rojo sarasa
Aborto de Forero
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- 18 Abr 2010
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Buenas, chavales.
Lo primero de todo, no soy ni sarasa ni rojo; soy legionario y taxista. Legionario antes que taxista, aunque lleve fuera del Cuerpo mucho tiempo, más del que hace que sois conscientes de que os podéis zurrar la pichita.
¿Qué hago aquí? Preguntádselo a ese par de maricones que recogí con el taxi hace unos meses a la salida de una discoteca para menores. Considero que montar en mi coche es un privilegio, y como tal se lo hago saber a mis clientes nada más comenzar la carrera, indicándoles que tienen a su disposición, en el revistero, cuaderno y bolígrafo promocionales de España 2000 por si quieren tomar nota de la disertación que voy a desarrollar a lo largo del trayecto, así como que voy a cobrarles un suplemento de 5 euros en concepto de adoctrinamiento. Esto me sirve además para sondear el tipo de gente que llevo, fichando a aquellos que no los cogen o muestran cierta duda o desaprobación, para meterles un buen paquete en algún momento del viaje.
Pero bueno, tampoco creáis que soy un ogro, pues suelo añadir alguna chanza del tipo "Y al terminar arrancáis la hoja y me dejáis los bártulos donde estaban para el siguiente, ¿eh?, no me toquéis las pelotas..." mientras me giro hacia los asientos traseros, esgrimiendo una media sonrisa, acariciando la culata de la pistola reglamentaria, bien sujeta a mis correajes de legionario. La otra mano me la llevo a la polla y me pongo a ciento setenta.
Volviendo al tema, estos dos desechos no sólo no cogieron el cuaderno, sino que estuvieron de risitas, mientras les comentaba el por qué de los males del Real Madrid y mostraba mi indignación por la incomprensible suplencia de Don Raúl González Blanco, al tiempo que hacía un ardoroso elogio a la entrega y ganas del camarada Gutiérrez en Alcorcón, en contraste con la falta de cojones y amor a los colores de una banda compuesta en su mayor parte por gitanos, moros, negros o rumanos como Dudek. La gota que colmó el vaso llegó cuando uno de ellos me soltó algo así como "Oye tío ya te vale, ¿no?, ¿por qué no te haces un blog?" seguido de más jijí jajás. Ahí ya explote, les grité que el blog se lo iba a hacer el maricón de su padre pero no yo y, ejem, que les iba a matar ahí mismo. Pequé un volantazo y me paré en el arcén de la autopista. Al verse en esa situación empezaron a tragar saliva y se les borró la sonrisa de la cara. Desenfundé la pistola y los saqué del coche a culatazo limpio entre lloriqueos. Les obligué a meterse unas buenas rayas de coca para que no les creyeran en caso de denuncia, se las cobré, y me marché de allí a toda hostia, dejándoles en un charco de lo que parecían sus propios meados.
A lo mejor me excedí un poco en mis funciones, porque tras relatarle mi heróica victoria al hijo de puta de mi hijo en el desayuno, me dijo que un blog no era, como creía, una nueva práctica entre los sodomitas de hoy en día, sino un sitio donde puedes escribir cosas y que te las lean y tal. A mi es que que me llamen maricón me pierde y no atiendo a razones, y quizá debí prestar un poco de atención a los chavales cuando me decían, entre culatazo y culatazo, que no pasaba nada, que ellos también tenían uno, y que les había enseñado a hacerlo el profesor de informática de segundo de la ESO. La verdad es que en el momento me sentó peor todavía, al imaginar una enseñanza pública a la griega, con profesores sodomitas aleccionando a sus pupilos a golpe de semen. No me extrañaría, de todos modos, porque se me revuelven las putas tripas cada vez que paso en el taxi delante de la facultad de Magisterio, a reventar de putos rojos y guarros. Reconozco que a veces me cuesta no subirme a la acera y llevarme a alguno por delante.
En fin, que me pierdo. En vista de eso, haciendo gala de mi precisa instrucción militar, me puse a indagar en el asunto de los blogs. Como no averigué nada, pregunté otra vez al cabronazo. Según me contó, grandes personalidades tienen uno. Hizo referencia a algunas pero no me sonaban, así que supongo que serían maricones, o catalanes, hasta que acabó nombrando al gran Tomás Roncero. Bueno, si un hombre de esa categoría, me dije, tiene uno, igual no es tan malo, y quizá yo pueda tener uno también sin temor a ser tildado de invertido. Y qué mejor que junto a él en la página web del AS. Con ayuda del bastardo, escribí bastante correos electrónicos al periódico pidiéndoles una sección junto a Tomás, pero ninguno fue contestado. Sospeché que quizá estuviera siendo sometido a algún tipo de censura, porque desde la victoria contra el Atlético Aviación no ha vuelto a escribir nada, así que organicé un comando con antiguos compañeros del Cuerpo para intentar tomar la sede principal del diario y liberar al plumilla, pero eso es otra historia.
Como podéis figuraros, al final ni AS nada. Pero aquí estoy. Y es que pillé un día al hijo de perra de mi hijo escribiendo en este foro, y viendo las mierdas que soltaba y que nadie le hacía nada llegué a la conclusión que qué mejor sitio para contar mis cosas que éste, así que le pedí que me registrara él mismo porque yo con los ordenadores me llevo peor que con la puta de mi mujer. Y que nadie se me queje que no os voy a cobrar suplemento, jejeje.
PD: ya sé un poco cómo váis por aquí, graciosillos, que me ha dicho el cabrito que el servidor detecta la personalidad del usuario y le asigna un nombre e imagen opuesto a ella, y me ha tocado ésta en suerte. Todo concuerda, pero joder, cómo avanza la ciencia.
Lo primero de todo, no soy ni sarasa ni rojo; soy legionario y taxista. Legionario antes que taxista, aunque lleve fuera del Cuerpo mucho tiempo, más del que hace que sois conscientes de que os podéis zurrar la pichita.
¿Qué hago aquí? Preguntádselo a ese par de maricones que recogí con el taxi hace unos meses a la salida de una discoteca para menores. Considero que montar en mi coche es un privilegio, y como tal se lo hago saber a mis clientes nada más comenzar la carrera, indicándoles que tienen a su disposición, en el revistero, cuaderno y bolígrafo promocionales de España 2000 por si quieren tomar nota de la disertación que voy a desarrollar a lo largo del trayecto, así como que voy a cobrarles un suplemento de 5 euros en concepto de adoctrinamiento. Esto me sirve además para sondear el tipo de gente que llevo, fichando a aquellos que no los cogen o muestran cierta duda o desaprobación, para meterles un buen paquete en algún momento del viaje.
Pero bueno, tampoco creáis que soy un ogro, pues suelo añadir alguna chanza del tipo "Y al terminar arrancáis la hoja y me dejáis los bártulos donde estaban para el siguiente, ¿eh?, no me toquéis las pelotas..." mientras me giro hacia los asientos traseros, esgrimiendo una media sonrisa, acariciando la culata de la pistola reglamentaria, bien sujeta a mis correajes de legionario. La otra mano me la llevo a la polla y me pongo a ciento setenta.
Volviendo al tema, estos dos desechos no sólo no cogieron el cuaderno, sino que estuvieron de risitas, mientras les comentaba el por qué de los males del Real Madrid y mostraba mi indignación por la incomprensible suplencia de Don Raúl González Blanco, al tiempo que hacía un ardoroso elogio a la entrega y ganas del camarada Gutiérrez en Alcorcón, en contraste con la falta de cojones y amor a los colores de una banda compuesta en su mayor parte por gitanos, moros, negros o rumanos como Dudek. La gota que colmó el vaso llegó cuando uno de ellos me soltó algo así como "Oye tío ya te vale, ¿no?, ¿por qué no te haces un blog?" seguido de más jijí jajás. Ahí ya explote, les grité que el blog se lo iba a hacer el maricón de su padre pero no yo y, ejem, que les iba a matar ahí mismo. Pequé un volantazo y me paré en el arcén de la autopista. Al verse en esa situación empezaron a tragar saliva y se les borró la sonrisa de la cara. Desenfundé la pistola y los saqué del coche a culatazo limpio entre lloriqueos. Les obligué a meterse unas buenas rayas de coca para que no les creyeran en caso de denuncia, se las cobré, y me marché de allí a toda hostia, dejándoles en un charco de lo que parecían sus propios meados.
A lo mejor me excedí un poco en mis funciones, porque tras relatarle mi heróica victoria al hijo de puta de mi hijo en el desayuno, me dijo que un blog no era, como creía, una nueva práctica entre los sodomitas de hoy en día, sino un sitio donde puedes escribir cosas y que te las lean y tal. A mi es que que me llamen maricón me pierde y no atiendo a razones, y quizá debí prestar un poco de atención a los chavales cuando me decían, entre culatazo y culatazo, que no pasaba nada, que ellos también tenían uno, y que les había enseñado a hacerlo el profesor de informática de segundo de la ESO. La verdad es que en el momento me sentó peor todavía, al imaginar una enseñanza pública a la griega, con profesores sodomitas aleccionando a sus pupilos a golpe de semen. No me extrañaría, de todos modos, porque se me revuelven las putas tripas cada vez que paso en el taxi delante de la facultad de Magisterio, a reventar de putos rojos y guarros. Reconozco que a veces me cuesta no subirme a la acera y llevarme a alguno por delante.
En fin, que me pierdo. En vista de eso, haciendo gala de mi precisa instrucción militar, me puse a indagar en el asunto de los blogs. Como no averigué nada, pregunté otra vez al cabronazo. Según me contó, grandes personalidades tienen uno. Hizo referencia a algunas pero no me sonaban, así que supongo que serían maricones, o catalanes, hasta que acabó nombrando al gran Tomás Roncero. Bueno, si un hombre de esa categoría, me dije, tiene uno, igual no es tan malo, y quizá yo pueda tener uno también sin temor a ser tildado de invertido. Y qué mejor que junto a él en la página web del AS. Con ayuda del bastardo, escribí bastante correos electrónicos al periódico pidiéndoles una sección junto a Tomás, pero ninguno fue contestado. Sospeché que quizá estuviera siendo sometido a algún tipo de censura, porque desde la victoria contra el Atlético Aviación no ha vuelto a escribir nada, así que organicé un comando con antiguos compañeros del Cuerpo para intentar tomar la sede principal del diario y liberar al plumilla, pero eso es otra historia.
Como podéis figuraros, al final ni AS nada. Pero aquí estoy. Y es que pillé un día al hijo de perra de mi hijo escribiendo en este foro, y viendo las mierdas que soltaba y que nadie le hacía nada llegué a la conclusión que qué mejor sitio para contar mis cosas que éste, así que le pedí que me registrara él mismo porque yo con los ordenadores me llevo peor que con la puta de mi mujer. Y que nadie se me queje que no os voy a cobrar suplemento, jejeje.
PD: ya sé un poco cómo váis por aquí, graciosillos, que me ha dicho el cabrito que el servidor detecta la personalidad del usuario y le asigna un nombre e imagen opuesto a ella, y me ha tocado ésta en suerte. Todo concuerda, pero joder, cómo avanza la ciencia.