Si pensáis que os crecen los maestros de gimnasio pensad en una frase que sirve para muchas situaciones: "Al menos no soy mujer".
Además de todas las consabidas desventajas, es IMPOSIBLE que una mujer vaya sola a un gimnasio a entrenar y que no venga el listo de turno a decirle una soplapollez.
Como un idiota que le dice a una tía que LEVANTA LO MISMO QUE ÉL EN PESO MUERTO cómo tiene que poner la espalda. Una espalda cuya postura ha sido verificada en cada serie a lo largo de más de un año y que ya la quisiera yo para mí.
U otro, con la misma marca también, que le recomienda que se vea vídeos de Pogüer esplóusif y que se mire la rutina 5x5. Recomendándole una rutina para principiantes a una tía que entrena mejor que tú. Todo es genial, amigos.
Los consejos hay que escucharlos cuando vienen de alguien que no los regala con la triste excusa de entablar conversación o darse importancia.
Hace meses me acerqué a un chico que estaba haciendo peso muerto por primera vez, con la espalda hecha un arco romano. Le dije que no pasaba nada porque era poco peso pero que se acostumbrase a sacar pecho. "Pecho palomo, piensa siempre en PECHO PALOMO". Y susurrando ese mantra retrocedí y no le volví a dirigir la palabra hasta que nos cruzamos desnudos en el vestuario y le espeté el protocolario y aséptico "eh". Pues todavía me sentí mal por haberme metido donde no me llamaban.
Hablando de espaldas, la mía está torcida. Tengo la cadera derecha salida hacia fuera, ayer caminaba como la torre de Pisa, hoy se nota mucho menos pero yo todavía lo percibo.
Sobre el fisio, creo que era Zurraspas, estoy en Valencia y es más fácil encontrar un final feliz que un terapeuta manual.