Forero del todo a cienEl Gobierno español pagó 30.000 euros de beca al jefe de los terroristas del 11-M para que estudiase en Madrid Serhan Ben Abdelmajid Farjet, “el Tunecino”, fue becado por el Gobierno español durante, al menos, cuatro años. Su nombre figura aún en los archivos de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores. El jefe de los terroristas del 11-M, que era conocido entre la población magrebí por sus opiniones extremistas, sus amenazas y su odio sarraceno a los "cristianos" recibió del erario público y a cuenta del contribuyente español más de 30.000 euros -unos 5 millones de las antiguas pesetas- para que fuese a la Universidad Autónoma de Madrid y se doctorase.
Cuenta Cristina Sen en La Vanguardia que el nombre del criminal figura aún en los archivos de la AECI y en el registro de becarios aparece inscrito por primera vez en 1994 y la última en 1998, por lo que el cerebro de la masacre del 11-M en Madrid renovó su beca de doctarado durante cuatro cursos lectivos consecutivos . El terrorista se inmoló el sábado pasado en Leganés.
La AECI se enteró el martes de que en su registro de becarios figuraba el Tunecino después de que el profesor Miguel Ángel Pérez Martín, de la Universidad Autónoma de Madrid, relatase en “La Vanguardia” que fue compañero del entonces estudiante magrebí. A raíz de esta información, consideró que debía poner el expediente del becario en manos de la policía.
Las becas de la AECI, según recordaron fuentes diplomáticas, están pensadas especialmente para estudiantes africanos y de Iberoamérica y hasta hace dos años eran fácilmente renovables –el terrorista islámico la renovó durante cuatro cursos– con una evaluación de currículum, las materias estudiadas y el conocimiento del español. Hace dos años, el Ejecutivo cambió las condiciones de renovación al observar que el objetivo de estas becas –formar a alumnos para que después reinviertan los conocimientos en su país de origen– no se cumplían. Los cambios se efectuaron en paralelo al debate sobre la masiva llegada de inmigrantes a España.
Es decir, muchos de los estudiantes lo que perseguían y lograban con facilidad era quedarse en España a trabajar. Esto es lo que hizo Serhan Ben Abdelmajid, que trabajó en España tras pasar por la Universidad Autónoma de Madrid hasta que su evolución ideológica lo llevó a abrazar el terrorismo islámico.
La dotación que recibió el futuro terrorista fue la habitual en los estudiantes que beca la AECI, establecida en torno a las 80.000 pesetas de entonces al mes en concepto de manutención, más la matrícula de la universidad y el seguro médico. En los cuatro años recibió, por tanto, unos 30.000 euros, sin contar los seguros y el desplazamiento, que también corre a cargo de la Agencia.
Exteriores no ha querido detallar en qué especialidad se le dio la beca de doctorado, pero el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid Miguel Ángel Pérez Martín, que coincidió como alumno en esta universidad con el Tunecino, señaló que recibía clases de materias relacionadas con la contabilidad, y que no acabó el doctorado.
El organizador de la masacre de Madrid, que costó la vida a 192 personas, no aprovechó el alojamiento que facilita el Gobierno a los estudiantes becados –el colegio mayor Nuestra Señor de África que ofrece para los africanos– y se estableció por su cuenta. Fue durante estos años, según el relato del profesor Pérez Martín, cuando empezó a acercarse a posturas más radicales dentro del islamismo aunque al margen de la vida universitaria y alejándose de ella.
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Cuenta Cristina Sen en La Vanguardia que el nombre del criminal figura aún en los archivos de la AECI y en el registro de becarios aparece inscrito por primera vez en 1994 y la última en 1998, por lo que el cerebro de la masacre del 11-M en Madrid renovó su beca de doctarado durante cuatro cursos lectivos consecutivos . El terrorista se inmoló el sábado pasado en Leganés.
La AECI se enteró el martes de que en su registro de becarios figuraba el Tunecino después de que el profesor Miguel Ángel Pérez Martín, de la Universidad Autónoma de Madrid, relatase en “La Vanguardia” que fue compañero del entonces estudiante magrebí. A raíz de esta información, consideró que debía poner el expediente del becario en manos de la policía.
Las becas de la AECI, según recordaron fuentes diplomáticas, están pensadas especialmente para estudiantes africanos y de Iberoamérica y hasta hace dos años eran fácilmente renovables –el terrorista islámico la renovó durante cuatro cursos– con una evaluación de currículum, las materias estudiadas y el conocimiento del español. Hace dos años, el Ejecutivo cambió las condiciones de renovación al observar que el objetivo de estas becas –formar a alumnos para que después reinviertan los conocimientos en su país de origen– no se cumplían. Los cambios se efectuaron en paralelo al debate sobre la masiva llegada de inmigrantes a España.
Es decir, muchos de los estudiantes lo que perseguían y lograban con facilidad era quedarse en España a trabajar. Esto es lo que hizo Serhan Ben Abdelmajid, que trabajó en España tras pasar por la Universidad Autónoma de Madrid hasta que su evolución ideológica lo llevó a abrazar el terrorismo islámico.
La dotación que recibió el futuro terrorista fue la habitual en los estudiantes que beca la AECI, establecida en torno a las 80.000 pesetas de entonces al mes en concepto de manutención, más la matrícula de la universidad y el seguro médico. En los cuatro años recibió, por tanto, unos 30.000 euros, sin contar los seguros y el desplazamiento, que también corre a cargo de la Agencia.
Exteriores no ha querido detallar en qué especialidad se le dio la beca de doctorado, pero el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid Miguel Ángel Pérez Martín, que coincidió como alumno en esta universidad con el Tunecino, señaló que recibía clases de materias relacionadas con la contabilidad, y que no acabó el doctorado.
El organizador de la masacre de Madrid, que costó la vida a 192 personas, no aprovechó el alojamiento que facilita el Gobierno a los estudiantes becados –el colegio mayor Nuestra Señor de África que ofrece para los africanos– y se estableció por su cuenta. Fue durante estos años, según el relato del profesor Pérez Martín, cuando empezó a acercarse a posturas más radicales dentro del islamismo aunque al margen de la vida universitaria y alejándose de ella.
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