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- 22 Feb 2009
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En esas condiciones me la encuentro en el rellano y en esas condiciones la visitaban los buitreamigos del novio para felicitarla más por el bonito pandero que se le había quedado por la dieta previa al vestidito que por lo que iba a acontencer en pocos días. Me invita a pasar un momento y decide regalarme sus piropos tras preguntarme mi edad, cosa que uno agradece pues a todos nos gusta gustar.
Me describe la chica su asombro, aquí está el detalle que me hizo reflexionar, mediante una frase mágica, de esas que uno ha escuchado hasta la saciedad y desconoce sus orígenes haciéndole sospechar de la existencia de canales ocultos de adoctrinamiento que las hace todas clones unas de otras en lo que a frases y actitudes se refiere: "y yo que pensaba que era sólo un rollo de una noche...".
Así evoluciona nuestra vida con estas despetuladoras en su época de "rollitos", "rolletes", "rollo bollo", "rollo de verano" ,"amigo", "colega", "amigo con derecho a roce" (alucina), "noviete", "ex novio", "con el que estube" (que significa que se la chupaba, disculpad mi atrevimiento). Esas 69 formas de pasarlo bien, frases de guión mediático de serie calientapollas de sobremesa, bajo la mesa, a cuatro patas y en súbito cupino siempre las dicen orgullosas de sus cacerías, sonrientes y chulas, muy chulas, luego dicen que no se ponen galones.
Cuando te tienen en alta estima suelen agregar frases célebres como "me caso, yo pensaba que era un rollo de una noche, pero me caso, ¡y eso que yo no buscaba nada!"... porque ellas nunca buscan nada, y en su miopía, sin buscar nada y vagando por la oscuridad, parecen tropezar adrede y caer siempre de boca sobre una buena polla... pero ellas nunca buscan nada. Qué cosas.
De esa categoría de frases hay otras que desconozco por qué siempre las emiten cabizbajas e incluso pataleantemente llorosas, "¡quiero un hombre para toda la vida!", "¡es que sois todos unos cabrones y no queréis una relación", "¡es que no quedan hombres como los de antes!"
Y aquí es donde uno se siente maltratado, maltratado por ese derecho universal que toda mujer actual cree tener de asociarte a un grupo de conveniencia destinado a la eliminación programada y se entienden las ideas de revancha que se nos cruzan por la cabeza cuando ellas desean un futuro estable, un maridito porque ya no se topan con tantas pollas en la oscuridad del que no busca y, sin saber por qué, otras muchas tropiezan ¡con la nuestra!, esa que parecía nunca estar en medio de su camino, excepto cuando eras, muy de vez en cuando, un rollo de una noche.... de "el rollo de una noche" a "hombre para toda la vida" se pasa tan pronto como ya no se las piropea en toda conversación, tan pronto como la conveniencia las hace dudar de si el vibrador biológico que se les presenta delante es renovable pues, de lo contrario, difícil será la compra o substitución en momentos de crisis... sexual.
Es verdad que somos más simples que ellas: al final del día, cuando llega su ansiada y temida oscuridad juvenil en forma de madurez, en vez de catalogarlas en tantos conjuntos de conveniencia sólo tenemos dos, putas-feas y putas-guapas. Ellas a los rollos de una noche jamás los juzgan, no hay tiempo, son sus relaciones de larga duración y sus hombres para toda la vida los que terminan aguantando juicios del tipo "es que son todos unos cabrones". Llega un momento que entiendes por qué prefieres ignorar los detalles, porque un hombre detallista directamente las hunde en la miseria si es sincero, así que aprendes a callar, porque explicarle por qué son unos cabrones te recuerda lo tonto que eres y lo que te estás perdiendo por no serlo ni haberlo sido.
Me describe la chica su asombro, aquí está el detalle que me hizo reflexionar, mediante una frase mágica, de esas que uno ha escuchado hasta la saciedad y desconoce sus orígenes haciéndole sospechar de la existencia de canales ocultos de adoctrinamiento que las hace todas clones unas de otras en lo que a frases y actitudes se refiere: "y yo que pensaba que era sólo un rollo de una noche...".
Así evoluciona nuestra vida con estas despetuladoras en su época de "rollitos", "rolletes", "rollo bollo", "rollo de verano" ,"amigo", "colega", "amigo con derecho a roce" (alucina), "noviete", "ex novio", "con el que estube" (que significa que se la chupaba, disculpad mi atrevimiento). Esas 69 formas de pasarlo bien, frases de guión mediático de serie calientapollas de sobremesa, bajo la mesa, a cuatro patas y en súbito cupino siempre las dicen orgullosas de sus cacerías, sonrientes y chulas, muy chulas, luego dicen que no se ponen galones.
Cuando te tienen en alta estima suelen agregar frases célebres como "me caso, yo pensaba que era un rollo de una noche, pero me caso, ¡y eso que yo no buscaba nada!"... porque ellas nunca buscan nada, y en su miopía, sin buscar nada y vagando por la oscuridad, parecen tropezar adrede y caer siempre de boca sobre una buena polla... pero ellas nunca buscan nada. Qué cosas.
De esa categoría de frases hay otras que desconozco por qué siempre las emiten cabizbajas e incluso pataleantemente llorosas, "¡quiero un hombre para toda la vida!", "¡es que sois todos unos cabrones y no queréis una relación", "¡es que no quedan hombres como los de antes!"
Y aquí es donde uno se siente maltratado, maltratado por ese derecho universal que toda mujer actual cree tener de asociarte a un grupo de conveniencia destinado a la eliminación programada y se entienden las ideas de revancha que se nos cruzan por la cabeza cuando ellas desean un futuro estable, un maridito porque ya no se topan con tantas pollas en la oscuridad del que no busca y, sin saber por qué, otras muchas tropiezan ¡con la nuestra!, esa que parecía nunca estar en medio de su camino, excepto cuando eras, muy de vez en cuando, un rollo de una noche.... de "el rollo de una noche" a "hombre para toda la vida" se pasa tan pronto como ya no se las piropea en toda conversación, tan pronto como la conveniencia las hace dudar de si el vibrador biológico que se les presenta delante es renovable pues, de lo contrario, difícil será la compra o substitución en momentos de crisis... sexual.
Es verdad que somos más simples que ellas: al final del día, cuando llega su ansiada y temida oscuridad juvenil en forma de madurez, en vez de catalogarlas en tantos conjuntos de conveniencia sólo tenemos dos, putas-feas y putas-guapas. Ellas a los rollos de una noche jamás los juzgan, no hay tiempo, son sus relaciones de larga duración y sus hombres para toda la vida los que terminan aguantando juicios del tipo "es que son todos unos cabrones". Llega un momento que entiendes por qué prefieres ignorar los detalles, porque un hombre detallista directamente las hunde en la miseria si es sincero, así que aprendes a callar, porque explicarle por qué son unos cabrones te recuerda lo tonto que eres y lo que te estás perdiendo por no serlo ni haberlo sido.