Estoy asistiendo atónito al delirio de la prensa; un delirio que jamás antes se había visto tan exacerbado, y que jamás antes había estado provisto de tanta mala baba y tanta megalomanía. La prensa madridista ha traspasado el límite de lo moralmente reprobable y está incidiendo en pautas más propias del caciquismo que de mera información u opinión periodística.
Antes "informaban", opinaban y plasmaban hechos en papel, web, radio o televisión. Ahora son ellos los que EXIGEN, los que PRETENDEN OBLIGAR, los que COMPELEN; son ellos los que realizan un periodismo dictatorial, basado en lo que DEBE hacer el Madrid, o en este caso, su presidente. ¡¡CRISTIANO: RENOVACIÓN YA!! ¡¡ASI NO, MOU!! ¡¡MUY MAL, MOU!! ¡¡POR AQUÍ, MOU, DEBES IR POR AQUÍ!!
Vaya panorama. No se puede ser mourinhista, ni pipero, ni lamedor de falo periodístico, ni Casillista, sin estar enfrentado con el resto.
Me declaro oficialmente aficionado del Valladolid y de Benzemán.