naxo
Muerto por dentro+
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Me llega por fin, como cada semana, el e-mail, tipo Newsletter. Dentro hay alguna información y, al final del todo, una clave: Cuando se os diga "Eres tan feo como XXXX, pedazo de cabrón", vuestra respuesta ha de ser "Tú si que eres feo como tu puta madre, Burt Reynolds de los cojones".
Ya es de noche, y estoy en la puerta del "Club". Se abre la mirilla y me lanzan la pregunta. Se me ha olvidado la respuesta, aunque tampoco me preocupé por memorizarla, ya que soy un asiduo y, reconociendo la voz de la dueña, le digo que no me toque los cojones con chorradas. Ella, riéndose, me dice que, aunque esa no es la clave, también le vale.
Sa abre la puerta y, una vez más allí estoy. Aunque esta vez es todo distinto allí dentro. El mismo lugar con aspecto de pub irlandés, pero con una mesa en forma de U en el medio. Y, esta vez, están participando todos, incluso los que antes, junto conmigo, renegaban de aquella práctica habitual en el "Club". Me siento junto a uno de mi ya ex-grupo, y observo, no sin cierta cara de repugnancia, como degusta, junto con el resto de compañeros, pequeños canapés elaborados con la más selecta mierda de cada uno. Los hay de todo tipo, desde los que tienen buenas mierdas consistentes y duras, hasta los que se untaban con mierda líquida de un tono verdoso. El olor se me hace insoportable, pero el resto devora aquello como si de un manjar se tratase. Por más que me ofrecen probar y unirme a ellos, no entienden como puedo rechazarlo.
Incluso los que antes renegaban de aquello, ahora alaban su exquisitez. No doy crédito.
Pero eso no era lo único que había esta noche en el "Club". Una gran fiesta tendría lugar en la planta de arriba en cuanto los gourmets hubieran acabado, y ya estaba todo casi listo.
Subimos y, aunque la fiesta prometía, no era mi estilo. Sólo 5 o 6 mujeres y más de 30 hombres, en su mayoría homosexuales.
Una vez observada la fauna y, siguiendo las estrictas reglas del juego, aviso con antelación de mi intención de no participar en él, ésto es, no tocar, pero tampoco ser tocado.
Y empieza la fiesta. Y pese a que lancé mi aviso, un marica enorme se viene hacia mí. Intenta tocarme, pero, amablemente, le esquivo. Cuando la misma situación se vuelve a repetir, le espeto con agriedad mi condición de no participante. Eso le irrita, y grita enfadado que mi presencia allí desvirtúa el juego.
la organizadora, muy amiga mía, sale de entre la muchedumbre preguntando qué es lo que ocurre. Le explico la situación y, entre risas, le digo que me iré a la planta baja, para que la cosa no vaya a mayores.
Una vez de vuelta allá abajo, me sorprende toparme con un conocido periodista deportivo. Me parece un tipo bastante risueño, aunque tarado y bocazas. Me cuenta sus planes para el verano, que será imagen de unos gimnasios en la Costa del Sol, me comenta sus nuevas costumbres, como la afición al scat, y esboza una sonrisa al reconocerme ser amante de un forero de la casa. Me enseña una carpeta, y en ella tiene su foto, recostado sobre algo que parece un sofa y con gafas de sol. Reconozco que me sorprendo aun más cuando descubro en la foto que se trata de
. El periodista me confiesa que a ese forero le debe la gran mayoría de sus ideas profesionales y gran parte de su éxito.
Tras ésto, deduzco que ya es hora de volver a casa.
Ya es de noche, y estoy en la puerta del "Club". Se abre la mirilla y me lanzan la pregunta. Se me ha olvidado la respuesta, aunque tampoco me preocupé por memorizarla, ya que soy un asiduo y, reconociendo la voz de la dueña, le digo que no me toque los cojones con chorradas. Ella, riéndose, me dice que, aunque esa no es la clave, también le vale.
Sa abre la puerta y, una vez más allí estoy. Aunque esta vez es todo distinto allí dentro. El mismo lugar con aspecto de pub irlandés, pero con una mesa en forma de U en el medio. Y, esta vez, están participando todos, incluso los que antes, junto conmigo, renegaban de aquella práctica habitual en el "Club". Me siento junto a uno de mi ya ex-grupo, y observo, no sin cierta cara de repugnancia, como degusta, junto con el resto de compañeros, pequeños canapés elaborados con la más selecta mierda de cada uno. Los hay de todo tipo, desde los que tienen buenas mierdas consistentes y duras, hasta los que se untaban con mierda líquida de un tono verdoso. El olor se me hace insoportable, pero el resto devora aquello como si de un manjar se tratase. Por más que me ofrecen probar y unirme a ellos, no entienden como puedo rechazarlo.
Incluso los que antes renegaban de aquello, ahora alaban su exquisitez. No doy crédito.
Pero eso no era lo único que había esta noche en el "Club". Una gran fiesta tendría lugar en la planta de arriba en cuanto los gourmets hubieran acabado, y ya estaba todo casi listo.
Subimos y, aunque la fiesta prometía, no era mi estilo. Sólo 5 o 6 mujeres y más de 30 hombres, en su mayoría homosexuales.
Una vez observada la fauna y, siguiendo las estrictas reglas del juego, aviso con antelación de mi intención de no participar en él, ésto es, no tocar, pero tampoco ser tocado.
Y empieza la fiesta. Y pese a que lancé mi aviso, un marica enorme se viene hacia mí. Intenta tocarme, pero, amablemente, le esquivo. Cuando la misma situación se vuelve a repetir, le espeto con agriedad mi condición de no participante. Eso le irrita, y grita enfadado que mi presencia allí desvirtúa el juego.
la organizadora, muy amiga mía, sale de entre la muchedumbre preguntando qué es lo que ocurre. Le explico la situación y, entre risas, le digo que me iré a la planta baja, para que la cosa no vaya a mayores.
Una vez de vuelta allá abajo, me sorprende toparme con un conocido periodista deportivo. Me parece un tipo bastante risueño, aunque tarado y bocazas. Me cuenta sus planes para el verano, que será imagen de unos gimnasios en la Costa del Sol, me comenta sus nuevas costumbres, como la afición al scat, y esboza una sonrisa al reconocerme ser amante de un forero de la casa. Me enseña una carpeta, y en ella tiene su foto, recostado sobre algo que parece un sofa y con gafas de sol. Reconozco que me sorprendo aun más cuando descubro en la foto que se trata de
chuloputas
Tras ésto, deduzco que ya es hora de volver a casa.