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TOTOTOTOTOTOTOTOTOTOTOTO...

MOMA TEIC DIS BEIG FROMI
AI CEN YUSET ENIMORR
ISGETIN DORKTUDORTU SIIIII
FILSLAIC AM NAQUINAN JEVENS DOR

(TODOS JUNTOS!)

NAKNAKNAKIN AN JEVENS DOR

EIEIEIEIEI

NAKNAKNAKIN AN JEVENS DUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR

UUUUUUUUUUUUUUUU YEEEEEEEE

NAKNAKNAKIN AN JEVENS DUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR
 
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NO VALES NI PARA CHARLATÁN, HIJO DE PUTA. TIENE MÁS LABIA EL ANO DIARREICO DE TU PUTA ABUELA MUERTA SUDACA HIJO DE PUTA
 
NO VALES NI PARA CHARLATÁN, HIJO DE PUTA. TIENE MÁS LABIA EL ANO DIARREICO DE TU PUTA ABUELA MUERTA SUDACA HIJO DE PUTA

Todo este odio que emanas tan solo esconde una inmensa debilidad, la depresión y la ansiedad deben estar jugando con tu psiquis en este preciso momento.

Estoy aquí aún a expensas de tus ofensas con la intención de ayudarte, tu odio no tiene efecto alguno en mi persona, tus ofensas me resultan irrelevantes pero la convicción que en este momento tiene mi corazón para contigo, para tu bienestar y deseo de verte obtener el éxito y hacerte mejor persona es muchísimo más fuerte que todo el odio que puede haber escondido en tu corazón.

Hermano de foro Te mando un abrazo y le pido fervorosamente a la vida y al universo a todo aquello sagrado y positivo que te dé la oportunidad de cambiar y así convertirte en una mejor persona.
 
Última edición:
Todo este odio que emanas tan solo esconde una inmensa debilidad, la depresión y la ansiedad deben estar jugando con tu psiquis en este preciso momento.

Estoy aquí aún a expensas de tus ofensas con la intención de ayudarte, tu odio no tiene efecto alguno en mi persona, tus ofensas me resultan irrelevantes pero la convicción que en este momento tiene mi corazón para contigo, para tu bienestar y deseo de verte obtener el éxito y hacerte mejor persona es muchísimo más fuerte que todo el odio que puede haber escondido en tu corazón.

Hermano de foro Te mando un abrazo y le pido fervorosamente a la vida y al universo a todo aquello sagrado y positivo que te dé la oportunidad de cambiar y así convertirte en una mejor persona.
De hermanos de foro, nada.

Como mucho eres nuestra mascota.
 
Todo este odio que emanas tan solo esconde una inmensa debilidad, la depresión y la ansiedad deben estar jugando con tu psiquis en este preciso momento.

Estoy aquí aún a expensas de tus ofensas con la intención de ayudarte, tu odio no tiene efecto alguno en mi persona, tus ofensas me resultan irrelevantes pero la convicción que en este momento tiene mi corazón para contigo, para tu bienestar y deseo de verte obtener el éxito y hacerte mejor persona es muchísimo más fuerte que todo el odio que puede haber escondido en tu corazón.

Hermano de foro Te mando un abrazo y le pido fervorosamente a la vida y al universo a todo aquello sagrado y positivo que te dé la oportunidad de cambiar y así convertirte en una mejor persona.

LA EDUCACIÓN: DIÁLOGO, CONVENCIMIENTO, CONSENSO GIUSEPPE FLORES D’ARCAIS (*) RESUMEN. Se sintetiza la concepción de la relación educativa a modo de diálogo entre dos personas, presentando un proyecto de valoración de sí mismo y en consecuencia con el afán de construir, mediante un consenso en constante renovación, un espacio educativo libre y dinámico, localizando en la formación del caballero medieval y del cortesano renacentista momentos históricamente significativos para la pedagogía moderna, siendo la obra de Cervantes una de las más fascinantes ilustraciones literarias de esta problemática. ABSTRACT. This article synthesizes the concept of the educational relation as a dialogue between two individuals, presenting a project of self-assessment and hence as a quest to build, by means of a consensus in consistent renewal, a free and dynamic space for education located in the preparation of a medieval knight and the Renaissance courtier in times of great historical significance for modern education. In this respect, Cervantes' oeuvre is one of the most fascinating literary illustrations of this problem. Revista de Educación, núm. extraordinario (2004), pp. 221-225. Fecha de entrada: 08-03-2004 mejor modo, la claridad intelectual necesaria para una decisión operativa. Y todavía, deteniéndonos en este punto, se mantendría el riesgo de un individualismo solipsístico (cerrado en sí mismo, o, al menos, abierto al diálogo con otros en la base de mera «tolerancia») o prevaricador (si se quisiera instituir la singularidad con voluntad de potencia o de dominio: como sucede políticamente con la tiranía, socialmente con la llamada a la «fuerza», y pedagógicamente –y aquí interesa considerar este aspecto especialmente– con el llamamiento explícito a la autoridad magistral). Resulta muy evidente que, de ésta y otras formas análogas, la relación educativa se presenta inevitablemente de manera unidireccional, de modo que la dependencia del otro del estudiante –o bien educando– no limita la autonomía, ni descuida, negándolo, el valor personal. Sin el adecuado reconocimiento de la otra «persona», ¿cómo hablar de educación? Si este valor constituye el primum, la lógica impone que la relación educativa reconozca y de esta forma construya un «espacio» –el «espacio educativo»– en el que se desarrolla mediante el diálogo, la comparación entre posiciones diversas, e incluso contrarias, que puede ofrecer un educador y un educando, un maestro y un estudiante, una tradición que quiere continuar y una exigencia de transformación e innovación. Conviene que el hombre sepa emplear, para alcanzar este objetivo, palabras argumentativas, si existe el riesgo de ceder a posturas individuales y utilitaristas, hecho expuesto por la antigua sofística, a nivel práctico pero también teórico. También es posible que, por otra parte, con el actual conocimiento y empleo de las técnicas argumentativas, se sepa llegar a algunos resultados –especialmente en el ámbito político, comercial y publicitario– que lejos de ser interpretables en términos de «racionalidad», revelen más bien las posturas que yo denomino psicopedagógicas, las de la llamada persuasión oculta. Cierto es, existe una capacidad manipuladora de la palabra, así como de hacerla convergir hacia objetivos preestablecidos, claramente utilitarios. No olvidemos, en el campo de la pedagogía, o más explícitamente escolar, la fascinación que un maestro puede ejercer sobre sus alumnos: el estímulo emotivo y productivo de los resultados, a veces más eficaz que la rigurosa demostración de un teorema matemático. Y nuevamente, la persona, como no sólo es logos (racionalidad lógico-discursiva), tampoco es eros (emotividad, afectividad, etc.). Para ella, se emplea el criterio et-et. Y ello precisa proceder no por la vía de la argumentación persuasiva, sino por la del convencimiento, de modo que la argumentación, aunque no basada en la razón, esté siempre en condiciones de mostrar la propia racionalidad, lo que significa que prevalezca la no contradicción. La razón del argumentar viene del destino de los procedimientos de tipo analógico, incluso cuando la analogía se convierte en metáfora o símbolo. Además, el signo lingüístico consiste en «algo» que existe en lugar de otra cosa, y que todavía no es copia sino imagen, con la consiguiente inevitabilidad de deber cumplir la investigación hermenéutica: interpretación. La acción del convencimiento es pedagógicamente posible sólo si se arriesga a crear un «espacio educativo» en que puede tener lugar la comparación (también podrá haber al principio un enfrentamiento) entre el educador y el educando. Sin ese «espacio» no puede existir el autoritarismo de quien impone o transmite al otro, forzado sólo a recibir y a repetir; o si lo hay, la espontaneidad apela al dato «natural». No existe, en ninguna de las situaciones, ninguna forma de comparar y debatir posibles diferencias o divergencias: de opiniones, de teorizaciones, de Weltanschauungen. 222 También se observa en el educando una actitud de «inmadurez», perceptible en quien no es capaz de advertir la propia identidad personal, o en quien se encuentra en una posición de no-normalidad, a la que se refiere cierta psicología humanística. En esta situación, obviamente se impone un proceso previo de reeducación, o normalización, que podría precisar prestaciones de tipo claramente terapeútico. En condiciones de normalidad también es posible que la personalidad del educando, especialmente en ciertas fases del desarrollo biofisiológico, manifieste una clara oposición en los debates del educador, sin llegar a una radical oposición, y para considerar claramente positiva la diversidad de las posiciones; siempre vinculada al modo evidentemente personal en que cada cual considera el propio «valor». Es evidente que el «espacio educativo» implica, en primer lugar, la posibilidad de testimoniar, por parte de los dos polos de la relación, educador y educando, al propio ser personal en su dimensión axiológica, lo que conduce al respeto y el reconocimiento de la dignidad personal, entre ambos. Es el fundamento –auténticamente personalistico– para las posteriores consideraciones. Para que el proyecto educativo encuentre después el adecuado consenso, será necesario estudiar los objetivos, los tipos de aplicación, los instrumentos empleados y las consecuencias que podrán derivar de ello: y esto conllevará nuevamente el debate, la comparación, la revisión crítica, los análisis histórico-empíricos y la disposición de las partes individules en un todo (no ya en el todo) Si el consenso que se desea alcanzar es el «escuchar» juntos y el «participar», éste debe ser el presupuesto de cualquier «proyecto educativo», cuyos contenidos y metodologías procedimentales constituirán las «variables» condicionadas por las situaciones concretas existenciales y los múltiples itinerarios posibles. Diálogo, convencimiento, consenso: de ahí la evidente pluralidad de actitudes, o, como se le suele llamar, el pluralismo cultural, que debe considerarse no desde el punto de vista de la antropología cultural, sino del de la pedagogía que vela por lo que debe hacerse, y para obtener siempre, precisamente, mayor consenso, convencimiento y diálogo. De este modo el deber ser se cumple al ser: mediante el posse1, retornando a la divisa renacentista del esse-posse-velle2, «interiorizada» en la persona, que permite aprovechar el vínculo estructural entre presente y futuro, la existencia actual y la existencia como proyecto. La posibilidad de alcanzar objetivos se individualiza en el proceso del vivir y se traduce en un dinamismo personal que siempre lleva a la persona a responder mejor a su identidad: en ella se encuentra su personal valor. Y es una identidad no construida de manera indefinida: debe consolidarse y validarse continuamente y sobre todo prosperar como proyecto de vida, en que la responsabilidad humana se identifica con el compromiso educativo. Es interesante observar la evolución de la cultura humanística desde su inicio medieval hasta la corte de la Europa renacentista. De la educación del gentilhombre de Montaigne, en que la cultura deviene sabiduría, la transición a la cultura de la Corte es fácil e inmediata, lo que no significa que desde el punto de vista cronológico pueda ser documentada. Conviene tomar, sin obviar la disposición temporal, 223 (1) N. del T.: del latín, poder. (2) N. del T.: del latín, la divisa significa: ser-poder-querer (realización-potencia-voluntad), retomando tal vez la máxima de Epicteto: Tu enim foelicitatis est posse quantum velis, sic magnitudinis velle quantum possi, esto es: el más alto grado de felicidad consiste en poder lo que se quiere; y el de grandeza, en querer lo que se puede. aquello que pertenece al desarrollo ideal de cada situación. Existe una cultura cortesana, que se desarrolla en los ambientes aristocráticos de los príncipes y sus señores, en Italia; de los soberanos, fuera de Italia. Lo primero es indagar en la Edad Media, en la educación de la caballería que es uno de los aspectos concretos de la pedagogía medieval, por qué es la que más se aleja de la educación escolar, o si en la misma caballería se encuentra un fundamento de espiritualidad religiosa que asegure la validez y evidencie las prerrogativas. El nacimiento de la caballería está íntimamente relacionado con las formas de vida social y políticas propias del feudalismo medieval, así como con el principio regente de las conductas enérgicas, en ocasiones brutales, propias de la clase feudal. Y una vez más, la Iglesia interviene para disciplinar y corregir: la fuerza individual y el espíritu aventurero se consagran a las mayores empresas sociales, políticas y religiosas, que presenta la situación histórica, y son, por ejemplo, las batallas contra los musulmanes de España y las cruzadas. El caballero adquiere así una disciplina, refina la virtud del coraje, comprueba la necesidad de la obediencia a la ley, la generosidad, la buena fe, el altruismo, y emplea su propia fuerza para defender a los débiles o proteger a las mujeres. Si al principio el orgullo, el amor al duelo, el desprecio a los inferiores, la violencia y la crueldad para con los vencidos parecen conceder el auténtico «valor», llevar una vestimenta cada vez más refinida, tener mayores relaciones sociales, el nuevo espíritu de un humanismo que se adelanta al futuro, llevan a transformar el ideal caballeresco en ideal cortés. El duelo se convierte en torneo, la obediencia en servicio a la dama, la generosidad, en el refinamiento y la elegancia, la gentileza en pasión amorosa, la vida libre y autónoma del caballero en vida social en la Corte y los castillos. De todo esto es prueba la literatura que se hace narración y poesía lírica, o descripción refinada. Y las artes figurativas, en Italia y el extranjero, son los siguientes testimonios. La educación caballeresca también se transforma: en un primer momento el caballero tenía que aprender el oficio de las armas, después el cabalgar y manejar diestramente la espada se convierten en ejercicios necesarios para los torneos, y por esta razón se preocupa no sólo por fortalecer su cuerpo, sino de que sus movimientos sean elegantes. Y si al principio el caballero no tenía necesidad de conocer la literatura, y mucho menos de leer y escribir, más tarde las exigencias de la vida de la Corte le conducen a la poesía y a cantar versos de amor a su dama. Y en este punto podemos hablar en sentido propio de la existencia de un programa educativo de la caballería, con dos períodos distintos: educación del paje, de los siete a los 14 años; educación del escudero, de los 14 a 21. Se envía al niño de familia noble a la Corte o al castillo de uno de los principales feudatarios, se convierte en paje de la dama, aprende los servicios de la corte, la religión, las artes del trivio y música, y conoce las gestas de los valientes caballeros. Se hace escudero y pasa al servicio del señor: aprende las nociones del amor cortés (gentileza, generosidad, elegancia al hablar, canto y música), los instrumentos de la guerra (cabalgar, participar en torneos, manejo de armas, la caza común o cetrería). A los 21 años una ceremonia religiosa solemne –como una investidura– le arma caballero: se bendice su espada, jura amar a la Iglesia y sus hermanos, luchar contra los malvados, respetar al clero, proteger a las mujeres y los niños, defender su país y seguir el siguiente decálogo: – cre
 
Y Del creador de "forojaldre se muere" y "Max en el manicomio" llega "el club de los sucnormales de Paguita".
 
LA EDUCACIÓN: DIÁLOGO, CONVENCIMIENTO, CONSENSO GIUSEPPE FLORES D’ARCAIS (*) RESUMEN. Se sintetiza la concepción de la relación educativa a modo de diálogo entre dos personas, presentando un proyecto de valoración de sí mismo y en consecuencia con el afán de construir, mediante un consenso en constante renovación, un espacio educativo libre y dinámico, localizando en la formación del caballero medieval y del cortesano renacentista momentos históricamente significativos para la pedagogía moderna, siendo la obra de Cervantes una de las más fascinantes ilustraciones literarias de esta problemática. ABSTRACT. This article synthesizes the concept of the educational relation as a dialogue between two individuals, presenting a project of self-assessment and hence as a quest to build, by means of a consensus in consistent renewal, a free and dynamic space for education located in the preparation of a medieval knight and the Renaissance courtier in times of great historical significance for modern education. In this respect, Cervantes' oeuvre is one of the most fascinating literary illustrations of this problem. Revista de Educación, núm. extraordinario (2004), pp. 221-225. Fecha de entrada: 08-03-2004 mejor modo, la claridad intelectual necesaria para una decisión operativa. Y todavía, deteniéndonos en este punto, se mantendría el riesgo de un individualismo solipsístico (cerrado en sí mismo, o, al menos, abierto al diálogo con otros en la base de mera «tolerancia») o prevaricador (si se quisiera instituir la singularidad con voluntad de potencia o de dominio: como sucede políticamente con la tiranía, socialmente con la llamada a la «fuerza», y pedagógicamente –y aquí interesa considerar este aspecto especialmente– con el llamamiento explícito a la autoridad magistral). Resulta muy evidente que, de ésta y otras formas análogas, la relación educativa se presenta inevitablemente de manera unidireccional, de modo que la dependencia del otro del estudiante –o bien educando– no limita la autonomía, ni descuida, negándolo, el valor personal. Sin el adecuado reconocimiento de la otra «persona», ¿cómo hablar de educación? Si este valor constituye el primum, la lógica impone que la relación educativa reconozca y de esta forma construya un «espacio» –el «espacio educativo»– en el que se desarrolla mediante el diálogo, la comparación entre posiciones diversas, e incluso contrarias, que puede ofrecer un educador y un educando, un maestro y un estudiante, una tradición que quiere continuar y una exigencia de transformación e innovación. Conviene que el hombre sepa emplear, para alcanzar este objetivo, palabras argumentativas, si existe el riesgo de ceder a posturas individuales y utilitaristas, hecho expuesto por la antigua sofística, a nivel práctico pero también teórico. También es posible que, por otra parte, con el actual conocimiento y empleo de las técnicas argumentativas, se sepa llegar a algunos resultados –especialmente en el ámbito político, comercial y publicitario– que lejos de ser interpretables en términos de «racionalidad», revelen más bien las posturas que yo denomino psicopedagógicas, las de la llamada persuasión oculta. Cierto es, existe una capacidad manipuladora de la palabra, así como de hacerla convergir hacia objetivos preestablecidos, claramente utilitarios. No olvidemos, en el campo de la pedagogía, o más explícitamente escolar, la fascinación que un maestro puede ejercer sobre sus alumnos: el estímulo emotivo y productivo de los resultados, a veces más eficaz que la rigurosa demostración de un teorema matemático. Y nuevamente, la persona, como no sólo es logos (racionalidad lógico-discursiva), tampoco es eros (emotividad, afectividad, etc.). Para ella, se emplea el criterio et-et. Y ello precisa proceder no por la vía de la argumentación persuasiva, sino por la del convencimiento, de modo que la argumentación, aunque no basada en la razón, esté siempre en condiciones de mostrar la propia racionalidad, lo que significa que prevalezca la no contradicción. La razón del argumentar viene del destino de los procedimientos de tipo analógico, incluso cuando la analogía se convierte en metáfora o símbolo. Además, el signo lingüístico consiste en «algo» que existe en lugar de otra cosa, y que todavía no es copia sino imagen, con la consiguiente inevitabilidad de deber cumplir la investigación hermenéutica: interpretación. La acción del convencimiento es pedagógicamente posible sólo si se arriesga a crear un «espacio educativo» en que puede tener lugar la comparación (también podrá haber al principio un enfrentamiento) entre el educador y el educando. Sin ese «espacio» no puede existir el autoritarismo de quien impone o transmite al otro, forzado sólo a recibir y a repetir; o si lo hay, la espontaneidad apela al dato «natural». No existe, en ninguna de las situaciones, ninguna forma de comparar y debatir posibles diferencias o divergencias: de opiniones, de teorizaciones, de Weltanschauungen. 222 También se observa en el educando una actitud de «inmadurez», perceptible en quien no es capaz de advertir la propia identidad personal, o en quien se encuentra en una posición de no-normalidad, a la que se refiere cierta psicología humanística. En esta situación, obviamente se impone un proceso previo de reeducación, o normalización, que podría precisar prestaciones de tipo claramente terapeútico. En condiciones de normalidad también es posible que la personalidad del educando, especialmente en ciertas fases del desarrollo biofisiológico, manifieste una clara oposición en los debates del educador, sin llegar a una radical oposición, y para considerar claramente positiva la diversidad de las posiciones; siempre vinculada al modo evidentemente personal en que cada cual considera el propio «valor». Es evidente que el «espacio educativo» implica, en primer lugar, la posibilidad de testimoniar, por parte de los dos polos de la relación, educador y educando, al propio ser personal en su dimensión axiológica, lo que conduce al respeto y el reconocimiento de la dignidad personal, entre ambos. Es el fundamento –auténticamente personalistico– para las posteriores consideraciones. Para que el proyecto educativo encuentre después el adecuado consenso, será necesario estudiar los objetivos, los tipos de aplicación, los instrumentos empleados y las consecuencias que podrán derivar de ello: y esto conllevará nuevamente el debate, la comparación, la revisión crítica, los análisis histórico-empíricos y la disposición de las partes individules en un todo (no ya en el todo) Si el consenso que se desea alcanzar es el «escuchar» juntos y el «participar», éste debe ser el presupuesto de cualquier «proyecto educativo», cuyos contenidos y metodologías procedimentales constituirán las «variables» condicionadas por las situaciones concretas existenciales y los múltiples itinerarios posibles. Diálogo, convencimiento, consenso: de ahí la evidente pluralidad de actitudes, o, como se le suele llamar, el pluralismo cultural, que debe considerarse no desde el punto de vista de la antropología cultural, sino del de la pedagogía que vela por lo que debe hacerse, y para obtener siempre, precisamente, mayor consenso, convencimiento y diálogo. De este modo el deber ser se cumple al ser: mediante el posse1, retornando a la divisa renacentista del esse-posse-velle2, «interiorizada» en la persona, que permite aprovechar el vínculo estructural entre presente y futuro, la existencia actual y la existencia como proyecto. La posibilidad de alcanzar objetivos se individualiza en el proceso del vivir y se traduce en un dinamismo personal que siempre lleva a la persona a responder mejor a su identidad: en ella se encuentra su personal valor. Y es una identidad no construida de manera indefinida: debe consolidarse y validarse continuamente y sobre todo prosperar como proyecto de vida, en que la responsabilidad humana se identifica con el compromiso educativo. Es interesante observar la evolución de la cultura humanística desde su inicio medieval hasta la corte de la Europa renacentista. De la educación del gentilhombre de Montaigne, en que la cultura deviene sabiduría, la transición a la cultura de la Corte es fácil e inmediata, lo que no significa que desde el punto de vista cronológico pueda ser documentada. Conviene tomar, sin obviar la disposición temporal, 223 (1) N. del T.: del latín, poder. (2) N. del T.: del latín, la divisa significa: ser-poder-querer (realización-potencia-voluntad), retomando tal vez la máxima de Epicteto: Tu enim foelicitatis est posse quantum velis, sic magnitudinis velle quantum possi, esto es: el más alto grado de felicidad consiste en poder lo que se quiere; y el de grandeza, en querer lo que se puede. aquello que pertenece al desarrollo ideal de cada situación. Existe una cultura cortesana, que se desarrolla en los ambientes aristocráticos de los príncipes y sus señores, en Italia; de los soberanos, fuera de Italia. Lo primero es indagar en la Edad Media, en la educación de la caballería que es uno de los aspectos concretos de la pedagogía medieval, por qué es la que más se aleja de la educación escolar, o si en la misma caballería se encuentra un fundamento de espiritualidad religiosa que asegure la validez y evidencie las prerrogativas. El nacimiento de la caballería está íntimamente relacionado con las formas de vida social y políticas propias del feudalismo medieval, así como con el principio regente de las conductas enérgicas, en ocasiones brutales, propias de la clase feudal. Y una vez más, la Iglesia interviene para disciplinar y corregir: la fuerza individual y el espíritu aventurero se consagran a las mayores empresas sociales, políticas y religiosas, que presenta la situación histórica, y son, por ejemplo, las batallas contra los musulmanes de España y las cruzadas. El caballero adquiere así una disciplina, refina la virtud del coraje, comprueba la necesidad de la obediencia a la ley, la generosidad, la buena fe, el altruismo, y emplea su propia fuerza para defender a los débiles o proteger a las mujeres. Si al principio el orgullo, el amor al duelo, el desprecio a los inferiores, la violencia y la crueldad para con los vencidos parecen conceder el auténtico «valor», llevar una vestimenta cada vez más refinida, tener mayores relaciones sociales, el nuevo espíritu de un humanismo que se adelanta al futuro, llevan a transformar el ideal caballeresco en ideal cortés. El duelo se convierte en torneo, la obediencia en servicio a la dama, la generosidad, en el refinamiento y la elegancia, la gentileza en pasión amorosa, la vida libre y autónoma del caballero en vida social en la Corte y los castillos. De todo esto es prueba la literatura que se hace narración y poesía lírica, o descripción refinada. Y las artes figurativas, en Italia y el extranjero, son los siguientes testimonios. La educación caballeresca también se transforma: en un primer momento el caballero tenía que aprender el oficio de las armas, después el cabalgar y manejar diestramente la espada se convierten en ejercicios necesarios para los torneos, y por esta razón se preocupa no sólo por fortalecer su cuerpo, sino de que sus movimientos sean elegantes. Y si al principio el caballero no tenía necesidad de conocer la literatura, y mucho menos de leer y escribir, más tarde las exigencias de la vida de la Corte le conducen a la poesía y a cantar versos de amor a su dama. Y en este punto podemos hablar en sentido propio de la existencia de un programa educativo de la caballería, con dos períodos distintos: educación del paje, de los siete a los 14 años; educación del escudero, de los 14 a 21. Se envía al niño de familia noble a la Corte o al castillo de uno de los principales feudatarios, se convierte en paje de la dama, aprende los servicios de la corte, la religión, las artes del trivio y música, y conoce las gestas de los valientes caballeros. Se hace escudero y pasa al servicio del señor: aprende las nociones del amor cortés (gentileza, generosidad, elegancia al hablar, canto y música), los instrumentos de la guerra (cabalgar, participar en torneos, manejo de armas, la caza común o cetrería). A los 21 años una ceremonia religiosa solemne –como una investidura– le arma caballero: se bendice su espada, jura amar a la Iglesia y sus hermanos, luchar contra los malvados, respetar al clero, proteger a las mujeres y los niños, defender su país y seguir el siguiente decálogo: – cre

Un ladrillo de texto es...?
 
lgo bastante mal visto en la mayoría, y de hecho prácticamente en todas, las comunidades virtuales, incluyendo foros, sistemas de chat, redes sociales y la wikinueces. No deberías ladrillear porque podría comportarte un ban en muchos sitios, a no ser que el sitio implícitamente alente los ladrillos. Particularmente dudo que exista tal sociedad cibernética que apoye algo tan irritante y molesto como los ladrillos, pero sabiendo que en internet hay de todo no me precipito en mi juicio y admito que podría ser posible que existiera, ya que a menos que estés muerto todo es posible. De todos modos no estoy en condiciones de asegurarlo, es solamente una hipótesis un poco absurda. O no tan absurda si te paras a pensarlo bien, puedes crear un sitio que apoye la creación de ladrillos, pero serías realmente odiado si hicieras eso, incluso por sus propios miembros aficionados a cagar ladrillos, así que no te recomiendo que lo hagas. De todos modos puedes hacerlo si lo deseas, pero no sería una práctica aconsejable. En lo que respecta a los ladrillos en sí, son tan antiguos como las comunidades que los odian. Los ladrillos se inventaron cuando se inventó internet, aunque de hecho era una versión muy primitiva y lenta de internet que no se parece a la actual red que conocemos y en la que nos comunicamos intentanto evitar los ladrillos de texto. En algún momento internet se volvió más rápido, pero eso no cambió para nada la percepción respecto a los ladrillos, de hecho vino a reforzarla ya que admitió la creación de más comunidades virtuales capaces de albergar ladrillos y también usuarios que odian los ladrillos. Dudo que ninguna comunidad quisiera pasar a ser conocida como la "creadora de los ladrillos", pero no es descabellado conjeturar que tal comunidad existió en algún punto de la historia, aunque el rechazo sistemático de los ladrillos posiblemente hace que incluso los usuarios primigenios de esa plataforma quisieran olvidarlo y desmarcarse de ostentar ese dudoso honor. Así que básicamente nadie en la actualidad sabe a ciencia cierta quién ni dónde inventó los ladrillos, pero es evidente que alguien tuvo que hacerlo en algún lugar, atentando contra el sentido común y la netiquette. Probablemente lo hiciera un noob, aunque no es seguro. Quizás fue un usuario veterano deseoso de dinamitar la reputación de su comunidad virtual desde dentro para provocar que la comunidad fuera conocida como la "creadora original de ladrillos", que son un concepto que la gente odia, y precisamente por eso te desaconsejo que los crees. Los ladrillos normalmente están llenos de información totalmente inútil o redundante. La información inútil no tiene por qué ser redundante, pero casi toda la información redundante es inútil, y realmente sólo es inútil y redundante cuando además de no tener utilidad se repite en varios puntos del ladrillo. Normalmente la información inútil de los ladrillos es relativa a la comunidad que los aloja, pero los peores ladrillos, los más irritantes, son los que además de contener información inútil contienen información aleatoria, que no tiene por qué ser inútil, aunque normalmente sí que lo es. Por eso los ladrillos acostumbran a cabrear a los lectores, no tanto porque saturen la red como hacían antaño, cuando internet era más lento y transmitir los datos era más costoso, sino porque son molestos ya que contienen estímulos informativos que no han sido requeridos por sus destinatarios. En realidad alguna gente puede tolerarlos, simplemente los ignoran. Una parte todavía más pequeña de lectores no sólo puede tolerarlos, además también los lee. Esa gente no tiene una capacidad de focalizar la atención tan mala como la mayoría, normalmente son esa clase de personas grises y pacientes que no tienen nada mejor que hacer o que tienen mucho tiempo libre y se toman las cosas con calma. Pero como son minoría significa que hay una mayoría de gente que no soporta los ladrillos, en realidad los odia. Es por eso que en la mayoría de comunidades virtuales son denostados, y el castigo para sus creadores varía en función de las reglas de cada comunidad y la rigidez y diligencia de los moderadores en su cumplimiento. Las penas también pueden cambiar según la pureza y la insidia del ladrillo en cuestión. Para ser realmente puro un ladrillo no debería contener links, ni fuentes de distinto tipo o color, sets de carácteres en codificaciones no estándar ni otros elementos que desvíen la atención de la contundencia del ladrillo. Es cierto que a menudo la simple extensión basta en muchas comunidades para catalogar un pedazo de texto como ladrillo, aunque necesariamente no tiene por qué ser así. Etimológicamente un ladrillo tampoco debe ser generado concatenando contenidos sin sentido porque desmonta el propio concepto del ladrillo, que debería ser una entidad de texto sólida con un significado propio. Obviamente también debe omitir los espacios, los saltos de línea y el texto que resalte respecto al resto del texto del ladrillo, como las frases en mayúsculas, en la medida de lo posible, para reforzar su contundencia y su apariencia de solidez. Es por eso que los párrafos normalmente no tienen cabida en los ladrillos de texto normativos y que a la gente le causan hastío, cansancio y confusión y otros efectos que si no relato no es porque no los sepa, sino porque es un "otros" retórico en el que emplazo al lector a imaginar conjuntos de efectos similares a los ya listados en base a la asociación de parecidos y la experiencia propia o ajena, por ejemplo, náusea, aburrimiento extremo, explosión craneal, etc, es algo evidente que no necesita explicación y realmente si alguien cree que con "otros" o "etc" se pretende desviar la cuestión respecto al listado de efectos completos debido a un presunto desconocimiento de toda su extensión, en lugar de un ahorro comprensible de caracteres y de esfuerzo al lector, sabiendo que fácilmente puede asociar debidamente esos otros efectos gracias a ese recurso retórico, es que es idiota. Por eso creo que deberías ser advertido sobre la inconveniencia de seguir generando ladrillos molestos como este, en el que reiteras una y otra vez los mismos conceptos para generar un efecto cómico realmente divertido pero que queda eclipsado por lo molesto que resulta el ladrillo. Los ladrillos pueden ser adaptados para parecer más amigables, en primer lugar borrándolos y reescribiendo su contenido para que sea más concreto, conciso, compacto, sintético, preciso y resumido, quepa en menos caracteres, contenga menos redundancia de datos y sea más legible por el lector o, en segundo lugar, reestructurándolos, modificándolos, editándolos, reorganizándolos y separando su contenido en párrafos. Lógicamente hay otras vías pero esas son las principales. De todos modos la gente que crea ladrillos como el tuyo suele ser considerado una molestia y francamente prescindible, así que eso podría ser el final de tu estancia entre nosotros. Aunque es aplaudible que crees tus ladrillos generando el contenido al vuelo cada vez, en lugar de copiando y pegando frase que ya has dicho anteriormente en el mismo post y reescribiéndola de maneras distintas para que parezca que estás ofreciendo un nuevo argumento cuando en realidad estás repitiendo lo mismo de antes, sólo que expresado de una forma distinta. Sería como si yo copiara todo lo que llevo escrito ya del tirón, por ejemplo, repitiendo innecesariamente que un ladrillo de texto es algo bastante mal visto en la mayoría, y de hecho prácticamente en todas, las comunidades virtuales, incluyendo foros, sistemas de chat, redes sociales y la wikinueces. No deberías ladrillear porque podría comportarte un ban en muchos sitios, a no ser que el sitio implícitamente alente los ladrillos. Particularmente dudo que exista tal sociedad cibernética que apoye algo tan irritante y molesto como los ladrillos, pero sabiendo que en internet hay de todo no me precipito en mi juicio y admito que podría ser posible que existiera, ya que a menos que estés muerto todo es posible. De todos modos no estoy en condiciones de asegurarlo, es solamente una hipótesis un poco absurda. O no tan absurda si te paras a pensarlo bien, puedes crear un sitio que apoye la creación de ladrillos, pero serías realmente odiado si hicieras eso, incluso por sus propios miembros aficionados a cagar ladrillos, así que no te recomiendo que lo hagas. De todos modos puedes hacerlo si lo deseas, pero no sería una práctica aconsejable. En lo que respecta a los ladrillos en sí, son tan antiguos como las comunidades que los odian. Los ladrillos se inventaron cuando se inventó internet, aunque de hecho era una versión muy primitiva y lenta de internet que no se parece a la actual red que conocemos y en la que nos comunicamos intentanto evitar los ladrillos de texto. En algún momento internet se volvió más rápido, pero eso no cambió para nada la percepción respecto a los ladrillos, de hecho vino a reforzarla ya que admitió la creación de más comunidades virtuales capaces de albergar ladrillos y también usuarios que odian los ladrillos. Dudo que ninguna comunidad quisiera pasar a ser conocida como la "creadora de los ladrillos", pero no es descabellado conjeturar que tal comunidad existió en algún punto de la historia, aunque el rechazo sistemático de los ladrillos posiblemente hace que incluso los usuarios primigenios de esa plataforma quisieran olvidarlo y desmarcarse de ostentar ese dudoso honor. Así que básicamente nadie en la actualidad sabe a ciencia cierta quién ni dónde inventó los ladrillos, pero es evidente que alguien tuvo que hacerlo en algún lugar, atentando contra el sentido común y la netiquette. Probablemente lo hiciera un noob, aunque no es seguro. Quizás fue un usuario veterano deseoso de dinamitar la reputación de su comunidad virtual desde dentro para provocar que la comunidad fuera conocida como la "creadora original de ladrillos", que son un concepto que la gente odia, y precisamente por eso te desaconsejo que los crees. Los ladrillos normalmente están llenos de información totalmente inútil o redundante. La información inútil no tiene por qué ser redundante, pero casi toda la información redundante es inútil, y realmente sólo es inútil y redundante cuando además de no tener utilidad se repite en varios puntos del ladrillo. Normalmente la información inútil de los ladrillos es relativa a la comunidad que los aloja, pero los peores ladrillos, los más irritantes, son los que además de contener información inútil contienen información aleatoria, que no tiene por qué ser inútil, aunque normalmente sí que lo es. Por eso los ladrillos acostumbran a cabrear a los lectores, no tanto porque saturen la red como hacían antaño, cuando internet era más lento y transmitir los datos era más costoso, sino porque son molestos ya que contienen estímulos informativos que no han sido requeridos por sus destinatarios. En realidad alguna gente puede tolerarlos, simplemente los ignoran. Una parte todavía más pequeña de lectores no sólo puede tolerarlos, además también los lee. Esa gente no tiene una capacidad de focalizar la atención tan mala como la mayoría, normalmente son esa clase de personas grises y pacientes que no tienen nada mejor que hacer o que tienen mucho tiempo libre y se toman las cosas con calma. Pero como son minoría significa que hay una mayoría de gente que no soporta los ladrillos, en realidad los odia. Es por eso que en la mayoría de comunidades virtuales son denostados, y el castigo para sus creadores varía en función de las reglas de cada comunidad y la rigidez y diligencia de los moderadores en su cumplimiento. Las penas también pueden cambiar según la pureza y la insidia del ladrillo en cuestión. Para ser realmente puro un ladrillo no debería contener links, ni fuentes de distinto tipo o color, sets de carácteres en codificaciones no estándar ni otros elementos que desvíen la atención de la contundencia del ladrillo. Es cierto que a menudo la simple extensión basta en muchas comunidades para catalogar un pedazo de texto como ladrillo, aunque necesariamente no tiene por qué ser así. Etimológicamente un ladrillo tampoco debe ser generado concatenando contenidos sin sentido porque desmonta el propio concepto del ladrillo, que debería ser una entidad de texto sólida con un significado propio. Obviamente también debe omitir los espacios, los saltos de línea y el texto que resalte respecto al resto del texto del ladrillo, como las frases en mayúsculas, en la medida de lo posible, para reforzar su contundencia y su apariencia de solidez. Es por eso que los párrafos normalmente no tienen cabida en los ladrillos de texto normativos y que a la gente le causan hastío, cansancio y confusión y otros efectos que si no relato no es porque no los sepa, sino porque es un "otros" retórico en el que emplazo al lector a imaginar conjuntos de efectos similares a los ya listados en base a la asociación de parecidos y la experiencia propia o ajena, por ejemplo, náusea, aburrimiento extremo, explosión craneal, etc, es algo evidente que no necesita explicación y realmente si alguien cree que con "otros" o "etc" se pretende desviar la cuestión respecto al listado de efectos completos debido a un presunto desconocimiento de toda su extensión, en lugar de un ahorro comprensible de caracteres y de esfuerzo al lector, sabiendo que fácilmente puede asociar debidamente esos otros efectos gracias a ese recurso retórico, es que es idiota. Por eso creo que deberías ser advertido sobre la inconveniencia de seguir generando ladrillos molestos como este, en el que reiteras una y otra vez los mismos conceptos para generar un efecto cómico realmente divertido pero que queda eclipsado por lo molesto que resulta el ladrillo. Los ladrillos pueden ser adaptados para parecer más amigables, en primer lugar borrándolos y reescribiendo su contenido para que sea más concreto, conciso, compacto, sintético, preciso y resumido, quepa en menos caracteres, contenga menos redundancia de datos y sea más legible por el lector o, en segundo lugar, reestructurándolos, modificándolos, editándolos, reorganizándolos y separando su contenido en párrafos. Lógicamente hay otras vías pero esas son las principales. De todos modos la gente que crea ladrillos como el tuyo suele ser considerado una molestia y francamente prescindible, así que eso podría ser el final de tu estancia entre nosotros. Pero sería redundante porque eso es lo que he escrito al principio, y justamente por eso no lo voy a hacer. En lugar de eso, para evitar caer en la repetición absurda, lo que debería hacer tras un punto y aparte es articular una nueva línea de discurso que de hecho podría ser la más importante, la tesis del post no tiene por qué ser anunciada precisamente en su inicio, y de hecho si fuera así podrías ignorar tranquilamente todo lo que he escrito hasta ahora y concentrarte en este nuevo argumento. Los ladrillos de texto fueron inventados por ingenieros usando máquinas de escribir. Anteriormente la escritura manual dificultaba enormemente la tarea de creación de ladrillos a los aficionados a los ladrillos, que eran públicamente repudiados porque la gente los odiaba a ellos y a sus ladrillos, y de hecho lo sigue haciendo. Así que todo el contenido del ladrillo estaba escrito en tipografía de máquina, porque realmente eran escritos a máquina y su objetivo era usar todo el papel posible, ya que era un artículo de lujo no tan disponible como los bytes de almacenamiento en una base de datos. Por eso ahorraban los márgenes en la medida de lo posible, si dejaban más centímetros de los deseables en el encabezado estaban desperdiciando espacio de otra manera ladrilleable, y por eso no lo hacían. Pero actualmente en los ladrillos digitales es fácil cambiar la fuente dentro del mismo ladrillo, por ejemplo, insertando enmedio del contenido una frase en comic sans, que es una fuente horrible, pero sirve a modo de ejemplo porque es diferente de la que estaba usando previamente y por lo tanto es fácilmente distinguible del resto del texto, lo cual no deberías hacer nunca para que tus ladrillos fueran realmente normativos y puros. Aunque de todos modos no deberías estar creando ladrillos así que es irrelevante qué deberías hacer o dejar de hacer para crear ladrillos más puros y superiores, eso para empezar.
 
Hace dos meses pedí cita con el psicólogo del seguro privado que nos dan en el trabajo. Tenía ansiedad, pensamientos catastróficos cada dos por tres, dificultad para dormir y me desvelaba con el más mínimo rayo de luz.

Acabo de firmar un contrato de trabajo en otro sitio. Creo que no es esto lo que pretendían al darnos la póliza, pero la verdad es que me ha venido de puta madre, lo último que me pasaba por la cabeza era que necesitara este cambio, porque en mi puesto actual estoy tranquilo, cómodo, casi afuncionariado. En cuanto he tenido objetivos y un propósito, la ansiedad ha desaparecido.
 
Cáncer está pidiendo una hostia a gritos, ¿es que ya no quedan moderados con cojones en este foro?
 
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