Por mi parte voy a terminar de dar mi opinión en este tema. Aquí, Erika, resentida o no, le ha contado, en confianza a un cliente lo que ha pasado, y éste ha cantado la Traviata, desencadenándose una afirmaciones por unos y por otros, que sin darnos cuenta podemos estar tirando piedras sobre nuestro propio tejado.
Sin ir más lejos, alguno en un ataque de "testosterona" y egocentrismo, ha manifestado tener el teléfono de trabajadoras y extrabajadoras de ambos centros, y que lo mismo queda fuera que dentro de los éllos. Sabemos que esto, al destaparse, no hará gracia alguna a Martina, como buena argentina será canchera y a saber como pone firmes a las niñas de su casa y las medidas que puede tomar. Sin lugar a dudas nada beneficiosas para la clientela.
Yo no voy jamás a decir si tengo, o dejo de tener, números de teléfonos particulares de ninguna masajista, pues es ponerlas en evidencia y sobre todo hacer que pueda peligrar su puesto de trabajo. No hay que olvidar, que estas señoritas además de ser: daifas, mesalinas, meretrices, prostitutas, suripantas, buñis, putas, son ante todo PERSONAS.
Por mi parte doy por cerrado el tema.