No se deshacen solamente de la descendencia ajena, son un peligro para todos los cachorros y suele haber alguna hembra vigilando uñas fuera si el macho se les acerca. Dicen que lo de matarlos es porque mientras las hembras las crían no entran en celo. Es un mero detalle sin importancia, porque se aplica perfectamente también a los humanos.
Yo he sido el desecho genético en la mochila de una mujer y tengo que decir que no le recomendaría a nadie emparejarse con mujeres con equipaje.
En esas relaciones primero es ella, eso no cambia, luego el vástago previo, luego los hijos comunes y muy a la zaga quizás estés tú.
No solamente en los conflictos, en cualquier decisión del resto de la vida juntos, los intereses de ese mocoso que jamás te llamará su padre, para quien eres un estorbo y un usurpador, estarán por delante de los tuyos. Nunca vas a ganar una discusión, porque cuando te parezca que lo haces, serás en realidad el ogro de la historia. Los hijos comunes llegarán tarde a los recursos, que con suerte no habrán sufrido además por alguna crisis.
Quiero pensar que habrá alguna mujer que valore el esfuerzo que supone criar hijos ajenos, que entienda la deuda moral que contrae al encasquetar semejante peso a alguien que antes era libre y que lo pague como sea que ese hombre espera al iniciar la relación. Pero lamentablemente no es lo que he visto.