zappiano
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La policía denuncia que Interior retira 158 agentes que vigilaban la inmigración ilegal
Un sindicato calcula que cada día entran 2.000 «sin papeles» por los Pirineos de manera ilegal - Llegan autocares cargados de rumanos
ANA DEL BARRIO
MADRID.- El Ministerio del Interior ha retirado a 158 policías de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la frontera española con Francia, que estaban destinados a la lucha contra el terrorismo y la inmigración clandestina, según ha denunciado a este diario la Confederación Española de Policía (CEP).
Esta brusca disminución de personal, que se produjo a finales de junio de este año, está provocando que tan sólo dos o tres policías por cada turno estén controlando los puestos fronterizos de los Pirineos, que en la actualidad se han convertido en la principal vía de entrada ilegal de inmigrantes en España.
Los agentes están abrumados ante los acontecimientos y observan impotentes cómo se ha duplicado, a lo largo del verano, la llegada de furgonetas y de autobuses repletos de ciudadanos rumanos.Las llamadas pateras terrestres se cuelan con total normalidad, sobre todo por el paso fronterizo de La Junquera, sin que puedan hacer nada por evitarlo. «Están llegando caravanas de autobuses llenos de rumanos, que aprovechan la ocasión porque saben que no hay nadie vigilando. Y no les podemos parar porque no tenemos gente», ha declarado uno de los policías destinados en esa zona.
La Confederación Española de Policía calcula que 2.000 inmigrantes irregulares entran cada día por la frontera de los Pirineos; y no sólo ciudadanos rumanos, sino también marroquíes, un fenómeno inusual hasta este verano. El portavoz para Inmigración de la CEP, Rodrigo Gavilán, opina que España está comenzando a recibir las bolsas de magrebíes irregulares procedentes de Francia y Bélgica, tras el anuncio del Gobierno socialista de regularizar a todo aquel extranjero que acredite que tiene un contrato de trabajo.
«Exigimos la activación inmediata del plan de impermeabilización de las fronteras, ante la avalancha de sin papeles que están llegando. Este plan ha estado funcionando hasta junio y no entendemos cómo se retira en el momento más álgido del efecto llamada», manifestó el secretario nacional de la CEP, el segundo sindicato mayoritario de la policía, Ignacio López.
Según sus datos, la reforma ha coincidido con el cambio en la jefatura de las unidades policiales tras la llegada del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero.
De los 180 agentes de las Unidades de Intervención Policial, tan sólo quedan 22, y, por tanto, la frontera con Francia está vigilada únicamente por la plantilla ordinaria. Las UIP son unidades especializadas que se dedicaban a patrullar y a realizar controles selectivos por carreteras comarcales, montes y zonas de difícil acceso, con el fin de detener a vehículos sospechosos de trasladar a terroristas y también para rechazar en la frontera a los autobuses con inmigrantes irregulares.
Cuando intercepta a estos autocares, la policía solicita a los viajeros la documentación, la reserva de hotel y que demuestren llevar encima una cantidad de dinero como prueba de que van a pasar un tiempo visitando España como turistas. Las agencias de viajes, convertidas en auténticos traficantes de seres humanos, se encargan de facilitar a sus pasajeros las falsas reservas de hotel y la suma de dinero necesaria, que es devuelta al conductor una vez traspasada la frontera.
A las argucias de los transportistas hay que sumar una dificultad añadida. Esa zona es especialmente compleja y, junto a los puestos fronterizos habilitados, existen decenas de carreteras secundarias para acceder a España. Los conductores burlan fácilmente el control de los agentes ya que, si les impiden el paso por un frente, se dan media vuelta y utilizan un camino distinto.
El ferrocarril es otro de los medios de transporte empleados para evadir la vigilancia. La policía ha detectado que cada semana llega, al menos, un ferrocarril procedente de Italia hasta Portbou (Gerona), repleto de inmigrantes rumanos. Curiosamente, este tren presenta una peculiaridad: las autoridades francesas le han prohibido que realice paradas en su país, por lo que llega directo a España.
Cuando los agentes retienen el convoy y lo rechazan en frontera, el tren retrocede 50 metros y permanece en la zona de tránsito.La policía gala no acompaña al ferrocarril hasta Italia sino que consiente que los inmigrantes salgan del ferrocarril y se queden merodeando por los alrededores, porque sabe que, al caer la noche, abandonarán su territorio e intentarán entrar en suelo español.
Los agentes de la zona relatan que antes podían detener a dos o tres autocares cada noche en los puestos fronterizos de La Junquera o Puigcerdá, pero ahora, con el aumento que se ga registrado en el tráfico y la escasez de personal, les resulta muy difícil poder realizar su misión.
«Los policías estan escandalizados, porque ha desaparecido la presencia de agentes especializados a lo largo de todo el ámbito geográfico del Pirineo», ha criticado el secretario nacional de la CEP, Ignacio López.
Un sindicato calcula que cada día entran 2.000 «sin papeles» por los Pirineos de manera ilegal - Llegan autocares cargados de rumanos
ANA DEL BARRIO
MADRID.- El Ministerio del Interior ha retirado a 158 policías de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la frontera española con Francia, que estaban destinados a la lucha contra el terrorismo y la inmigración clandestina, según ha denunciado a este diario la Confederación Española de Policía (CEP).
Esta brusca disminución de personal, que se produjo a finales de junio de este año, está provocando que tan sólo dos o tres policías por cada turno estén controlando los puestos fronterizos de los Pirineos, que en la actualidad se han convertido en la principal vía de entrada ilegal de inmigrantes en España.
Los agentes están abrumados ante los acontecimientos y observan impotentes cómo se ha duplicado, a lo largo del verano, la llegada de furgonetas y de autobuses repletos de ciudadanos rumanos.Las llamadas pateras terrestres se cuelan con total normalidad, sobre todo por el paso fronterizo de La Junquera, sin que puedan hacer nada por evitarlo. «Están llegando caravanas de autobuses llenos de rumanos, que aprovechan la ocasión porque saben que no hay nadie vigilando. Y no les podemos parar porque no tenemos gente», ha declarado uno de los policías destinados en esa zona.
La Confederación Española de Policía calcula que 2.000 inmigrantes irregulares entran cada día por la frontera de los Pirineos; y no sólo ciudadanos rumanos, sino también marroquíes, un fenómeno inusual hasta este verano. El portavoz para Inmigración de la CEP, Rodrigo Gavilán, opina que España está comenzando a recibir las bolsas de magrebíes irregulares procedentes de Francia y Bélgica, tras el anuncio del Gobierno socialista de regularizar a todo aquel extranjero que acredite que tiene un contrato de trabajo.
«Exigimos la activación inmediata del plan de impermeabilización de las fronteras, ante la avalancha de sin papeles que están llegando. Este plan ha estado funcionando hasta junio y no entendemos cómo se retira en el momento más álgido del efecto llamada», manifestó el secretario nacional de la CEP, el segundo sindicato mayoritario de la policía, Ignacio López.
Según sus datos, la reforma ha coincidido con el cambio en la jefatura de las unidades policiales tras la llegada del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero.
De los 180 agentes de las Unidades de Intervención Policial, tan sólo quedan 22, y, por tanto, la frontera con Francia está vigilada únicamente por la plantilla ordinaria. Las UIP son unidades especializadas que se dedicaban a patrullar y a realizar controles selectivos por carreteras comarcales, montes y zonas de difícil acceso, con el fin de detener a vehículos sospechosos de trasladar a terroristas y también para rechazar en la frontera a los autobuses con inmigrantes irregulares.
Cuando intercepta a estos autocares, la policía solicita a los viajeros la documentación, la reserva de hotel y que demuestren llevar encima una cantidad de dinero como prueba de que van a pasar un tiempo visitando España como turistas. Las agencias de viajes, convertidas en auténticos traficantes de seres humanos, se encargan de facilitar a sus pasajeros las falsas reservas de hotel y la suma de dinero necesaria, que es devuelta al conductor una vez traspasada la frontera.
A las argucias de los transportistas hay que sumar una dificultad añadida. Esa zona es especialmente compleja y, junto a los puestos fronterizos habilitados, existen decenas de carreteras secundarias para acceder a España. Los conductores burlan fácilmente el control de los agentes ya que, si les impiden el paso por un frente, se dan media vuelta y utilizan un camino distinto.
El ferrocarril es otro de los medios de transporte empleados para evadir la vigilancia. La policía ha detectado que cada semana llega, al menos, un ferrocarril procedente de Italia hasta Portbou (Gerona), repleto de inmigrantes rumanos. Curiosamente, este tren presenta una peculiaridad: las autoridades francesas le han prohibido que realice paradas en su país, por lo que llega directo a España.
Cuando los agentes retienen el convoy y lo rechazan en frontera, el tren retrocede 50 metros y permanece en la zona de tránsito.La policía gala no acompaña al ferrocarril hasta Italia sino que consiente que los inmigrantes salgan del ferrocarril y se queden merodeando por los alrededores, porque sabe que, al caer la noche, abandonarán su territorio e intentarán entrar en suelo español.
Los agentes de la zona relatan que antes podían detener a dos o tres autocares cada noche en los puestos fronterizos de La Junquera o Puigcerdá, pero ahora, con el aumento que se ga registrado en el tráfico y la escasez de personal, les resulta muy difícil poder realizar su misión.
«Los policías estan escandalizados, porque ha desaparecido la presencia de agentes especializados a lo largo de todo el ámbito geográfico del Pirineo», ha criticado el secretario nacional de la CEP, Ignacio López.