MataMierdas rebuznó:
erGARRI rebuznó:
....no las desvelare para no revolveros el estomago jijiji,en fin yo he currado alli con alta responsabilidad y lo ke puedo decir en mayusculas es YO NO COMO EN NINGUN SITIO DE LOS DOS.ES AUTENTICA MIERDA.
Porfavor, cuente esas cosas tan horribles, seguro que son muy interesantes.
Yo he currado en un Burger King y puedo decir sin miedo que al menos en mi restaurante las cosas se hacían con higiene y sin gastar tonterías. Más que nada porque había inspecciones sorpresa y control por parte de los encargados.
Ni lefazos en las hamburguesas, ni escupitajos en las bebidas, ni cosas recogidas del suelo... es más, si se te caía lo más mínimo al suelo, pobre de ti si lo cogías para reutilizarlo. Te destruían en el acto.
En cuanto a los alimentos, pues bien, en realidad las hamburguesas se sacan de unas cajas enormes que están en la cámara congeladora, a 20 grados bajo cero. (entrar a coger oomida era un viaje a la puta antártida)
Una vez fuera, se abría la caja de la carne y se ponían en el horno de fuego, una aparato infernal que (y esto es lo único reprochable), las cocinaba a la parrilla en apenas 15 segundos.
Los que sean más o menos veteranos recordarán un juego llamado KLAX, en el que las piezas de colorines discurrían por una especie de cinta transportadora. Pues bien, el concepto era el mismo, según la afluecia de público el encargado del horno tenía que meter por su lado más o menos carne, y los que estaban al otro lado tenían que recogerla según iba cayendo a las bandejas, cocinada y con bastante buen aspecto.
Recuerdo con cariño a un empleado que era deficiente mental, y que estaba allí contratado por estos convenios que las empresas hacen para dar trabajo a discapacitados. Cuando se ponía nervioso, se rayaba o simplemente veía que entraba mucha gente, el hijo de la gran puta se ponía a meter carne como un verdadero loco, como el subnormal que era, y los que estábamos recogiendo la carne al otro lado para ir metiendolas en sus respectivas bandejas-termo, veíamos como una puta cascada de hamburguesas iba cayendo hacia nosotros, saliendo con furia de un agujero infernal del que también salen pequeñas llamaradas y un calor inhumano.
Bueno, sin ánimo de enrollarme más, el Burger King en el que trabajé era de la máxima confianza, comería allí sin ningún reparo, y si le pongo alguna pega es evidentemente las calorías de los menús. Pero es posible comer sano en un burger, yo lo hacía todos los días, haciendome una fajita mexicana llena de lechuga, tomate, queso y un poco de salsa barbacoa, y un filete de pollo pasado por la parrilla. Si no tocas los fritos, los tenders, las patatas y los helados, no tienes por qué engordar en un puto Burger. Ni joder tus arterias.