Paso a relatar los hechos relacionados una extraña experiencia que se podría calificar de estado alterado de conciencia, allá por abril del año 2009, todo ocurrió una noche de sábado. Yo me disponía a salir, como cada fin de semana, al acecho de hembras a las que percutir o al menos a intentarlo, aunque, como siempre, fracasando estrepitosamente o me follo a cualquier cosa. La cuestión es que me adecenté en la medida de mis posibilidades y tras coger las llaves del coche, las de casa y la cartera me dispuse a marcharme. Le dije a mi madre, que ya estaba encamada, que me marchaba. Antes de salir de casa el móvil se me cayó al suelo saliéndose la batería y tal, entonces me cagué en todo, volví a montarlo y salí por la puerta. El último recuerdo nítido que tengo es cerrando la puerta de casa con llave y esperando el ascensor.
A partir de ese momento no sé que demonios me ocurrió que se nubló mi mente y mi juicio y jamás supe que estuve haciendo realmente aquella noche. Tengo el recuerdo de cuando volví a casa allá a las 4-5 de la mañana, mi madre estaba despierta y la avisé de mi llegada. Seguidamente me fui a la cama como si nada hubiese ocurrido. Al día siguiente, un domingo, estando en el sofá con el portátil me vino un extraño recuerdo a la mente: me veía con mi coche por la noche y con una persona a mi lado y otra sentada en el asiento de atrás, ambas hablaban entre ellas y también se referían a mi. La persona que estaba en el asiento de copiloto hacía bolitas de papel con algunos resguardos y tickets de haber pagado la gasolina con tarjeta que tenía junto al cambio de marchas. A partir de ese momento empezaron a fluir una serie de extraños recuerdos nocturnos en los que conducía por carreteras que parecían secundarias, con escasa luz y esas dos personas hablando entre ellas, no obstante yo no podía entender nada de lo que decían.
Yo sabía que mi coche lo había dejado en un lugar concreto antes del fin de semana, el viernes, y que si todos esos recuerdos no eran más que producto de mi turbada imaginación debería seguir en el mismo sitio. De modo que decidí bajar a la calle y mirar donde tenía el coche, el cual tampoco sabía si realmente lo había cogido esa confusa noche. El coche no estaba en el mismo sitio que lo había dejado, y cuando comprobé el nivel de gasolina vi que no había bajado mucho. También tomé en cuenta el detalle de los resguardos de pagos hechos con tarjeta hechos bolitas, de los cuales no había ni rastro. Estuve unos minutos dentro del coche tratando de ahondar en mi memoria desde el mismo lugar desde el cual habían aflorado aquellos extraños recuerdos. Por más que lo intenté no pude recordar nada más de aquello que me había venido inesperadamente a la mente.
Conté el caso a un par de personas sin querer hacer mucho proselitismo de los hechos dado que ello podría ocasionarme burlas o que me llamasen loco directamente. La cuestión es que hubo quien me dijo que quizás nunca llegué a coger el coche, o que incluso alguien me había drogado para manipularme, pero no me faltaba dinero, nadie me había robado nada, mi cartera seguía intacta, no había hecho ningún gasto. Lo inquietante de todo esto es que había una importante laguna en mi mente desde que salí el sábado por la noche de casa, esperando el ascensor para coger el coche, y cuando llegué de madrugada como si no hubiese pasado nada. Hay un espacio temporal de unas cuantas horas en las que no tenía un recuerdo real y fehaciente de haber hecho algo en concreto, más bien un extraño recuerdo que era más bien una especie de sueño o pesadilla inquietante en la que yo conducía bajo unas condiciones y unas compañías desconocidas. Sin embargo, cuando llegué a casa a las 4-5 de la mañana en teoría lo hice en condiciones normales y me fui dormir, al día siguiente me levanté como siempre hasta que esos recuerdos irrumpieron en mi mente.
Hasta el día de hoy no he encontrado explicación a tal suceso, y el caso es que yo creo que sufrí una experiencia relacionada con un estado alterado de conciencia, y que el estrés y la falta de sueño fueron el origen de toda esta historia, aunque tratar de racionalizarla y darle una interpretación lógica me resulta muy complicado. Todavía se me eriza el pelo cada vez que recuerdo aquella mañana de domingo, cercana al mediodía, en el que asaltó aquel recuerdo.