Hay en un rincón de internet, que no puedo nombrar, un usuario que ha escrito detalladísimamente todo el circo desde que el niño se cayó al agujero, con un ligero toque de sorna, y la verdad es que visto en perspectiva es todo esto una chapuza tan larga que llega hasta donde alcanza la vista. Desde las primeras llamadas de teléfono y los tíos aquellos arañando el tapón de tierra con un inventillo improvisado, cuando ya debían de estar telefoneando a los navy seal. Se perdieron varios días en llamadas entre unos y otros para ponerse alrededor del pozo a rascarse la cabeza y a pensar si el niño estaba ahí o no, hasta que delegaron la responsabilidad en el injeriero este que empezó a dar ordenes sin mucho tino cuando ya la noticia alcanzaba el clamor nacional.
No está de más recordar que el primer bocas con micrófonos delante dijo que se llegaría al niño a mediados de la semana pasada.
Yo defiendo que es una tarea muy compleja y entendía que se fuese a tardar mucho más que lo que la gente hubiese deseado, pero esto es ya de comedia negra. Si estas al tanto de los medios te das cuenta de estamos en medio de un bucle espacio-temporal en el que el túnel paralelo esta casi listo y los mineros están calentando por la banda. Desde hace lo menos cuatro días.