percutador
Veterano
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A menudo he sufrido la cruel agonía de saberme rechazado, descartado de antemano, como un trasto viejo, que no puede competir con aparatos nuevos y sofisticados, con prestaciones que quizá no tenga yo o no han sabido o querido ver en mí.
Aunque no pocas han sido las que han querido utilizar de mí, facetas que las parecían interesantes. Soy un buen conversador, dicen, sé escuchar y tengo una charla amena, sorprendente a veces y en alguna ocasión inteligente. Pero me cansaba de ser un amigo sin derecho a roce. Algunas me lo exponían de manera honesta, cosa me hacía sentir humillado, y otras trataban de manipularme dándome largas, como el que quiere acostarse con una mujer y para conseguirlo le habla de un difuso compromiso que luego nunca se cumple. No solo ellas pueden ser egoístas y falsas.
Sé que he perdido muchas oportunidades por no tener suficiente paciencia, pero si hay algo que odio en este mundo es ser un pagafantas. Aunque entiendo que para algunas mujeres es difícil decidirse para salir con uno, para involucrarse mínimamente si no le van conociendo poco a poco, y de ese roce nazca un cariño que puede convertirse con el tiempo o no, en una pasión.
Con otras he tenido la sensación de estar en una situación de poder iniciar una relación o una historia de amor, un romance o como lo queráis llamar. Eran muchachas éstas, que habían depositado sus ilusiones en mí. Y me desgarraba por dentro defraudarlas. Pero llevo conmigo la maldición del pescador, un día no cae nada en mis redes y el otro rebosa de pececillos y solo me puedo comer uno.
No me gusta jugar con los sentimientos de los demás, puesto que lo han hecho alguna vez conmigo y sé lo mal que se siente. Y si una máxima guía mi vida es la de: “No hagas a los demás, lo que no quisieras que te hicieran a ti”.
Pero voy conociendo chicas que me gustan y descartarlas para mí es un drama, porque sé que si hubiera elegido a cualquiera de ellas, podría haber sido muy feliz en su compañía. Hablo de mujeres interesantes, bellas, por dentro y por fuera, que su personalidad me genera una simpatía y una atracción considerables. Por no hablar del bienestar que uno siente cuando las trata y nota que les gustas como ellas a ti, que no las importaría enrollarse contigo. Y no me siento bien haciéndolo con varias a la vez, soy torpe para eso además y terriblemente despistado. Más de una vez me ha ocurrido que he llamado a una con el nombre de otra, con el consiguiente enfado de la persona y su mueca de decepción y desprecio que me hería hasta lo más hondo.
Ahora he conocido a una chica por la que siento algo muy profundo, que no había sentido antes por nadie, al menos no de esa manera tan tierna y hermosa. Trataba con otras de las que sinceramente pensaba que sería genial estar con ellas. Y de hecho lo deseaba, casi tanto como a ellas. Y al final si elijo a una es por el amor que parece tenerme, por la manera de conmoverme en su entrega y confianza en mí. De las demás, sé que podría haber sacado eso con tiempo y esfuerzo, o quizás no, eso nadie te lo puede garantizar, como tampoco que esa ilusión que sienten por ti no se vaya a desvanecer con el tiempo. Pero la vida es un juego en el que hay que apostar.
Y odio tener que descartar a alguien, como odio que me descarten a mí. Pero hay que ser justo y honesto con los demás, en este mundo de mierda, donde todo se va desintegrando por esa falta de honestidad de los unos con los otros. Sí hay que serlo.
No hay nadie mejor que nadie, ni nadie que valga más que nadie. No considero a una en concreto superior a las demás, simplemente que con ella he sentido una conexión más profunda, quizá porque no le haya costado tanto entregarse y abrirse a mí. Aunque tiendo a pensar que la verdadera razón es que teníamos un carácter similar más compatible que hace que las cosas se desarrollen mejor pueda darla una paz y ella a mí, que con otras no he sentido, aunque sí atracción. Me he dado cuenta de que la amo a ella, y aunque odie hacer sentir mal a personas de las que me tengo que desvincular, para ser justo con ella. He de hacerlo, pidiéndolas perdón. Han sido especiales para mí y nunca las olvidaré, pero siento que he de entregarme totalmente a ella, como ella está haciendo conmigo, lo demás no sería justo ni sería amor. Y es lo que voy a hacer.
A ellas, las dedico esto:
Aunque no pocas han sido las que han querido utilizar de mí, facetas que las parecían interesantes. Soy un buen conversador, dicen, sé escuchar y tengo una charla amena, sorprendente a veces y en alguna ocasión inteligente. Pero me cansaba de ser un amigo sin derecho a roce. Algunas me lo exponían de manera honesta, cosa me hacía sentir humillado, y otras trataban de manipularme dándome largas, como el que quiere acostarse con una mujer y para conseguirlo le habla de un difuso compromiso que luego nunca se cumple. No solo ellas pueden ser egoístas y falsas.
Sé que he perdido muchas oportunidades por no tener suficiente paciencia, pero si hay algo que odio en este mundo es ser un pagafantas. Aunque entiendo que para algunas mujeres es difícil decidirse para salir con uno, para involucrarse mínimamente si no le van conociendo poco a poco, y de ese roce nazca un cariño que puede convertirse con el tiempo o no, en una pasión.
Con otras he tenido la sensación de estar en una situación de poder iniciar una relación o una historia de amor, un romance o como lo queráis llamar. Eran muchachas éstas, que habían depositado sus ilusiones en mí. Y me desgarraba por dentro defraudarlas. Pero llevo conmigo la maldición del pescador, un día no cae nada en mis redes y el otro rebosa de pececillos y solo me puedo comer uno.
No me gusta jugar con los sentimientos de los demás, puesto que lo han hecho alguna vez conmigo y sé lo mal que se siente. Y si una máxima guía mi vida es la de: “No hagas a los demás, lo que no quisieras que te hicieran a ti”.
Pero voy conociendo chicas que me gustan y descartarlas para mí es un drama, porque sé que si hubiera elegido a cualquiera de ellas, podría haber sido muy feliz en su compañía. Hablo de mujeres interesantes, bellas, por dentro y por fuera, que su personalidad me genera una simpatía y una atracción considerables. Por no hablar del bienestar que uno siente cuando las trata y nota que les gustas como ellas a ti, que no las importaría enrollarse contigo. Y no me siento bien haciéndolo con varias a la vez, soy torpe para eso además y terriblemente despistado. Más de una vez me ha ocurrido que he llamado a una con el nombre de otra, con el consiguiente enfado de la persona y su mueca de decepción y desprecio que me hería hasta lo más hondo.
Ahora he conocido a una chica por la que siento algo muy profundo, que no había sentido antes por nadie, al menos no de esa manera tan tierna y hermosa. Trataba con otras de las que sinceramente pensaba que sería genial estar con ellas. Y de hecho lo deseaba, casi tanto como a ellas. Y al final si elijo a una es por el amor que parece tenerme, por la manera de conmoverme en su entrega y confianza en mí. De las demás, sé que podría haber sacado eso con tiempo y esfuerzo, o quizás no, eso nadie te lo puede garantizar, como tampoco que esa ilusión que sienten por ti no se vaya a desvanecer con el tiempo. Pero la vida es un juego en el que hay que apostar.
Y odio tener que descartar a alguien, como odio que me descarten a mí. Pero hay que ser justo y honesto con los demás, en este mundo de mierda, donde todo se va desintegrando por esa falta de honestidad de los unos con los otros. Sí hay que serlo.
No hay nadie mejor que nadie, ni nadie que valga más que nadie. No considero a una en concreto superior a las demás, simplemente que con ella he sentido una conexión más profunda, quizá porque no le haya costado tanto entregarse y abrirse a mí. Aunque tiendo a pensar que la verdadera razón es que teníamos un carácter similar más compatible que hace que las cosas se desarrollen mejor pueda darla una paz y ella a mí, que con otras no he sentido, aunque sí atracción. Me he dado cuenta de que la amo a ella, y aunque odie hacer sentir mal a personas de las que me tengo que desvincular, para ser justo con ella. He de hacerlo, pidiéndolas perdón. Han sido especiales para mí y nunca las olvidaré, pero siento que he de entregarme totalmente a ella, como ella está haciendo conmigo, lo demás no sería justo ni sería amor. Y es lo que voy a hacer.
A ellas, las dedico esto: