Misógino Empedernido rebuznó:
Concibo el ejercicio físico como un buen métod para mejorar la salud y disfrutar más de la vida, pero algunos de ustedes hacen esto porque disfrutan del dolor, priorizan la apariencia sobre la salud y basan su autoestima en el número de discos de 5kg que son capaces de levantar. Lo respeto, pero no lo comparto.
Me gustaría verles esta misma furia por leer libros o entender de arte e historia. Mejor le iría a este país.
Le gustaría vernos esta misma furia para que entráramos como conejillos en un campo que usted domina, en el que ha plantado una ametralladora para batirnos como los lerdos iletrados que cree que somos. Lo cual ciertamente dice mucho de quién es más ególatra, si el atleta que pretende superarse a sí mismo contínuamente o el sucnormal que intenta demostrar que en el fondo es mejor que él.
Disfrutamos del dolor, porque el dolor nos hace sentir vivos. Si algo se aprende después de muchos años en un gimnasio es que el cuerpo siempre se rinde antes que la mente. El cuerpo humano es increíble y puede aguantar lo indecible, superar umbrales de dolor inimaginables, siempre y cuando la mente no se derrumbe. La clave está en aprender a dominar la mente y usarla en beneficio de uno, evitando que se ponga en su contra. Pero eso usted no lo sabe porque jamás ha salido de sus carreras contínuas y sus abdominales, y no comprende que el entrenamiento con pesas es sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) una cuestión de voluntad y autocontrol. Los músculos no están diseñados para levantar 8, 10 o 12 veces el mismo peso, y atravesar esa barrera de dolor es lo que hace que la potencia y volumen muscular aumenten. Sentimos dolor en los músculos y seguimos, sin parar, y las últimas dos o tres repeticiones son las que hacen que las fibras musculares se rompan. Y eso es lo que separa a alguien como usted, un envidioso con ganas de dar lecciones que nadie le ha pedido, de los que nos tomamos en serio esta forma de vida.
Misógino Empedernido rebuznó:
Si repasa mis posts verá que empecé con la apostilla de "no se ganan la vida con su cuerpo". ;)
Voy a repetir una vez más mi opinión sobre los hipócritas que como usted basan su argumentación falaz en esa apostilla.
Según su punto de vista, todo nuestro sufrimiento y dedicación llegaría a ser comprensible si fuéramos deportistas profesionales, élite del atletismo a la que hay que admirar y rendir culto. Gente que lo único que hacen desde muy temprana edad es invertir todo su tiempo a la práctica del deporte para perfeccionarse, explotarlo y vivir de ello. Tíos que no estudian, no trabajan y pierden habilidades sociales porque viven para lo que hacen, entrenan gasta romperse y se dejan el alma en el campo o en el gimnasio, se lesionan para meses y años y son ovacionados por la multitud.
En cambio los que estudiamos, trabajamos, que no salimos en la tele ni nos ganamos la vida por encestar un balón, que al terminar con nuestra jornada tragando la misma mierda de cada día vamos a entrenar con la misma intensidad que lo haría un deportista, y que en silencio recorremos nuestro camino hacia el éxito y superación personales, somos raritos. Somos vigoréxicos incomprensibles.
Cita usted repetidamente que entrenamos sin importarnos los riesgos, forzando nuestro cuerpo al máximo, algunos entrenan aún con lesiones, con cualquier clima, siempre. Seguro que a Messi y compañía no les aceleran la curación de lesiones a marchas forzadas para que lleguen a un superclásico. Seguro que si les duele algo, se marchan a casita y se quedan en el sofá. Y si llueve o hace mucho frío, es una locura pensar en los chavales lanzando faltas porque podrían resfriarse.
Dice usted que pasamos muchas horas entrenando. Seguro que Nadal lo rompe porque es una máquina jugando a la play y rascándose los cojones.
Ha dejado entrever que piensa que tenemos baja autoestima y problemas para adaptarnos a los círculos sociales. Si yo no salgo los viernes porque he trabajado toda la semana y al terminar entreno como un animal, y llego a mi casa hecho polvo y lo único que quiero es acostarme, por supuesto que no me puedo integrar si la gente normal sale de copas hasta las 3 de la madrugada. Desde luego que el anormal soy yo, que necesito recuperarme porque los entrenos son sagrados y hay que darlo todo, porque no acepto fumar para divertirme o tomar alcohol o ir a comer mierda. Soy diferente, tengo problemas de adaptación al medio, seguramente.
Misógino, no existen muchas cosas seguras en la vida. Podría llegar al trabajo mañana y saber que me han despedido, mi novia podría decidir abandonarme, mis padres o amigos podrían morirse sin esperarlo, incluso el foro podría caerse víctima de Turbo o un database error. Todos necesitamos una roca a la que agarrarnos, que siempre esté ahí por muy loco que se vuelva el mundo y la nuestra es el entreno. A menos que uno tenga una lesión muy grave o una enfermedad debilitante puede usar sus músculos con los hierros, para muchos de nosotros el levantamiento de cargas es la única constante en una época en que cambiamos más rápidamente de lugar, de trabajo o de pareja que lo haríamos en la de nuestros padres. Las mancuernas siempre estarán ahí, nunca nos abandonarán, y podremos olvidarnos de los problemas un rato mientras le damos con insistencia al hierro.
Si es incapaz de entenderlo lo lamento mucho, igual que lamentaría no ser capaz de disfrutar con la lectura de un buen libro.