Mi coto de caza, señor de la montaña, suele ser la Alameda. Tipas de todo tipo tendiendo al pijoflautismo, es decir, pijas (que son las que están más buenas me digan lo que me digan) con actitud perroflautica de libertad, experimentación, buen rollito y cultura gafapastosa; una combinación más que sugerente. Llego yo, con mi camisa de piñas, me fijo en la que lleve algún distintivo de algún grupajo de mierda o que indique que le mola tal o cual cosa, según lo que vea le entro de una manera o de otra, palique coquero, invitación a copa, risas y ala, a chuparme el nabo. Asín de fácil. A veces caen buenorras, a veces normalitas y a veces trasgos del averno, pero hágame caso, dese un rulo por la Alameda y haga la prueba.