Historias de alcoba

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Malory
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Bueno yo no he tenido muchas experiencias extrañas pero sí una bastante graciosa.
Llegué aqui, España, manejándome mal con el idioma, sin apenas dinero, conociendo solo a una persona, la cual me dejó tirada para buscarme la vida. Pues terminé en unos apartamentos en donde tenía a un vecino que todas las mañanas de los sábados se levantaba con música religiosa y cantos de ave maría a todo volúmen.

Un día, cansa de no poder dormir, subí a su piso enojada y llamé a la puerta. Ni caso, seguí golpeando la puerta un buen rato y la música seguía igual. Así que dí media vuelta, abrí la ventana del pasillo y salí a una terraza que había. Por ahi me presenté delante de la ventana y me quedé paralizada. El supuesto "religioso" estaba vestido de cuero, con una gorra, unos pantalones que por desgracia no tapaban ni lo de delante ni lo de detrás, y su mujer, o quien yo pensaba que sería su novia, estaba de rodillas, atada y con la espalda llena de marcas de una especie de fusta que tenía él. No sé cuánto tiempo pasó, pero al rato, me dí cuenta de que no estaba sola. mi compañero de piso y dos amigos suyos, me habían visto desde la calle y subieron a investigar quedándose igual que yo.
Bueno no me quiero liar, la cuestión es que los vecinos extraños seguían con su sesión de golpes y humillaciones, nosotros mirando como idiotas, y la policía asomándose por la ventana ya que los de enfrente habían llamado a la policía pensando que el grupillo de personas en la ventana intentaba robar.

Conclusión:mi compañero, sus amigos, el policía, y aqui la forera presente, mirando el show partidos de risa hasta que se dieron cuenta. Fue una situación que después hubo que explicar una y mil veces, pero las carcajadas que pude darme no me las quitarán nunca
 
Malory me recuerda a una versión psicodélica de Benito :lol:
 
Nunca me olvidaré de ti...

http://www.youtube.com/watch?v=VGuIK3eYG9c

El día anterior no le importó en absoluto bañarse desnuda con nosotros el primer día del verano. Su complicidad, la sonrisa pícara, nos desbarató desde un principio; solo éramos chavales delante de una mujer.
Yo observaba desde la orilla, ella vino hacia mí, se puso a mi lado y me miró de arriba abajo. -Ya no eres tan niño, dijo.
Desde ese momento supe que solo era una victima más en su telaraña.
Rayos de mujer aun hoy me duele...

Fue la noche siguiente cuando me encontró. Nunca hace falta mucho.
¿Tienes donde dormir? Seguro.
Ella sabia de amor, yo de empeño y aquella noche las horas de placer parecían interminables. Al despertar ella se marchó no sin antes llevarse lo merecido, me miró tiernamente y asintió con la cabeza de arriba abajo como diciendo si, si.
Esa misma tarde volví a buscarla, ella accedió como pagando el favor de vuelta, yo no puse tanto empeño y poco a poco se perdió el encanto. A los tres días ya la vi con uno de mis amigos.
Nunca me olvidaré de ti...

Unos días mas tarde y paseando con mi coleguita de siempre, salió el tema de ella y de aquella noche.
-Así que te la tiraste dos noches, eh. Yo respondía con gestos de complicidad.
-Y follaste bien en ella las dos noches, eh.
-Y también fuiste allí abajo, no?
-Y comiste bien comido...
De repente desabrochó la bragueta y veo que estaba allí afeitado. Pues vete jodiendo que tiene ladillas.
Placeres de esta vida...

Mi consuelo fue que una semana más tarde me tocó a mí verle la cara al siguiente, aunque este me respondió mas calmado. –Mira macho, el bacalao, aunque sea con lentejas.
 
Siguiendo el ejemplo de MzDazz, paso a relatar una historia de alcoba ajena, básicamente porque las mías no os interesan.

En el viaje de estudios de 8º de E.G.B. los profesores organizaron un viaje a esa región alemana que todos conocemos como Mallorca. Uno de los tutores que nos acompañaba, Don Santiago, tenía fama de putero y se decía que fue expulsado de otro colegio tras ser acusado por varias alumnas de ser excesivamente cariñoso con ellas.

Aunque no era mi tutor, académicamente hablando, me tocó estar a su cargo. A diferencia de las que estaban bajo la tutela de la profesora de gimnasia, las que estábamos bajo la supervisión de Don Santiago éramos encerradas bajo llave por la noche y él, muy detallista, venía a despertarnos por la mañana. El primer día fui la primera a la que despertó, con caricias en la cara mientras decía algo de niña bonita. Dí un bote en la cama y le dije que ya me encargaba yo de despertar a las demás. Esa misma tarde compramos un despertador para que no volviera a pillarnos a todas dormidas. Al hablar con los chicos nos dijeron que por supuesto a ellos no les encerraba con llave.

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Una vez puestos en antecedentes, procedo a relatar lo que pasó la última noche. Hartos de pasearnos por la zona de pubs, los profesores decidieron que esa noche bajaríamos un rato a la discoteca del hotel y a la 1 a dormir. Y así fue. Don Santiago hablaba mucho con una profesora de otro viaje de estudios, y a la hora de irnos, hizo como que se despedía de ella. Media hora más tarde, estábamos unos 12 alumnos en nuestra habitación, que casualmente estaba al lado de la del pervertido ese de mierda. Como estábamos encerradas, los de las otras habitaciones tuvieron la gentileza temeraria de pasar a la nuestra saltando de terraza en terraza. Uno de mis amiguetes decidió encender un cigarro, y le dijimos que saliera al balcón para que el tutor no oliera el humo al día siguiente. No sé qué narices había, si los cables de la antena de la tele o qué, pero el caso es que a mi amigo se le descapulló el cigarro y empezaron a salir chispas del suelo, formándose un pequeño incendio en nanosegundos.

Muy asustados, salimos todos al balcón y empezamos a gritar llamándole. Uno de nosotros asomó medio cuerpo por el muro que separaba nuestro balcón del de Don Santiago, y el buen hombre estaba jugando a los médicos con la profesora que había conocido en la discoteca del hotel, con la persiana levantada y la luz encendida. Por riguroso turno, nos fuimos asomando para ver cómo Don Santiago dejaba bien alto el pabellón del colegio, mientras los demás apagábamos el fuego con vasos de agua. Aquello me traumatizó de por vida, fue la primera vez que vi a dos personas follando y desde entonces le tengo manía a los señores con barba.

Cuando los de las otras habitaciones se fueron a las suyas, se me ocurrió llamar a Don Santiago por teléfono, más que nada por incomodarle. Me contestó fingiendo que acababa de despertarse, y al explicarle lo que había pasado me dijo que no nos había oído porque estaba escuchando la radio. Le dije que no se preocupara, que ya estaba el fuego apagado y que nos habíamos asomado y ya habíamos visto que no nos oía. Me habría gustado verle la cara en ese momento, pero el cable del teléfono no llegaba hasta el balcón. Balbuceó algo y colgamos, y nunca mencionó el tema.

Esto fue en mayo. Casualmente, en junio, las 4 vagas que compartíamos habitación sacamos sobresaliente en la asignatura que daba él, y sin dar palo al agua :lol:
 
Tenia un ligue que le molaba follar un poco fuerte, que si te muerdo, que si me resisto, que si te pego, etc. Un dia cuando entraba a mi casa, la cogi por detras a los bestia, como a ella le gustaba, y luego al empujarla para empotrarla contra la pared, como otras veces, lo hice con tanta fuerza que se dio con la cabeza y se la abri. Le dieron cuatro puntos, fin.
 
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