Mou, ca..., saluda al campeón
Todos los que hemos jugado mucho al fútbol, sabemos que el Shakiro Piqué para con el pecho y se la acomoda con el brazo. Valdés salvó tres goles claros. El Villarreal fue un desastre, timorato, el más cobarde en todo el año. Da igual. España es del Barça. Mientras que el Madrid entra en cualquier campo a golpes de pedradas, el equipo del gran Pep ha entrado en el vestuario de Villarreal en loor de multitudes, con sus fanáticos celebrando el final de la Liga. Increíble.
Cuando marcó Piqué, los fanáticos gritaban un grito de guerra muy común en la piel de toro: ”Mourinho, cab...” El fútbol es un mundo de paradojas, de tics horteras, y el Barcelona es como el Zorro, Superman, El Santo, el James Bond del siglo XXI. Todos los héroes convierten en Jesucristo, Alá y Akenatón, todos juntos, al gran Pep Guardiola. Es el mejor de los mejores. Y punto.
Unas horas antes conocimos a un nuevo elemento sibilino de la saga de Villar y Sánchez Arminio. Da igual. El mundo galáctico inventado por Florentino Pérez no es compatible con esta España actual de los eres, los gurtels, el zapaterismo, el pepismo estúpido, etc.. El Barcelona es España, aunque sea una paradoja, dado su incendio nacionalista e independista.
Creo sinceramente que Mourinho ha dejado caer la Liga. Y se ha equivocado. Es cierto que al Barcelona no le falta ninguno de sus ases. Y que el Madrid no cuenta con cuatros ases de póker, como Marcelo, Xabi, Benzema y Ronaldo. Pero sigo insistiendo en que el Barcelona es el peor de los tres últimos años. Si no me creen sigan la Champions y los partidos contra el Real Madrid. Las concesiones que Mou hizo contra el Sporting -incluso despreció la posibilidad de utilizar a Pepe- le descubren su subconsciente, que sólo piensa en la Champions y en la final de Copa.
Los objetivos en que se convierte un zorro. Pero ha dejado muchas gallinas. Aunque el Barcelona hubiera ganado en Villarreal, con un éxito ante el Sporting, el equipo de Pep hubiera llegado muy presionado a Chamartín. Ahora, incluso puede ser un paseo militar. Y se puede dar el lujo de reservarse ases en la manga. Incluso para la final de Copa. La suerte está echada. Y la suerte juega todavía a favor de ese Barcelona más españolista que las castañuelas flamencas que un día le regalé a la propia Shakira. No existe otro instrumento musical más español que las castañuelas. Bailemos al son de las manos con castañuelas de Piqué.