¿Pone el tiempo a cada uno en su sitio?
- Iniciador del tema iannakis
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Forero del todo a cien
Victor I
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- 24 Ene 2006
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Me gustaria llevar el asunto a unos niveles más terrenales. Repasando someramente el hilo parece que la mayoria estamos de acuerdo en la no existencia de un demiurgo justiciero que corrige los desmanes o premia los aciertos de sus criaturas. No existe una casualidad equitativa en función de nuestros actos. Mas que nuestros actos en mi mismos, la consecuencia de estos, esta más ligada al momento, al entorno y a las personas contra o favor de los que se dirigen.
No es lo mismo pincharle las ruedas al vecino de madrugada, que hacerlo delante de su narices. No es lo mismo putear a un inmigrante empleado tuyo, sin papeles, acuciado por las deudas y que necesita desesperadamente cualquier tipo de trabajo, que levantarle la voz a tu jefe o ponerte flamenco y pretender provocar a un campeón de boxeo de los pesos pesados. La repercusión de una acción esta fuertemente ligada al entorno en el que se desarrolla. Uno puede ser un hijo de puta devorador rabos de adolescentes, consumidor compulsivo de antipedresivos y con coprofilia enfermiza e irrecuperable, y en cambio mostrar una imagen públca perfectamente pulcra y elogiable. No somos lo que hacemos, sino lo que mostramos.
En general, sin llevar las cosas a los extremos, si trazamos una linea horizontal que represente los distintos grados del comportamiento humano, poniendo en cada extremo la maldad y la bondad absoluta, el mayor beneficio socio-económico lo obtendrán aquellos que se escoren ligeramente hacia un comportamiento ligeramene egoista. Salvo que obtemos por un satanismo furibundo o una beatitud exacerbada, la mayor parte de nuestro comportamiento en sociedad pasara desapercibido. No hay mucha diferencia entre ser majete y ser un poco cabrón, salvo que este último gozará de ciertas ventajas.
Otorgamos demasiado consideracion a las consecuencias, las cuales en la mayoria de los casos nunca llegan a producirse. Todos tendreis compañeros de trabajo, amigos, familiares que van a lo suyo, que priorizan obscenamente sus intereses y que precisamente por esto gozan de unas notables ventajas sociales. No son demonios con apariencia humana ni canibales asesinos que descuartizan niños a la luna llena, simplemente, como ya he dicho, "van a lo suyo".
Las temidas sanciones, el "ya verás cuando me pida un favor", se difuminan instantaneamente, porque saben manejarse perfectamente en la inveterada y genética arquitectura de las relaciones sociales. Dominan los tiempos y los espacios y gozan de un afinadisimo sexto sentido para intuir cual es el límite que no deben pasar. Tiene plena conciencia de un hecho en base al cual desarrolla toda su política: salvo que sus abusos sean escandalosos la mayoría de la gente prefiere callar a poner en riesgo la paz del grupo..."¿que le vamos a hacer? habra que callarse y aguantar.."
Amigos mios, si vais de buenos por la vida, extremar vuestra conducta y optar por la santidad, de lo contrario, ser un buenazo complaciente y consentido, lejos de favorecerte te convierte en una victima. Grrrr, hoy estoy que muerdo
No es lo mismo pincharle las ruedas al vecino de madrugada, que hacerlo delante de su narices. No es lo mismo putear a un inmigrante empleado tuyo, sin papeles, acuciado por las deudas y que necesita desesperadamente cualquier tipo de trabajo, que levantarle la voz a tu jefe o ponerte flamenco y pretender provocar a un campeón de boxeo de los pesos pesados. La repercusión de una acción esta fuertemente ligada al entorno en el que se desarrolla. Uno puede ser un hijo de puta devorador rabos de adolescentes, consumidor compulsivo de antipedresivos y con coprofilia enfermiza e irrecuperable, y en cambio mostrar una imagen públca perfectamente pulcra y elogiable. No somos lo que hacemos, sino lo que mostramos.
En general, sin llevar las cosas a los extremos, si trazamos una linea horizontal que represente los distintos grados del comportamiento humano, poniendo en cada extremo la maldad y la bondad absoluta, el mayor beneficio socio-económico lo obtendrán aquellos que se escoren ligeramente hacia un comportamiento ligeramene egoista. Salvo que obtemos por un satanismo furibundo o una beatitud exacerbada, la mayor parte de nuestro comportamiento en sociedad pasara desapercibido. No hay mucha diferencia entre ser majete y ser un poco cabrón, salvo que este último gozará de ciertas ventajas.
Otorgamos demasiado consideracion a las consecuencias, las cuales en la mayoria de los casos nunca llegan a producirse. Todos tendreis compañeros de trabajo, amigos, familiares que van a lo suyo, que priorizan obscenamente sus intereses y que precisamente por esto gozan de unas notables ventajas sociales. No son demonios con apariencia humana ni canibales asesinos que descuartizan niños a la luna llena, simplemente, como ya he dicho, "van a lo suyo".
Las temidas sanciones, el "ya verás cuando me pida un favor", se difuminan instantaneamente, porque saben manejarse perfectamente en la inveterada y genética arquitectura de las relaciones sociales. Dominan los tiempos y los espacios y gozan de un afinadisimo sexto sentido para intuir cual es el límite que no deben pasar. Tiene plena conciencia de un hecho en base al cual desarrolla toda su política: salvo que sus abusos sean escandalosos la mayoría de la gente prefiere callar a poner en riesgo la paz del grupo..."¿que le vamos a hacer? habra que callarse y aguantar.."
Amigos mios, si vais de buenos por la vida, extremar vuestra conducta y optar por la santidad, de lo contrario, ser un buenazo complaciente y consentido, lejos de favorecerte te convierte en una victima. Grrrr, hoy estoy que muerdo