Me he encontrado cara a cara con un asesino, un hombre que mató a una nena hace 20 años, y está hecho polvo ahora, y me lo he topado por la bravuconería de las fuerzas de seguridad del estado, que benditas sean.
Si no, ni lo hubiera sabido, y marcó un poco mi infancia eso.
Gracias a unos funcionarios que no se andaban con chiquitas y le trataron fatal, y no fueron condescendientes, me he enterado de que ese hombre mató a una niña de 18 años hace veinte. A la hermana del mejor amigo de mi padre. Luego le absolvieron por loco.
Pero si esos policías chulos no hubieran estado ahí, o hubieran estado y se hubieran compadecido y lo hubieran dejado pasar, yo no me hubiera enterado de que ese pobre loco mató a la hermana pequeña del mejor amigo de mi padre.
Hubiera pensado que era un pobre desgraciado, un pobre loco.
Y no, era un asesino.
Y unos policías chulitos, de veintitantos,hoy, le han entregado sin paños calientes, han visto algo feo en él que ya estaba enterrado.
Yo alucino.
Pero me parece bien.
La mató con veinte cuchilladas. A una hija de general. Tenía 18 años y era una preciosidad. El ha pagado con la locura, da pena verle a día de hoy. Pero está vivo, y ella muerta. Y esos agentes chulos de veinte años, vieron que estaba loco, y que era peligroso, y hasta yo pensé "pobrecito"
Y pobrecito es, pero no desconfiemos tanto de las fuerzas de seguridad. Hay un montón de imbéciles, pero también hay gente capaz, aunque ni sepan que lo son.