No es para tanto, llevar a un periodista que escribe algo que no te gusta a un cuarto apartado con dos o tres colaboradores tuyos junto con dos empleados del R. Madrid para insultarle, amenazarle e intentar coaccionar para sacarle informacion acerca de sus fuentes.
Lo de que al final se dan la mano no es más que un gesto hipócrita. Por parte de ellos para que se piense que está todo guay, después de decirle todo lo que le han dicho y negarle el saludo inicial que él les hizo, y por parte de él por culpa de su bienquedismo o las cacotas que se había hecho. Alguien con cojones les habría negado el saludo porque su actitud hacia él no era digna de ello o, lo que yo habría hecho, cuando empiezan a tirarle mierda levantarse e irse.
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