Los gozos y las sombras.
Yo Claudio.
Frasier.
Fortunata y Jacinta.
Los pazos de Ulloa.
Hannibal.
Shogun.
Feud.
The Knick.
Benny Hill.
...
Y hay más muy buenas, como Breaking Bad, Juego de tronos pese a los errores, The Leftovers, Matrimonio con hijos, y otras muchas que mencionáis.
Estas españolas clásicas son sin duda obras maestras en todos los sentidos, impecables, formidables, junto a La Regenta, Ramón y Cajal o Santa Teresa.
Y de las extranjeras, pues Feud, la historia de, ¿Qué fue de Baby Jane?, magnífica. El enorme plano secuencia de recogida del Oscar, impresiona, de semejante modo que las actuaciones de Jessica Lange y Susan Sarandon; tremendas.
O la del hospital con el pobre Doctor Thack. Recuerdo, siempre arrullado por nostalgias de victoria al tratarse de una humillación descarnada hacia el sistema imperante y a la razón, cuando le cambian en su cura de desintoxicación la cocaína por heroína, y con la tranquilidad para todos de que era de Bayer tal modernísima melecina...
O la de, The Deuce; qué hermosa.
O Benny Hill, muerto el hombre en soledad y abandonado, uno de mis grandes maestros que me enseñó en la infancia que la mujer, es y está.
En fin, que por suerte hemos disfrutado de obras maravillosas entre una morrallada presta en acojonar hasta a La Misma Santa Teresa, Patrona de los escritores y Doctora de La Iglesia.
Luego, Invócales, Madre, Al Espíritu Santo de la inspiración, y que de vez en cuando nos sigan dejando con la boca abierta aquellos hijos Tuyos a los que Tú Ilumines.
Amén.