Peleas (abro hilo por lástima)

GINT, ¿a ti alguna vez te han metido una hostia?
 
Cuando estaba en párvulo empecé a abusar de un compañero y llamaron a mi madre para que lo supiese. Estábamos en aulas distintas, yo en 5 años y el otro en 4 años, pero en el patio nos cruzábamos. Parece ser que le hacía tanto bulling de eso que su madre fue a quejarse y llamaron a la mía. Y que me pasé con el pobre chaval y se meaba encima y no quería ir al cole, que lloraba desesperado hasta que les dijo que un niño le pegaba sin razón; yo.
No se me olvidará cuando me dijo mi madre que por qué hacía eso, que fuese bueno y no me pelease con nadie para poder tener amiguitos. Qué vergüenza me hizo pasar el puto subnormal, pude ver como mi madre se sentía decepcionada de mí ante la otra madre y la maestra por culpa de aquel pazguato. Me hizo jurar que no le pegaría más y tuve que respetarlo, y la próxima vez que le pillé por el patio, le pillé bien pillao, pero le advertí que como se chivase iba a saber lo que es el dolor de verdad. También pegaba a la hija de la maestra que iba a mi misma clase y le dijo la maestra a mi madre que nunca había visto un caso así, que por lo general los niños se cortaban ante su hija. Pero aquella puta ofendió mi honor al quitarme de las manos un juguete o un puzzle y salí detrás de ella para que aprendiese a respetar a los machos dominantes, se escondió detrás de las faldas de su madre, pero todavía alcancé a lanzarle una patada antes de que la madre-maestra la pudiese proteger con su cuerpo. Menudo carácter tenía yo, era el puto rey de parvulito. Y luego durante la EGB tampoco había quien me tosiera de mi edad, claro. Luego con la adolescencia me arrugué bastante y se me fue el gas como a una cocacola abierta, pero seguía manteniendo mi carácter, pero ya no era dominante, me volví un ser oscuro de las sombras. Y todavía en el instituto alguno se relamió alguna buena hostia en el descanso entre clase y clase, debía de ser buenas y contundentes porque ninguna abría la boca ni las piaba a los profesores, vamos, que eran hostias que llenaban y saciaban y la gente no quería repetir.
Me recuerdas al típico niñato del instuto, repetidor, por supuesto, que iba siembre de guay. En pleno invierno aparecia en clases de educacion fisica en tirantas, se ponia a comer gusanitos en clase, se hacia tatuajes con la aguja del compas y tenia amedrentados a media clase, entre los que me encontraba yo, con sus yoyas. Con el tiempo lo vi en un puesto callejero vendiendo frutas junto a su padre, en un mercadillo. Agachó miserablemente la mirada y pude sentir su terrible vergüenza y su pesar por haberse pasado los años de estudiante haciendo el payaso para hacer reir a gente que ya ni siquiera se acordaba de él. Imagínate lo que podrias haber sido en la vida de haber estudiao.
 
Todavía te da miedo, di la verdad.
Que va, eso fue en 2º de BUP, y yo di el estirón en 3º. El jodío ademas de repetidor era de esos al que le cambió la voz con 10 años y tenia granos hasta en los párpados. Una mala bestia, pero se quedó ahí y yo crecí y crecí hasta mi metrochenta actual. Me dió pena, la verdad, porque me acordaba cuando corriamos en el patio en pleno mes de enero, todos tiritando, y él ahi con sus tirantes y sus calzonas Karhu haciendo el gamba. Y ya si me dices que era por ligar pues todavia, pero el tio era feo de solemnidad.
 
Yo de lo que me acuerdo con claridad fue de una vez que estaba en el suelo revolcandome en plan vacile con varios compis y ver a un gracioso de mierda salir corriendo para quitarme la mochila y tirarla fue del colegio (como solían hacer).
Pues se me ocurrió desde el suelo hacerle una zancadilla y entre la velocidad y la patada que le largas salió por los aires y se reventó la cara contra un poste de portería de fútbol sala...
Lleno de sangre y dando trompicones del mareo me quería pegar, le llamé maricona y le dejamos sólo dando vueltas como una peonza.
 
LLoró de la verguenza. Es broma, pero cogió un buen cabreo.
Hubo por aquí un forero que caneó a su padre, no mucho, una guantá, y se le afeaba eso cada dos por tres (yo también) y se me ha olvidado ya el figura. ¿Quién era?
 
En la escuela recuerdo peleas a cientos. Pero lo típico que en el recreo se dan unas hostias con toda la mala leche que se consigue sacar y en la siguiente clase le estás prestando el retulador rojo por que el suyo ya no pinta y el te presta la goma milán por que le has dado la tuya a Mari Carmen que te la pidió sólo por ver que le puede sacar al imbécil que sabe que está colado por ella. No se yo si eso cuenta como peleas.

En el instituto fueron pocas pero mas serias. Un par sólo. Perdidas frente a los típicos capullos que hoy llaman acosadores. Pero las hostias que les di fueron lo bastante convincentes de que se buscaran otras victimas que no devolvieran la agresión. Al poco tiempo incluso te llevas bien con ellos.

Y de las de borrachera no me acuerdo ni dónde ni cuando. Menos con quién.

¿Te parece un historial pobre y sin interés? Lo es. No haber preguntado.
 
De pequeño era un broncas, supongo que pura incapacidad para la relación con el resto, además era de diciembre y muchos me sacaban casi un año. Me daba igual. He de decir que me metía con mayores a los que le hacia gracia y me sujetaban sin más. La última vez que me peleé debió ser en sexto de egb. Luego era un vacilón de la leche, me metía con todo dios pero en plan risas, el típico gilipollas que te pillaba en un grupo y dejaba tirado por todos los lados, imagino que por lo mismo, incapacidad para comunicarme con normalidad con los congeneres. Sin embargo y aunque anduvo cerca nunca me llevé una toña, supongo que dentro de lo imbecil que podía ser sabía ver las señales de parar. No he intercambiado hostias adultas ni por error.
 
Le pegué una hostia a mano abierta a una pobre retrasada leve con la que me sentaron cuando los pupitres eran de dos, en tercero de primaria sería, 8/9 años. Me sentaron con ella para que le explicara algunas cosas, yo era la empollona y la única que no la insultaba. Pero no sé, aquel día no paraba de hablar y yo sólo quería que se callara. Todavía recuerdo su llanto, no se defendió, y a la profesora diciéndome, qué decepción, Candela, ¿tú?, Y ya llorando las dos, retra y yo, abrazadas, y yo pidiéndole perdón. Pero ya nos separaron.

Lo otro fue una pelea con una pareja de gordos que decían que me estaba riendo de ellos, de la que me zafé borracha perdida girando sobre mí misma y arañando como un gato montés.

Peleas 'serias' nunca. Y las que he tenido han sido con mi hermano... y una vez con un gitano. Y para de contar.
Por qué os pegáis entre hermanos? Joder!
 
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