Os lo debía y era mi deber cumplir mi palabra. Durante estos meses he recibido (o no) centenares de mps preguntándome, ofreciendo su ayuda, donándome órganos y herencias para alcanzar el propósito por el que abrí el hilo. Desde Moncloa y Zarzuela, desde la Casa Blanca y las oficinas del Santiago Bernabeu me llegaban propuestas y ofrecimientos. Todo fue en vano, los caminos se cortaban y era demasiado razonable desistir. Todo se marchitaba menos mi esperanza.
Pero se aventura una primavera cercana y es el momento en el que ha florecido por fin el motivo de mi búsqueda. Aquí estoy, elegante y glorioso con mi polo verde. No ha sido google el responsable del hallazgo sino la mujer a la que amo y me ama. Es hermoso cuando un corazón enamorado puede más que el imperio de la información. Esto si que son motivos para creer.