Capitán Hediondo
Posiblemente el PEOR Forero de la Historia
- Registro
- 22 Sep 2005
- Mensajes
- 17.337
- Reacciones
- 37
De toda la vida de Dios han existido Seres Superiores bendecidos con uno o más dones casi mágicos, que los hacen diferentes y por tanto, mejores que el resto de los seres humanos.
Estos dones han estado siempre al servicio de la Humanidad, siendo usados únicamente en ocasiones muy determinadas donde el futuro del Hombre estaba en juego, pero ahora ha llegado el momento de apartar el velo y dar un paso al frente enseñando al mundo nuestras
Habilidades Sobrehumanas
En mi caso particular, y como experto juramentado en la defensa de la Tierra, es ya hora de que exponga mis extraordinarios poderes que hasta ahora he guardado en secreto para proteger mi identidad oculta (y a mi familia), y para no soliviantar a mis semejantes, tristes parodias de seres humanos que tienen que sobrevivir trabajando, robando, pidiendo, que padecen enfermedades, o que tienen un forúnculo que les ha jodido de por vida sus relaciones homosexuales.
Habilidades Mentales:
-Soy capaz de abstraerme en cualquier conversación y viajar a mundos lejanos mientras mantengo una mirada astuta y concentrada, que impide que mi interlocutor sepa que no me importa una puta mierda lo que me cuenta en ese momento. Así mismo, puedo retomar la charla en cualquier momento, convenciendo a la otra parte de que he estado concentradísimo escuchándole, y para demostrárselo, le contesto con monosílabos e interjeciones de contrariedad y satisfacción según sea la cara de mi oponente.
Algo tal que así
-Tengo la rara habilidad de pasar olímpicamente de sugerencias, consejos, advertencias y amenazas varias poniendo siempre la cara anterior. Esto desconcierta a mis enemigos más que nada en el mundo, porque no saben por dónde atacar, o siquiera si pueden hacerlo, ya que mi pose deja claro que me importa una reputísima mierda todo.
-Soy capaz de engañar a cualquiera haciéndole creer que soy hiperinteligente, cuando en el fondo no tengo ni puta idea de nada. Esto es especialmente útil en las confrontaciones periódicas en el Mercadona y en las gasolineras.
-Disfruto a tope del rarísimo don del aburrimiento crónico extremo. Todo me aburre en segundos, incluso cuando me estoy divirtiendo, en el fondo me aburro como una puta en una biblioteca. En seguida me entusiasmo con cualquier gilipollez, y a los pocos segundos la desprecio o la ignoro. Nada puede molestarme. Hay cientos de miles de cosas que me tocan los cojones, pero muy pocas me tocan los cojones.
Habilidades Físicas
-Estoy dotado de la increíble capacidad de vomitar a voluntad. Nada de dedos en la garganta, nada de pensamientos nauseabundos, nada de enfermedad. Así, a pecho descubierto, dos movimientos suaves de regurgitación, y ya tengo el caño de vómito saliendo expelido por la boca a velocidad terminal. Sin ninguna dificultad, puedo salir de cualquier situación comprometida soltando el devuelto (George Costanza (TM) ) desconcertando a mis enemigos. Montones de veces he salvado a la Tierra gracias a este superpoder.
-Retención de pedos. Ah, cuántas veces he derrotado al maligno Dr. Cuñado con un fulminante cuesco de pescado al horno con guarnición de cebolla, patatas y tomates. Un arma así, cargada por ejemplo con una buena dosis de cena a base de brócoli, y cualquier enemigo, por poderoso o subnormal que sea, morderá el polvo como una colegiala apaleada y descuartizada al salir de clase de piano. Una vez almacenados en lo que supongo serán mis intestinos, soy capaz de soltar deflagraciones a voluntad, incluso en algún momento con tropezones y consiguiente manchón en calzoncillo de Springfield.
-El Increíble Sphincter Destructor. Tengo un ano con una desmedida capacidad muscular para la contracción (que no así para la dilatación). Soy perfectamente capaz de cortar una barra de hierro de 2" de diámetro con la precisión de una sierra industrial para seccionar acero. Es algo impresionante, en serio, estoy completamente convencido de que si me violara un niggar, con sólo apretar un poco las nalgas podría amputar su polla a ras de pubis, para cagarla después tranquilamente sobre su cara, dejando bien demostrada la superioridad blanca en todos los campos de la perfección física.