Yo creía en la NBA. La consideraba un campeonato ejemplar, salvo un tema tabú del que no se puede hablar. No hay polémicas arbitrales en la última jugada –para eso está la televisión que ayuda a los árbitros-, las sanciones se cumplen 24 horas después y se acatan como ley, las multas son ejemplares y se descuentan del sueldo, no hay violencia en las gradas donde se disfruta como un enano aunque en ocasiones huela demasiado a comida, los pabellones están llenos salvo excepciones, la mercadería alivia al más fanático de los consumistas...
Yo creía en la NBA, en su capacidad para expandirse hasta lo más recóndito de África, allí donde las canastas no tienen tablero, pero donde sí que hay aros, me convencía su milagro anual de ‘vender’ una nevera a un esquimal de la mano del mago David Stern. Hasta en ocasiones el juego me hace vibrar, aunque esto un poquito menos según pasan los años desde los inolvidables 80 y tras la retirada de Michael Jordan. Además, el orgullo de ver a Gasol y Calderón con los mejores del baloncesto hace pasar el trago de muchas noches donde no reconozco a este deporte llamado baloncesto.
Desde el pasado domingo, creo menos en la NBA. Kobe Bryant finalizó cuarto en la votación del MVP. Steve Nash es el jugador más valioso por segundo año consecutivo. Este trofeo lo deciden los periodistas. ¿Cómo es posible esta clasificación? Sí, el marketing de Lebron –segundo- puede hasta con el reglamento (son incontables las violaciones que hace en cada partido mientras los árbitros hacen la vista gorda) y el alpinista Nowitzki va camino de igualar a Messner en el Everest del estrellato NBA, pero me resisto a creer que Kobe sea cuarto. ¿Han sondeado a periodistas del corazón o a deportivos? ¿Aquí qué se vota, si te cae bien o si te cae mal? ¿Con el cerebro o con las tripas? ¿Hasta cuando va a pagar Kobe la prepotencia de ser tan bueno? Un hombre que anota 35 puntos cada noche (más que Bullock y Rakocevic juntos –32 por encuentro- en la ACB), que ha hecho en ocasiones sonar música de Mozart a la banda de los Lakers pese al cante final de los ‘playoffs’, que se ha colado entre los récords de Chamberlain dejando atrás a Jordan, que metió en un partido ¡¡¡81 puntos!!! Yo creía en la NBA.