Mirando las cuentas de DASNIL 95 nos podemos dar cuenta de que más del 90% de su negocio giraba en torno a las
«asesorías verbales» que brindaban al club culé desde un periodo –reconocido por el ex presidente
Josep María Bartomeu– que
comenzó en 2003 con la primera presidencia de Joan Laporta en el club.
Así las cosas, en 2016 –el primer año que investiga la Fiscalía de Barcelona– la empresa DASNIL 95 registró
una facturación de 567.136 euros y de ellos 532.728 provinieron de las arcas del club culé por estos asesoramientos de los que no existen documentos físicos al haberse producido de forma verbal.
Al año siguiente, en 2017, DASNIL 95
movió 562.840 euros de los cuales 541.752 vinieron de la entidad culé, mientras que en 2018 de los
329.373 euros declarados por la empresa 318.200 vinieron de las arcas de club azulgrana.
Los números dejan claro que DASNIL 95
fue una empresa tapadera creada por José María Enríquez Negreira y su familia. El que fuese mano derecha de Victoriano Sánchez Arminio –presidente del Comité Técnico de Árbitros durante 25 años– se benefició de su posición para cobrar un sobresueldo y además admitió ante la Fiscalía sus comportamiento reprochables.
«El Barcelona pagaba para asegurarse de que no se tomasen decisiones arbitrales en su contra», concluyó la Agencia Tributaria ante las excusas de José María Enríquez Negreira. DASNIL 95 ganó una enorme cantidad de dinero gracias a un equipo culé que hizo todo lo posible para tener a los colegiados a su favor tras realizar esos cuantiosos desembolsos.