cambio profundo. Líster participó apasionadamente en la primera etapa de la República. Sus constantes enfrentamientos y persecuciones por parte de la Guardia Civil llevaron al Partido a tomar la decisión de conducirlo a la Unión Soviética para prepararlo políticamente. Desde septiembre de 1932 a septiembre de 1935 residió en el país de los Bolcheviques. En la URSS estudió en una escuela leninista así como también en una Academia militar Frunze. Mientras se preparó políticamente, trabajó en la construcción del Metro de Moscú.

Su paso por la Unión Soviética fue decisivo en su formación comunista. Al regresar a España instruyó militarmente a las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MOAC). El Partido Comunista, a través de sus miembros organizados tenían contacto con cientos de soldados, cabos, sargentos, oficiales, a los que influían políticamente y en muchos casos se organizaban en comités que llevaban a cabo la lucha por la defensa de los derechos de los soldados contra los manejos de los mandos reaccionarios. El 16 de febrero de 1936 se produce el triunfo del Frente Popular. A los pocos meses, el 18 de julio, se realizó el levantamiento de Franco y los sectores fascistas del ejército.

Durante los años que duró la Guerra Civil Líster se convirtió en un símbolo del heroísmo y en uno de los militares más queridos. A lo largo de la guerra se incorporó a las Milicias Populares como simple miliciano. Posteriormente le nombraron comandante en jefe del 5º Regimiento; organizador y jefe de la Primera Brigada Mixta y de la 11ª División. Acabando la Guerra con el grado de Coronel en jefe del V Cuerpo del Ejército. Con esas fuerzas participó en las batallas de Guadarrama, Talavera, defensa de Madrid, Jarama, Guadalajara, Brunete, Aragón, el Ebro y Cataluña.

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Mientras se desarrollaba la guerra, los gallegos residentes en Madrid organizaban las Milicias Gallegas. En un principio nacieron como autónomas con una dirección compartida por los distintos partidos políticos (excepto el PSOE que no quiso participar). A falta de apoyos para conseguir los correspondientes armamentos y otros elementos de guerra tomó la decisión de incorporarse al 5º Regimiento liderado por su compatriota Enrique Líster.
 
ENRIQUE LISTER (III y última parte de su biografia)


El escritor Arturo Cuadrado recordaba su paso por las Milicias Gallegas: Con qué amor y heroísmo combatían nuestros
Milicianos. En el frente de batalla nunca faltó la bandera azul y blanca de Galicia. Nuestro sueño era avanzar hacia Galicia y liberar a nuestro pueblo
.

Contábamos con un gran líder militar y gran revolucionario, Enrique Líster; junto a él pasé parte de la Guerra Civil y juntos soñamos con entrar en nuestro Santiago de Compostela, capital de la Europa liberada del fascismo".
El 5º Regimiento se convirtió en la esperanza de toda la República. Los más destacados escritores llegaban para darles ánimos, los poetas le dedicaban sus más combativos versos. Por el frente de batalla recitando sus poemas se podía ver a León Felipe, a Rafael Alberti, a Miguel Hernández, a María Teresa León, a Altolaguirre, a Serrano Plaja, etc... El gran poeta Miguel Hernández relata la batalla de Teruel:

Líster, la Vida, la cantera, el frío:
Tú, la vida, tus fuerzas como llamas,
Teruel como el cadáver sobre el río...

Mientras tanto otro gran poeta del pueblo de la España Republicana, Antonio Machado, le dedicó una poesía que dice:

A LÍSTER
Jefe en los ejércitos del Ebro

Tu carta- Oh noble corazón en vela,
español indomable, puño fuerte!-,
tu carta, heroico Líster, me consuela
de esta que pesa en mi carne de muerte.

Fragores en tu carta me han llegado
de lucha santa sobre el campo ibero;
también mi corazón ha despertado
entre olores de pólvora romero.


Donde anuncia marina caracola
que llega el Ebro, y en la peña fría
donde brota esa rúbrica española:
de monte a mar, esta palabra mía:
" Si mi pluma valiera tu pistola
de capitán, contento moriría".


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Antonio Machado tuvo un gran compromiso militante en la defensa de las libertad de los pueblos y nacionalidades del estado español. Durante su enfermedad envió una carta de aliento al 5º Regimiento, la cual remató diciendo:

Salud obreros y soldados, combatientes en las filas del V Cuerpo de nuestro gran Ejército de la Victoria. Espero que nada pueda arrebataros el triunfo: estoy seguro de que nadie puede privaros de la gloria de merecerlo.



Tras la caída de Cataluña volvió a la zona Centro pero tras la sublevación de Casado huyó en avión de España. Se exilió en la URSS en la que durante la II Guerra Mundial lucho en el Ejército Rojo contra los alemanes alcanzando el grado de General Soviético en los ejércitos de la URSS, Polonia y finalmente Yugoslavia.

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Tras la II Guerra Mundial se instaló en Paris y luego en Praga. Fue miembro del Comité Central del PCE hasta 1970, año en que fue expulsado, para a partir de 1972 dirigir el Partido Comunista Obrero Español (PCOE). En 1977 regresó a España. Escribió Nuestra guerra(1966), ¡Basta! (1971), Memorias de un luchador (1977) y Así destruyó Carrillo el PCE (1983). En 1986, tras la caída de Santiago Carrillo, se reincorporó al Partido Comunista



Disculpas por haber puesto 3 posts, creí que no me dejaba poner todo en un solo post, me acabo de dar cuenta de que era por las comillas.
 
Don Álvaro de Bazán:

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Alvaro de Bazán (Granada 1526-Lisboa 1588):

Desde muy joven embarcó con su padre en su flota de galeras, haciendo el aprendizaje de marinero.

La empresa más sonada de su etapa juvenil se produjo en 1544 cuando, estando embarcado en la escuadra de galeras de su padre, participó por primera vez en un combate naval, en aguas de Galicia, contra una formación francesa de corsarios que fue batida.

Su primera acción de madurez se produce cuando en junio de 1566 recibe información de que dos naves inglesas, que transportaban armas para los moros de Fez, estaban fondeadas al abrigo de cabo Agüer o Alguer y de su castillo. Don Alvaro se dirigió allí con sus naves y rindió a los barcos ingleses , tomó 60 cañones e incendió 7 carabelas armadas, destinadas a actuar contra los pesqueros españoles. La política africana iniciada por los Reyes Católicos, no tiene continuidad, durante el reinado de Carlos V, si exceptuamos la conquista de Túnez, en 1532. Durante el asedio el pirata Barbarroja consiguió huir y continuar la guerra marítima contra España, aliándose con la Sublime Puerta. El intento de tomar Argel terminó en fracaso.

Cuando Felipe II accede al trono en 1556 la situación es muy grave para la monarquía hispánica, ya que los ataques de la armada otomana y las incursiones de los corsarios de Argel y Trípoli, hacen que en las costas del sureste español se viva en continua zozobra. La paz de Chateau-Cambresis permite a Felipe II dedicar más atención a este grave problema.

El primer acto de la nueva etapa , en la que participa Bazán, al mando de García de Toledo, es la reconquista del peñón de Vélez de la Gomera, que se resuelve satisfactoriamente. La desembocadura del río Martín, en las proximidades de Tetuán, es el siguiente refugio pirático a inutilizar, misión que se encomienda a D. Alvaro Bazán, quien al mando de una pequeña flota, que remolca unas barcazas cargadas de piedra y mortero, a las que se hunde en el río, quedando cegado el acceso a la zona de abrigo, en donde quedan embotelladas varias naves enemigas. En 1568 se nombra a Bazán "Capitán General de las Galeras de Nápoles". En poco tiempo limpia aquellas aguas de piratas y construye una poderosa escuadra de 38 galeras, participando en varios hechos navales. Como recompensa a los servicios prestados el rey le concede el título de Marqués de Santa Cruz. El 7 de octubre de 1571 tiene lugar la batalla de Lepanto.

"Bazán se superó a sí mismo y logró ser y con todo acierto el verdadero capitán general de la Armada de la Santa Liga". (Felipe Olesa)

Al morir el cardenal don Henrique de Portugal, Felipe II aspira al trono portugués, ya que era nieto legítimo de Don Manuel el Venturoso, padre de la emperatriz Isabel de Portugal, madre de Felipe II. Otro aspirante era el prior Antonio de Ocrato. Coronado Felipe II rey de Portugal, el prior se refugió en Francia, en donde buscó apoyos para su causa en la reina madre Catalina de Médicis, además del de Isabel de Inglaterra. Cuando el gobernador de la isla Terceira en el archipiélago de las Azores se declara a favor de Ocrato, una escuadra al mando de Philippe Strozzi sale de Nantes en su apoyo. Felipe II ordena a Bazán que salga a su encuentro y en combate que tiene lugar en la isla de San Miguel (Azores) la escuadra francesa es destruida. Al año siguiente la escuadra de Bazán ocupa la isla Terceira. Esta fue su última campaña naval. El 9 de febrero de 1588 moría en Lisboa mientras estaba entregado plenamente al encargo de Felipe II de la organización de la Gran Armada, conocida como la Armada Invencible.

El título nobiliario:
Otorgado por Felipe II a Alvaro de Bazán, el segundo marqués fue su hijo Alvaro de Bazán y Benavides. Le sucedieron, sucesivamente, su hijo Alvaro de Bazán, y la hermana de éste, María Eugenia de Bazán y Benavides, casada con el marqués de Bayona, Jerónimo Pimentel. De esta manera quedaron unidos ambos títulos. Al casarse el séptimo marqués de Santa Cruz con María de Villela, heredera del condado de Lences y Triviana, se incorporó un nuevo título al marquesado. Francisco de Borja de Silva Bazán, al estallar la guerra de la Independencia, defendió los derechos al trono de José Bonaparte; a pesar de ello Napoleón lo declaró traidor, confiscándole todos sus bienes. Más tarde los marqueses de Santa Cruz fueron nombrados grandes de España y unieron a su casa el título de marqueses de Villasor.

Logros Militares

Las cifras resultantes de las campañas militares de Álvaro de Bazán reafirman su puesto de honor entre los más grandes marinos que haya dado España:

Islas rendidas: 8
Ciudades rendidas: 2
Villas rendidas: 25
Castillos y Fuertes tomados: 36
Capitanes generales derrotados: 8
Maestres de campo derrotados: 2
Señores y Caballeros principales derrotados: 60
Soldados y marinos franceses rendidos: 4.759
Soldados y marinos ingleses rendidos: 780
Soldados y marinos portugueses rendidos: 6.243
Prisioneros cristianos liberados: 1.564
Galeras reales capturadas: 44
Goletas capturadas: 21
Galeones y naves de alto bordo capturados: 99
Bergantines capturados: 27
Caramuzales turcos apresados: 7
Cárabos moriscos apresados: 3
Galeazas apresadas: 1
Piezas de artillería capturadas: 1.814
 
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